Sánchez tentará a Aragonès con una mejora de la financiación de Cataluña
El Gobierno ultima una propuesta y cree que el nuevo consejero de Economía del Govern, Jaume Giró, podría ayudar a desencallar la relación entre Moncloa y la Generalitat
El Gobierno confía en atraer a ERC a base de mejorar la financiación en Cataluña. El Ejecutivo prepara el terreno para celebrar la mesa de diálogo, mientras el ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ultima los informes para aprobar en Consejo de Ministros los indultos.
Moncloa busca liderar las negociaciones de la mesa de diálogo y acotar el marco desde el principio para consensuar una hoja de ruta donde se hable de otorgar más competencias a Cataluña sin autodeterminación.
En el Ejecutivo consideran positivo el paso dado por Oriol Junqueras. El líder de ERC, mediante una carta, se desvincula de la vía unilateral después de que el Gobierno dejase abierta la puerta a aprobar los indultos a los 12 condenados del procés.
En Moncloa no hablan de la necesidad que tiene el Gobierno de retener a sus socios parlamentarios, sino de que «puede ser una jugada histórica» o, simplemente, de «hacer historia» si se resuelve un conflicto que lleva años coleando.
En el Palacio de La Moncloa, algunos ensalzan la ‘jugada’ de Zapatero con ETA y lo elevan a lo que podría conseguir Sánchez con Cataluña. Además de estas ensoñaciones, en el Ejecutivo buscan atraer a los republicanos a su zona de confort para que ellos mismos renuncien a la amnistía y autodeterminación a base de financiación. Algo que los socios del Govern, Junts y la CUP, no están por la labor.
La autonomía financiera y tributaria
Desde el Gobierno central apuestan por partir del documento que Pedro Sánchez entregó al entonces presidente de la Generalitat, Quim Torra, con 44 propuestas para el «reencuentro». La llamada «agenda para el reencuentro» plantea la posibilidad de negociar la financiación de Cataluña, de mejorar las infraestructuras, más política social y diálogo político.
Algunos de estos puntos, recuerdan fuentes republicanas, ya han sido abordados entre los dos ejecutivos para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE) en la Cámara Baja. Es el caso, por ejemplo, del blindaje de la inmersión lingüística en la nueva ley de educación estatal.
La reforma del sistema de financiación será una de las grandes bazas del Ejecutivo. Según ha podido saber Economía Digital, en el Ministerio de Hacienda ya se encuentran trabajando en la reforma de la financiación autonómica para debatir este nuevo modelo en «cuestión de unos meses» en el Senado, según apuntan fuentes gubernamentales.
El documento que los socialistas proponen que sea el punto de partida en la mesa de diálogo incluye la mejora de los objetivos de déficit, el cumplimiento de las inversiones o «la autonomía financiera y tributaria de la Generalitat». «Todavía es muy pronto para hablar de cifras», responden las fuentes consultadas. A pesar de que la propuesta de dar más «autogobierno» a Cataluña ya se hizo por parte de Sánchez en 2018.
Cabe recordar unas declaraciones del ahora ministro de Transportes, José Luis Ábalos, en noviembre de 2019 donde señalaba desde Londres que el autogobierno es el «punto común» donde podrían encontrarse los defensores de la integridad territorial de España, entre los que está el PSOE, y los independentistas.
La baza económica de Jaume Giró
Otra de las bazas económicas por las que apuesta el Gobierno se llama Jaume Giró. El nuevo consejero de Economía del Govern es la gran esperanza de las ministras económicas de Sánchez a la hora de buscar una ‘línea directa’ de confianza para iniciar una nueva etapa entre el Gobierno y la Generalitat.
En su anterior etapa, como mano derecha de Isidro Fainé en la Fundación Bancaria la Caixa, mantuvo una estrecha relación con los diferentes gobiernos, entre los que se encontraba la vicepresidenta Nadia Calviño.
La Generalitat podría así limar algunas asperezas en materia económica. Por ejemplo, en relación a los más de 62.000 millones de euros que a principios de año ya debía la Generalitat al Estado. Cifra que representa el 80% del total de la deuda catalana que se financia a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
La designación de Miquel Iceta como ministro de Política Territorial también se explica en clave de mantener la imagen de sensibilidad por parte del Ejecutivo hacia el Govern, según explican fuentes de Moncloa.
Atender el posible embargo de Junqueras y Puigdemont
El texto que Sánchez entregó a Torra, y que se mantiene vigente para el Gobierno, también mostraba disposición a atender demandas de la Generalitat pendientes de resolver judicialmente, con el objetivo de «reducir la conflictividad institucional».
Es en este punto donde Moncloa podría atender a los posibles embargos a ex altos cargos del Govern, entre los que se encuentra Oriol Junqueras, y que están pendientes de dirimir para el próximo 29 de junio, tal y como ha desvelado Economía Digital.
Un sector de ERC, según publicó este medio, se inclina por plantear este asunto en la mesa de diálogo. Aseguran que es la única solución que encuentran tras quedar la llamada ‘caja de solidaridad’ vacía por pagar las fianzas millonarias que los tribunales han impuesto al independentismo por el 1-O en otras causas.
También en este mismo documento, el Ejecutivo central se abre, con matices, a coordinar la Acción Exterior del Govern, subrayando que «las delegaciones de la Generalitat en el exterior se tienen que ajustar a los principios contenidos a la Ley de Acción y Servicio Exterior del Estado».
Este párrafo pudo haber sido un aviso de la investigación que mantiene abierta en estos momentos el Tribunal de Cuentas por posibles desvíos de fondos públicos de ex altos cargos del Govern para la secesión a través de la consejería de Acción Exterior.
La importancia de «la política de gestos»
El Gobierno mide bien sus pasos para intentar desencallar el ‘conflicto catalán’. La desconfianza entre el Gobierno y los independentistas es mucho mayor de lo que a simple vista parece. De ahí que la llamada «política de gestos» sea muy importante por ambas partes. Unos y otros contabilizan el «dame tú y te doy yo» para no desconfiar y seguir avanzando en el camino del diálogo.
Así, si ERC facilitó los PGE a Sánchez, el presidente se abrió a indultar a los 12 presos del procés. A partir de aquí, el Ejecutivo central buscaba un gesto de aprobado por parte de los republicanos y lo ha tenido a los pocos días con la carta firmada por Oriol Junqueras deslizando que se alejan de la vía unilateral. A pesar de que el ‘socio molesto’, Junts, se sigue sin desvincular.
El próximo gesto lo está dando el Gobierno con las visitas de Pedro Sánchez a Cataluña. El presidente acudió el pasado lunes a Barcelona para rendir tributo en un acto a Javier Godó por su trayectoria empresarial.
Sánchez volverá a Barcelona el próximo 18 de junio para clausurar las conferencias anuales de la asociación empresarial Cercle d’Economia y a finales de mes, algunos representantes del Ejecutivo estarán presentes en la inauguración del salón tecnológico Mobile World Congress. «Todavía no se ha decidido si Sánchez acudirá o no», desvelan fuentes de Moncloa.
Sánchez y Aragonès mantuvieron ya una entrevista telefónica en la que estuvieron de acuerdo en la necesidad de reactivar este verano la mesa de diálogo sobre el conflicto político en Cataluña. El próximo paso corresponde a los independentistas con la visita del republicano a La Moncloa.
Ambos esperan reforzar esa relación de confianza que Aragonès ha estado manteniendo desde que era vicepresidente de la Generalitat. Fuentes de ambos gobiernos confirman que «a pesar del Covid» las llamadas de Aragonès con algunos miembros del Ejecutivo de Sánchez se han mantenido. «Hay buena sintonía», destacan desde Moncloa.
El independentismo espera ahora el gesto definitivo para sentarse en la mesa de diálogo, como algunas fuentes del Govern apuntan. La aprobación de los indultos por el Consejo de Ministros ayudará a suavizar la tensión con Junts y, al menos, a que éstos concedan dos años al Gobierno para negociar una solución al conflicto. Ese es el límite de tiempo que el ‘ala dura’ de Carles Puigdemont y la CUP ha impuesto a Sánchez y también a sus socios republicanos.
Con los indultos aprobados, ambas partes se sentarán en la mesa de diálogo para consensuar una hoja de ruta a largo plazo que satisfaga a ambas partes. La ‘política de gestos’ continuará siendo primordial a la hora de no quebrar la confianza ganada.