Sánchez se atraganta con la Junta Electoral
El veto de la JEC al debate que incluía a Vox deja en evidencia al PSOE y le obliga a escoger entre un pulso a cuatro en TVE o en Atresmedia
A más polarización, más reclamaciones al árbitro. A más polarización, ídem. De ahí el elevado protagonismo que en la carrera del 28-A están adquiriendo la Junta Electoral Central (JEC) y las juntas provinciales.
Que se lo digan si no a Vox, excluido por la JEC del debate a cinco previsto por Atresmedia para el martes que viene, día de Sant Jordi, y a Pedro Sánchez, a quien la decisión del organismo regulador coloca en una posición verdaderamente incómoda.
¿Por qué? Porque, tras dilatar el deshoje de la margarita, el comité electoral del PSOE decidió finalmente el jueves pasado decantarse por el debate a cinco, es decir, con Vox, que proponía la cadena privada y descartar el que proponía TVE un día antes entre los cuatro grandes partidos nacionales con representación parlamentaria. Es decir, sin Vox. Y ahora, la resolución de la junta dinamita la táctica socialista.
La estrategia de Sánchez
Escoger la opción de debatir con el líder de Vox, Santiago Abascal, sentado junto a los jefes de filas de PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos, encajaba en la apuesta de los estrategas del partido de disolver a los populares y el partido naranja en el mismo magma que a Vox, ese que algún particular bautizó en las redes como «trifachito», denominación que pronto devino viral y fue abrazada por algunos líderes socialistas, el primero, Miquel Iceta.
De ahí la negativa en redondo al cara a cara al que aspiraba Pablo Casado y el decantamiento por el pulso a cinco bandas en Atresmedia en detrimento del propuesto el lunes 22 por esa televisión pública de cuya defensa el PSOE había hecho bandera.
El desaire a TVE le supuso a Sánchez una lluvia de críticas, también desde el propio ente público. La defensa del presidente fue que no quería negarse a debatir con nadie, tampoco con Abascal. Y eso, argüían los socialistas con encogimiento de hombros, no era posible en TVE, limitada por la doctrina ya fijada por la Junta Electoral respecto a los debates en medios públicos, que establece que no pueden incluir a partidos sin representación.
Error de cálculo del PSOE
Pero en la sala de máquinas del PSOE midieron mal. Porque, en su artículo 66, la ley electoral hace extensiva también a las televisiones privadas la obligación de respetar “los principios de proporcionalidad y neutralidad informativa en los debates y entrevistas electorales”.
De ahí que la JEC estimara finalmente este martes los recursos que presentaron contra el debate de Atresmedia tres de los excluidos que, a diferencia de Vox, sí tienen, a fecha de hoy, representación parlamentaria: Junts per Catalunya (que en 2016 la obtuvo con la marca Convergència), el PNV y Coalición Canaria.
La resolución veta así el debate de Sant Jordi por la presencia de Vox al considerar que no es todavía un “grupo político significativo”, una figura que acuñó la propia JEC para referirse a formaciones que han obtenido más del 5% del voto en recientes procesos electorales (y de ámbito territorial semejante). Es decir que, a esos efectos, no cuenta el 11% de los votos que los de Abascal obtuvieron en las elecciones andaluzas porque el ámbito territorial que ahora se juzga es toda España y Vox nunca ha conseguido el 5% en comicios de ámbito nacional.
Atresmedia propone ahora lo mismo que TVE
La JEC daba opción a Atresmedia de modificar las características del debate para que se ajuste al principio de proporcionalidad. Lo que, a la práctica, significaba prescindir de los de Abascal y celebrar un debate entre PSOE, PP, Cs y Podemos. Y la cadena replicó proponiendo exactamente eso. Que es también lo que de entrada ya proponía esa TVE que se había quedado compuesta y sin Sánchez.
El comité electoral del PSOE había reaccionado antes que Atresmedia anunciando la disposición de Sánchez “a debatir con otros candidatos en los términos acordados por el/los medio/s de comunicación que organicen el debate y los representantes de todas las fuerzas políticas concernidas, siempre en el marco legal fiado por la Junta Electoral Central».
Ahora, tiene sobre la mesa dos propuestas: la de la cadena que había escogido inicialmente y la de la televisión pública. Y la única diferencia entre ambas es la fecha: la primera lo programaría el lunes 22, y la segunda, al día siguiente.
De todos modos, la Junta Electoral tendrá que volver a pronunciarse sobre el debate. En cuanto se conoció la resolución, ERC reaccionó haciendo otra petición al árbitro: ya que las privadas también deben atender al principio de proporcionalidad, alegan los independentistas, su líder y candidato Oriol Junqueras debería poder participar en el debate de Atresmedia. Si es que se celebra, claro.