Sánchez prioriza al PNV y olvida a ERC para aprobar la reforma laboral en el Congreso
PNV y ERC advierten al Gobierno que un acuerdo con CEOE alejaría su aprobación
Las negociaciones por la reforma laboral entre el Gobierno, sindicatos y patronal tensan la cuerda en el Congreso y los socios principales de Pedro Sánchez, como ERC, comienzan a mostrar su enfado por no estar al tanto. El Gobierno, sin embargo, prioriza su interlocución con el PNV, con quien ya negocia, según ha podido saber Economía Digital. Las dos fuerzas parlamentarias no consideran imprescindible que el Ejecutivo saque adelante la reforma laboral con la firma de los empresarios y advierten que sus postulados «dificultan» su voto en la Cámara Baja.
El Gobierno mete el acelerador en la mesa de diálogo social y también comienza a negociar con las distintas fuerzas parlamentarias para sacar adelante la norma en el Congreso de los Diputados. Bueno, con todas no. El PNV se ha adelantado esta vez a su competidor, EH-Bildu, y habría comenzado a conocer los detalles del borrador que Trabajo negocia con los agentes sociales.
El Gobierno quiere preservar a los ‘jeltzales’ como socios prioritarios tras amagar con votar en contra de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) por quedarse atrás en comunicación frente a la formación de Otegi.
Asimismo, el PNV también dio avisos de que podría votar en contra del proyecto si se tramitaba vía decreto sin negociar previamente con ellos. Esta vez, el Ejecutivo de coalición ha comenzado al revés y la vicepresidenta Yolanda Díaz inauguró su ronda con el PNV mediante una reunión con Andoni Ortuzar.
Si bien ninguna formación quiere anticipar su posición hasta conocer el resultado final de las negociaciones, los nacionalistas desvelan que estarían presionando al Ejecutivo para conseguir una de sus reivindicaciones históricas: la prevalencia del convenio autonómico sobre el estatal. Una iniciativa que supondría una línea roja marcada por la patronal.
Desde CEOE reclaman abiertamente el «mantenimiento de la redacción vigente respecto de los convenios sectoriales estatales y autonómicos» y señalan que, de lo contrario, podrían crearse «distorsiones y afectar a la unidad de mercado». También recalcan que los intentos que se han dado hasta el momento han sido «un fracaso», con innumerables ejemplos de iniciativas en Cataluña, según exponen.
La vicepresidenta Díaz continuará con las reuniones con la formación vasca, esta semana será el turno del portavoz del Congreso, Aitor Esteban, para comentar los «avances» en la mesa de negociación sobre la reforma laboral.
ERC: «No hemos obtenido respuesta»
La cosa es muy diferente en ERC. A pesar de considerarlos socios principales del Gobierno, ni Sánchez ni ningún otro interlocutor ha informado, hasta el momento, sobre los avances en esta materia, según denuncia el propio portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián.
«Con ERC no se está hablando y estamos viendo mientras cómo se diluyen partes muy lesivas de la reforma laboral para que entre la patronal. El Gobierno debería de hablar y de negociar con ERC», criticó este martes Rufián.
El portavoz enumeró una serie de aspectos como «dignificar el despido que había anterior a la derogación, en cuanto a cuantía se refiere, y la tutela de la Administración en cuanto a despidos. Hay convenios autonómicos que deberían estar por encima de los estatales por las condiciones de trabajo y, por lo que se está hablando, esto no va a ser así», lamentó el republicano.
ERC ya maniobró en la reforma laboral de 2012 para primar el convenio autonómico sobre el estatal y se había ya negado a secundar reformas cobre convenios porque impedían un convenio autonómico catalán, que considera que debe primar especialmente en cuestiones como las de la flexibilidad y la movilidad de los trabajadores. «Quizá por eso no nos llamen», comentan fuentes republicanas.
Los republicanos lamentan que el Gobierno no haya contestado a la propuesta enviada por la formación. «Más allá del calendario, de los tiempos en la tramitación y de algunas cuestiones técnicas, a nosotros no se nos ha informado nada. No hemos entrado en el contenido», destacan desde ERC.
Fuentes gubernamentales prevén dar luz verde a la reforma laboral en el último Consejo de Ministros del próximo 28 de diciembre, aunque también se puede celebrar uno de manera extraordinaria, según apuntan las mismas fuentes.
De aprobarse sobre estas fechas y siguiendo el calendario ordinario, la norma no llegaría para ser debatida y votada a la Cámara Baja hasta febrero. Aunque tampoco se descarta la celebración de un pleno extraordinario antes, pero dadas las actuales circunstancias se descarta.
¿Sin el acuerdo de la patronal?
El Ejecutivo ya advierte que sacará adelante la reforma laboral o con si el acuerdo de la patronal, pese a la exigencia de Bruselas de incluir a todos los agentes en el pacto.
Este sería el punto que uniría a PNV, EH-Bildu y ERC: el rechazo a incluir a la patronal en la reforma laboral. Los tres partidos ya desvelan que, de incluir el Gobierno a los empresarios, «aprobarán una reforma laboral blanda».
«Nos preocupa que se utilice la mesa de diálogo social como mecanismo de veto de la patronal para evitar avances necesarios y rebajar el alcance de la reforma laboral», comentan desde ERC. «El Gobierno debe aprovechar la oportunidad para hacer cambios de calado sin sucumbir a las presiones de la patronal», apuestan desde Bildu.
Las formaciones comienzan a advertir a los socialistas que «si deciden hacer una reforma descafeinada que se quede corta y no dé respuesta a las demandas de la mayoría perderán el apoyo de los grupos de izquierdas».
Los equilibrios parlamentarios se antojas complicados y el doble reto para Pedro Sánchez viene con la forma de tramitación de la norma. De convalidarse, se tramitaría como proyecto de ley para introducir cambios, corriendo así el riesgo de que los socios del Gobierno desvirtúen, mediante enmiendas, el hito comprometido con Bruselas en el Plan de Recuperación.
Algo que el Ejecutivo de coalición no se puede permitir bajo ningún concepto. La Comisión Europea monitorizará periódicamente las reformas acordadas para decidir sobre el flujo de los fondos de recuperación. Este podría ser el primer paso peliagudo para Sánchez, ya que el segundo paquete le espera la reforma de las pensiones con el patio ya revuelto.