Sánchez se sale de la agenda oficial para poner paz entre el sector feminista del PSOE y el de Podemos
El presidente acude a una reunión en la sede del PSOE con la máxima representación femenina de su partido y también apoyará a Irene Montero en el acto institucional por el 8M.
El presidente del Gobierno ha dado una de cal y otra de arena a las feministas del PSOE y de Unidas Podemos en el Día Internacional de la Mujer, 8 de marzo. Pedro Sánchez acudió temprano a una reunión mantenida en Ferraz, que no figura en su agenda oficial de Moncloa, para hablar con sus vicepresidentas del Gobierno sobre este día.
Después acudirá al Ministerio de Igualdad, donde sí está previsto celebrar un acto institucional. El presidente hace equilibrios entre los dos sectores feministas, en ‘guerra’ estas semanas por las posiciones tan alejadas respecto a aprobar leyes sobre este ámbito, entre ellas la ‘ley trans’.
El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió este lunes con la vicesecretaria general del partido y portavoz del GPS, Adriana Lastra; la presidenta del Partido Socialista, Cristina Narbona; la secretaria de Igualdad del PSOE y vicepresidenta primera del Gobierno, Carmen Calvo; la vicepresidenta tercera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño y la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera.
Una reunión que no figuraba en la agenda oficial que distribuye el Gobierno sobre los actos del presidente y que desde Moncloa aclaran que «lo hace en calidad de secretario general del PSOE», pese a estar rodeado de sus vicepresidentas.
Sánchez prefiere seguir manteniéndose neutral a ojos vista con los suyos y también con Unidas Podemos, al frente del Ministerio de Igualdad. Las posiciones de estas distintas facciones siguen en pie de guerra por la famosa ‘ley trans’ que Montero quiere aprobar. De hecho, la titular de Igualdad abrió ‘fuego’ este lunes señalando que los socialistas «la tienen bloqueada».
Montero, en una entrevista a RNE, ha asegurado que no hay más participación pública porque la norma está paralizada por el PSOE: «Yo quiero que se empiece a tramitar también para que podamos ver ese debate público y podamos escuchar a todo el mundo con la oficialidad y con el rigor que exige una ley de Gobierno».
«Si yo le pido al Partido Socialista que desbloquee la tramitación de la Ley trans es precisamente porque la forma que tiene el Gobierno de debatir las iniciativas legislativas que impulsa es su tramitación», ha añadido. Unas declaraciones en la que, por el momento y desde el PSOE no han querido entrar.
La ministra de Igualdad también ha hablado sobre la polémica por los actos convocados por este 8-M, una vez que comenzó alentando estas manifestaciones para luego señalar que no participará tras la desautorización de Sanidad. Montero ha querido dejar claro que «los actos institucionales los organizamos, como corresponde, los ministerios competentes y tenemos el compromiso del presidente del Gobierno también con la celebración y el acto institucional que va a ser un reconocimiento a las mujeres que han sostenido la vida en todos estos duros meses de pandemia».
Montero niega a los medios que tenga conflictos con la vicepresidenta primera, Carmen Calvo. «Con Carmen tengo buena relación, a mí no me gusta personalizar las tensiones y en un gobierno de coalición se toman colectivamente. Yo con Carmen puedo tener diferencias políticas, más que con Carmen con el PSOE, cuando bloquea la tramitación de legislaciones que estaban en el acuerdo de Gobierno».
Por su parte, Calvo también ha negado, en una entrevista en La 1, que la ‘ley trans’ divida al feminismo y ha advertido de que sus debate con Irene Montero son los mismos que tiene con otros ministros y ministras que tienen que sacar alguna normativa importante. «Esta ley va a acabar previsiblemente en el Tribunal Constitucional y yo no quiero que dentro de tres o cuatro años tumben algo en lo que yo he estado ahí», ha justificado su trabajo.
Guerra de colectivos
Aún así, la vicepresidenta ha querido dejar claro que el Gobierno tiene un compromiso con los derechos LGTBI y que no hay ruptura en el feminismo por este tema. Sin embargo y horas antes del 8M, colectivos feministas pedían el cese de la ministra denunciando los efectos negativos de la ‘ley trans’.
La ex eurodiputada de Podemos Lola Sánchez Caldente se mostró tajante al pedir la destitución de Irene Montero, con el siguiente mensaje: «Mejor no tener ningún Ministerio de Igualdad a tener uno que trabaja contra las mujeres. Pedro Sánchez, cesa a la ministra o disuelve el Ministerio«.
Hace unos meses, desde varias asociaciones feministas, integradas en la Confluencia Movimiento Feminista exigieron a Pedro Sánchez que destituyera a la ministra de Igualdad, Irene Montero. La petición se ha reiterado desde entonces, con escaso éxito, y todas apuntan a su pésima gestión.
El primer choque de trenes fue justo hace un año, coincidiendo con la semana del primer 8-M de la coalición. El Gobierno llevaba apenas dos meses de rodaje y la ministra de Igualdad presentó su borrador para la ley de consentimiento sexual, la del ‘sí es sí’.
El texto de Montero recibió una respuesta muy crítica del Ministerio de Justicia, presidido por el socialista Juan Carlos Campo, que lo consideró endeble desde un punto de vista jurídico y que debía ir acompañado de otras reformas pendientes del mismo Código, como la del delito de sedición. Aquella fue una de las primeras grandes crisis de la coalición.
A los socialistas también se les atraganta la ‘ley trans’, de la que respaldaron en su momento desde el PSOE y ahora señalan la falta de «seguridad jurídica» para recopilar más informes jurídicos antes de aprobarla.
Los socialistas enfadaron a sus socios de Podemos ‘colando’ vía proposición una ley para la igualdad de trato y no discriminación, que formaba parte de las competencias de la ministra Montero. El PSOE reivindicó su autoría de una ley en memoria del que fue un significado activista de los derechos LGTBI, el socialista Pedro Zerolo, llamándola ‘Ley Zerolo’.
Una norma que los morados se abstuvieron en el Congreso e, incluso, intentaron convencer a sus socios de que hicieran lo mismo en la Cámara Baja. El lunes pasado, Irene Montero, advirtió a Calvo, en una entrevista en TVE, que no pensaba ceder con lo de la autodeterminación de género, mientras que desde el sector socialista del Gobierno admiten que no van a ceder en torno a lo que consideran el «borrado de las mujeres».
Una batalla que sigue dándose en el seno del Gobierno y que también se ha trasladado a la calle entre los diferentes colectivos y asociaciones feministas. El presidente del Gobierno busca este lunes un cierto entendimiento apoyando a ambas facciones dentro del Ejecutivo. Todavía no se ha escuchado su voz respecto a este tema y el enfrentamiento ha llegado a un punto en el que uno de los dos bandos tendrá que darse por vencido.