Sanidad y las CCAA vuelven a dejar miles de positivos de Covid sin cuantificar
Comunidades como Madrid, Cataluña y Andalucía no reportan los positivos de test de antígenos o están tan saturadas que comunicarlos sin moverse de casa es misión imposible
¿Se acuerdan del inicio de la pandemia en España, cuando no había test y solo se hacía la prueba a los pacientes graves, los que ingresaban en el hospital? Al resto se les decía, por teléfono, que ni se les ocurriera acercarse a un centro de salud, por lo que miles de positivos quedaron fuera de las estadísticas de Sanidad. Parece que hace un siglo, pero fue hace menos de dos años.
Ahora, en la sexta ola, pese a que los hospitales no están aun saturados, vuelve a pasar lo mismo: hay positivos oficiales y extraoficiales. Lo grave en enero de 2022 ya no es que no haya un conteo oficial fiable, ni siquiera que tras casi 22 meses de pandemia, las autoridades sanitarias no hayan sido capaces de desarrollar unos canales por los que comunicar positivos y la sexta ola, la sexta, les haya cogido con el pie cambiado. Lo peor es que sin ese conteo, la vacunación pendiente puede convertirse en un caos.
Son muchas las comunidades autónomas que, en el mayor pico de toda la pandemia, no están siendo capaces de realizar test a una parte importante de las personas que han dado positivo en casa con test de antígenos de farmacia, que ya escasean, o que tienen sospechas de ser positivo. Por ello, desaconsejan visitar los centros sanitarios si los síntomas no son graves, pero tampoco facilitan comunicar los positivos.
Sanidad notificó el pasado jueves más de 74.000 positivos, con una incidencia acumulada cercana a 1.800 casos por cada 100.000 habitantes. Pero el Ministerio estima que, contando los no diagnosticados, se ha superado los 100.000 diarios en los últimos días. Sin temor a equivocarnos, podemos afirmar que esta cifra se queda muy corta.
Madrid, Cataluña y Andalucía, saturados
La Comunidad de Madrid admitió esta semana que no está reportando a Sanidad los positivos que los afectados se realizan en sus casas. Asegura que sí los registra para tenerlos en cuenta de cara a la campaña de vacunación, pero si no informa a Sanidad, es como si no existieran para los datos estadísticos oficiales, que, en consecuencia, quedan cojos.
El servicio de salud catalán lleva semanas desbordado por los contagios. No el sistema hospitalario, pero sí la atención primaria, a tenor de la experiencia de miles de personas contagiadas en diciembre que siguen fuera de las estadísticas. La propia conselleria de Salut lo reconoció al comunicar, esta misma semana, que admitía los test caseros positivos. Pero reportarlos es un calvario.
Hasta esta semana, si dábamos positivo en casa en Cataluña con un test comprado en la farmacia y no teníamos una covid grave, estábamos condenados a quedar excluidos de las estadísticas oficiales si cumplíamos el protocolo. Este era: 1) no pisar nunca un centro sanitario si no aparecen síntomas graves. 2) llamar al 061 para ser atendido. Lo que ocurría al llamar era que el operador, cuando le decíamos que habíamos dado positivo en un test de farmacia, nos pasaba con un médico… que nunca cogía el teléfono.
Tal era la saturación que cuando el 061 intentaba pasarnos con un médico, un mensaje nos decía que ya nos llamarían y que solo volviéramos a llamar si nuestros síntomas iban a peor. Lo normal en las últimas semanas era que, teniendo síntomas leves, nunca recibiéramos esa llamada prometida. Ni volviendo a llamar al día siguiente.
Si llamamos al 061 en Cataluña y decimos que hemos dado positivo en un test de farmacia, nos piden que avisemos a los contactos y cuelgan
Ahora, tras anunciar que los autotest serán contados, en el 061 solo nos atiende una máquina. Primero, nos pregunta el motivo la llamada, si es por asuntos de covid, y luego si tenemos un antígenos positivo. Si es así, nos piden que avisemos a nuestros contactos estrechos y nos dan las instrucciones que tenemos que darles. Y lo que pasa a continuación es todavía más sorprendente: cortan la llamada. Es decir, ni registran el positivo ni rastrean los contactos estrechos.
Hablamos de dos de las mayores comunidades autónomas. En Andalucía, la única que las supera en habitantes, el servicio tampoco es mucho mejor y también quedan positivos sin registrar. Comunicarse con el sistema de salud en estos días de fiestas en los que se han disparado los contagios era misión imposible.
El caos puede trasladarse a la vacunación
Con esta situación en tres CCAA que suman cerca de la mitad de la población de España, es fácil hacerse una idea de la gran cantidad de positivos que no están siendo registrados en las estadísticas oficiales. Es imposible saber cuántos, como lo era también en la primera ola, pero lo que no ha cambiado, pese a tantos meses de pandemia, son las carencias del sistema sanitario español.
La duda ahora es qué sucederá cuando a las personas que están pasando el coronavirus pero no lo han podido comunicar les toque la siguiente dosis, presumiblemente la tercera. Teóricamente, no deberían administrársela, pero si el sistema sanitario no lo sabe, ¿cómo avisará a esa persona de que no le toca?
Si esa persona lo sabe y no acude, ¿constará como que debería haberse vacunado y no lo hizo? Y sin haberse vacunado, ¿podrá renovar el pasaporte covid para viajar o, simplemente, ir al teatro o a un restaurante? Y cuando haya pasado el debido tiempo y quiera vacunarse, ¿podrá? De lo que parece que no se librará será de un viacrucis burocrático.