Sánchez maniobra para dejar a Iglesias sin silla en el Gobierno
El líder del PSOE exige a Podemos que asuma la pérdida de peso de su partido después del último ciclo electoral
Las perspectivas de Pablo Iglesias para tener silla en el Gobierno empeoran después de su debacle durante las elecciones del 26-M. El PSOE se ha hecho fuerte después del último ciclo electoral, mientras que Unidas Podemos ha perdido muchas posiciones hasta el punto de rozar la irrelevancia. La conclusión de Pedro Sánchez es que Iglesias, debilitado, no está en condiciones de grandes exigencias.
Pero Iglesias insiste en un Gobierno de coalición y en ser ministro, que sería tanto como su tabla de salvación. Sin embargo, Sánchez no está por la labor y ha pedido a Podemos que «reconsidere su estrategia», desmontando la idea de que el gobierno de coalición está hecho. En paralelo, el presidente también reclama a Ciudadanos que levante el veto al PSOE.
Sánchez quiere que Albert Rivera retire el «cordón sanitario» al PSOE para abrir su abanico de opciones, pero no lo va a tener sencillo. «No se entiende en Europa que un partido que se autodefine como liberal pacte con la ultraderecha», dijo Sánchez, refiriéndose a la cercanía de Ciudadanos al partido de Santiago Abascal, sobre todo en el panorama municipal y autonómico de Madrid.
El PSOE aparta de Podemos
Después de un 26-M dominado por el bipartidismo PP-PSOE en la mayor parte de España, Sánchez se muestra cada vez más partidario de gobernar en solitario con un Ejecutivo «abierto, progresista», tal y como, asegura, ya hizo después de la moción de censura.
Desde Podemos, la portavoz Irene Montero defendió que su partido todavía tiene presencia determinante en municipios y autonomías, y especialmente en en el Congreso. El secretario del PSOE, José Luis Ábalos, considera que los morados deben asumir «el baño de realidad» antes de «plantear niveles de colaboración», refiriéndose a las exigencias para formar gobierno con el PSOE. «Puede haber otras fórmulas de colaboración que no son gobiernos de coalición», subrayó.
Por su parte, los de Rivera mantuvieron la distancia con los socialistas, anunciando que sólo pactarán con candidatos del PSOE que estén a favor de aplicar el 155 en Cataluña, renieguen del «sanchismo» y de los acuerdos con «separatistas» y «populistas»; aunque darán prioridad a los acuerdos con el PP.