Sánchez paraliza la búsqueda de candidato para Andalucía a la espera de un acuerdo con Susana Díaz
Ferraz descarta a Felipe Sicilia, propuesto por Adriana Lastra, para liderar el PSOE andaluz y esperará a la renuncia de Díaz para no provocar una guerra de familias
En el PSOE saben bien que la escenificación pública de una batalla por el liderazgo en Andalucía es tan perjudicial como inevitable si finalmente prospera la opción de celebrar primarias, tal como ha manifestado públicamente desde hace meses Susana Díaz, actual secretaria general de los socialistas andaluces.
Por eso Ferraz está haciendo todo lo posible para que ese choque frontal no se produzca. Con el calendario sobre la mesa, la celebración del 40º Congreso Federal será la segunda quincena de octubre, una fecha consagrada a encumbrar (aún más) al actual secretario general y presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
En esta cita será clave la elección de los delegados de cada una de las federaciones presentes en el Congreso, un motivo de negociación de las sensibilidades presentes en cada territorio que antecede a los debates que puedan sucederse en los congresos regionales.
De este modo, sin dilación después del Federal, en noviembre o como muy tarde la primera quincena de diciembre, tendrá lugar el Congreso regional del PSOE andaluz. Y esta cita se celebrará “con primarias o sin ellas”, apuntan a Economía Digital fuentes del sector crítico a Díaz con voz en las reuniones en la sede nacional de los socialistas.
Estas voces se refieren a que antes que un enfrentamiento entre familias en el que haya vencedores y vencidos, el partido desde Madrid prefiere que la celebración del Congreso andaluz pase por ser la catapulta de presentación del candidato ante su militancia y, lo que es más importante, ante el electorado andaluz.
Esa es la cita clave, pues aunque la fecha prevista es en un año y medio, no puede descartarse que el presidente autonómico, el popular Juan Manuel Moreno Bonilla, decida adelantar las urnas antes para sortear el ascenso imparable de Vox y la caída libre que sufre Ciudadanos, su socio en el Gobierno.
“No trabajamos sólo para renovar el partido sino para recuperar la Junta de Andalucía, que es lo verdaderamente importante”, dicen voces del PSOE andaluz críticas con Susana Díaz
“A estas alturas no estamos trabajando sólo para renovar el partido, que es más necesario que nunca, sino para recuperar la Junta de Andalucía que es lo verdaderamente importante”, insisten estas mismas fuentes, que quieren aprovechar el efecto Vox a su favor.
Explican que la presión que el partido de Santiago Abascal está ejerciendo sobre el Ejecutivo andaluz sobre asuntos planteados en su acuerdo de legislatura –el pin parental es el último de estos desencuentros– debe ser aprovechado por los socialistas para recuperar el voto descontento que se quedó en casa en las últimas autonómicas, celebradas en diciembre de 2018.
Una cita electoral que desembocó, recordemos, en una doble situación nunca antes vista: el PSOE-A perdió el Gobierno tras 37 años en el poder y Vox entró por primera vez en un parlamento autonómico.
Por eso la vía en la que está trabajando Ferraz en las últimas semanas “de una manera muy intensa”, como califican fuentes cercanas a la negociación, es la de convencer a la ex presidenta de la Junta para que dé un paso al lado, desplazarla a algún cargo de renombre pero sin poder ejecutivo y dejar vía libre a la renovación.
Se evitaría así, sostienen estas mismas voces, un desgaste de la marca ante la opinión pública que sea visto por las derechas como un signo de debilidad y de falta de un proyecto cohesionado del PSOE-A con la capacidad suficiente de recuperar para los socialistas un territorio clave como es Andalucía, por población y peso político.
Para ello Ferraz maneja los tiempos con una estrategia que pasa por “ir sin prisa pero sin pausa” en la presentación del candidato, cuentan fuentes del sector crítico. Básicamente temen que, ante una persona que “prefiere morir matando a asumir que este ya no es su momento”, según definen el modo en que Díaz está afrontando este tiempo, la alternativa resulte fallida.
El miedo es que la presentación del candidato ungido por el dedazo de Sánchez sirva a la ex presidenta para “desplegar su artillería y achicharrarlo antes de tiempo en la tourneé de entrevistas en los medios nacionales”, conscientes de que pese a su desgaste la sevillana no es un rival sencillo de doblegar, exponen las voces consultadas por Economía Digital.
Ferraz sopesa repetir la ‘operación Illa’ en las andaluzas
En la quiniela de nombres que se han barajado hasta ahora ya hay bajas. En concreto, quien se cae del cartel, según ha podido confirmar este medio, es el jiennense Felipe Sicilia, diputado en el Congreso y hombre de la estrecha confianza de Adriana Lastra, la vicesecretaria general del PSOE, que en Ferraz libra su propia lucha interna por acumular poder orgánico.
De hecho, Sicilia fue el primero en expresar claramente su voluntad de batirse en primarias frente a Díaz. Y si bien algunas voces consultadas definen su autocandidatura como “un señuelo” que se hizo entonces para avisar a la líder andaluza de que el pacto de no agresión con Sánchez estaba llegando a su fin, lo cierto es que hay otras razones.
Su nombre nunca fue aprobado por Francisco Reyes, secretario general del PSOE de Jaén, la federación provincial que, después de Sevilla más militantes concentra de toda España. Su opción “se ha desinflado en las últimas semanas”, insisten.
Descartado este nombre, recientemente algunas informaciones han deslizado que Sánchez habría planteado que la vicepresidenta primera del Gobierno, la cordobesa Carmen Calvo, fuera la idónea para esta tarea, habida cuenta de su profundo conocimiento de la política orgánica y de que es una persona leal a Sánchez.
Felipe Sicilia, Juan Espadas, Carmen Calvo y María Jesús Montero han sonado como candidatos a la Junta de Andalucía por los socialistas, pero ninguno termina de convencer
Además, el presidente del Gobierno mataría dos pájaros de un tiro, pues esta sería la manera de dar una salida digna a una figura incómoda en la relación diaria con los socios de Podemos, muy especialmente con la ministra Irene Montero por polémicas recientes como la Ley Trans.
Al respecto, fuentes del PSOE de Córdoba alineadas en el sector crítico, descartan esa operación. “Es una forma de dejar claro que tenemos banquillo y un banquillo potente, que si no es uno será otro, pero que renovación va a haber”, justifica.
En la terna de candidatos con los que trabaja Ferraz siguen nombre propios de calado. Uno de ellos es Juan Espadas, alcalde de Sevilla, socialista de tono moderado que sin embargo no convence del todo precisamente por su perfil templado. “Espadas representa ante el votante un candidato tan moderado y tan de centro como puede parecerlo Moreno Bonilla”, explican fuentes del sector crítico que quieren una verdadera opción que camine más hacia la izquierda.
Ese perfil más de izquierdas lo representaría la ministra de Hacienda y portavoz María Jesús Montero, uno de los nombres que más han sonado precisamente después de lo rentable que ha salido la operación Illa en Cataluña.
Siendo el perfil que más convence en Ferraz, su solidez como candidata se ha tambaleado por la reciente investigación de la Fiscalía Anticorrupción, que apunta a la etapa del Gobierno andaluz de José Antonio Griñán, del que formó parte Montero como consejera de Salud, por la concesión de una ayuda de 8,3 millones a la empresa Isofotón. Tampoco ayuda el desgaste como portavoz de un Gobierno con evidente falta de sintonía.
Montero tiene prevista una visita a Sevilla el próximo 20 de marzo para presentar el libro Al amparo del feminismo (Renacimiento), que firma Amparo Rubiales, una histórica del socialismo, sanchista de pro y una de las voces más críticas con Díaz. Cualquier declaración que haga la ministra en este contexto será interpretada por afines y detractores.
Los críticos del PSOE andaluz abogan por un candidato sorpresa
Siendo estos los protocandidatos más evidentes, ninguno de ellos ha dado un paso adelante y entre una parte de los críticos se está abriendo ya con fuerza el mensaje de que es necesario una estrategia rupturista con el pasado que presente una imagen “fresca, renovadora y europeísta”.
Una suerte de candidato sorpresa como lo fueron en su día Rodríguez Zapatero, que le ganó al candidato oficialista José Bono, o el propio Pedro Sánchez que, entonces respaldado por Díaz y siendo un perfecto anónimo para gran parte de la militancia, logró vencer a Eduardo Madina.
Los críticos quieren una imagen “fresca, renovadora y europeísta”, como fueron Zapatero o Pedro Sánchez en su momento a nivel nacional
Ante esta falta de comparecencia del candidato de Ferraz, el entorno de Díaz hace una lectura a su favor: “No tienen a nadie, no se ponen de acuerdo y además están viendo que aquí las encuestas respaldan a Susana como candidata. Eso también lo sabe Pedro”.
Por tanto, lo único claro en la estrategia del sector crítico es que será el presidente del Gobierno el que dé el empujón al elegido. Un cesarismo demasiado tosco que empieza a incordiar incluso a los muy contrarios a Díaz.
“Somos la federación más importante de España como para que el candidato tenga que venir impuesto desde un despacho de Madrid”, se escucha ya entre los críticos. La telenovela de las cuitas internas del PSOE, ya se sabe, nunca descansa.