Sánchez huye de sus problemas domésticos con un viaje a Cuba
El presidente del Gobierno, atosigado por la agenda nacional, pone rumbo a la isla del Caribe este jueves en busca de oxígeno político
El lenguaje de los símbolos acostumbra a ser muy elocuente: tiene mucha forma y no tanto fondo. Al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le gusta el simbolismo porque simplifica el mensaje y le disgusta la espesa agenda política de España, que este miércoles centrará el pleno del Congreso de los Diputados.
El embrollo por la fallida renovación del Consejo General Poder Judicial (CGPJ), la duración que va a tener la legislatura sin presupuestos, los menguantes apoyos del PSOE para materializar su proyecto político y el desgaste de sus ministros (Dolores Delgado, Margarita Robles) saldrán a escena en el hemiciclo.
Los grupos de la oposición —y los presuntos socios del PSOE (Podemos, ERC, Pdecat y PNV)— saldrán a arañar a un presidente al que sólo sonríe el CIS. Pero Sánchez prepara un golpe de efecto para huir de sus problemas domésticos.
Se dice que los presidentes del Gobierno —los que tienen la suerte de encadenar al menos dos mandatos— suelen centrar su primera legislatura en la agenda nacional y dedican el segundo mandato a su proyección internacional.
La norma no es exacta. Podría no servir, por ejemplo, para Sánchez, que en las últimas horas ha encadenado contactos con todas las autoridades europeas para comunicar que «España votará no» al borrador del acuerdo del «brexit» debido a sus discrepancias por el tema de Gibraltar. España pide, en síntesis, aclarar que el futuro del Peñón se decidirá en el futuro a través de una negociación política «entre el Reino Unido y España». Sin nadie más de por medio.
Todos los presidentes españoles han querido sacar pecho en algún instante por Gibraltar. Todos ellos lo han hecho con una suerte parecida, puesto los 7 kilómetros cuadrados de superficie del Peñón permanecen bajo dominio británico desde 1704.
Nuestro hombre en La Habana
Tras afrontar por teléfono la agenda de Gibraltar y concluido el combate en el Congreso, Sánchez se entregará definitivamente al simbolismo. Este jueves tomará un vuelo rumbo a La Habana. Se convertirá así en el primer presidente del Gobierno que viaja a Cuba en 32 años despué del lejano precedente de Felipe González. Y lo hará sin haber concertado una agenda con la disidencia cubana pero habiendo cerrado una entrevista con el presidente castrista, Miguel Díaz-Canel.
Sánchez hubiera querido subir al avión presidencial a destacados empresarios del IBEX. Hubiera querido sentar, por ejemplo, a José Ignacio Sánchez Galán (Iberdrola) para dar alto contenido empresarial a su histórica visita. Pero el presidente no ha recibido una gran acogida empresarial y tan solo podrá contar con la compañía de directivos de IAG y Meliá. El Banc Sabadell, con una oficina comercial en Cuba, dejará en manos de sus hombres en La Habana la representación.
El presidente, eso sí, viajará con la «silla de Maceo» en la bodega del avión. Se trata de un viejo botín de guerra que perteneció a un general cubano y que se conserva el ayuntamiento de Palma de Mallorca, puesto que un militar palmesano lo llevó hasta la isla balear hace 121 años. El simbolismo triunfará en La Habana.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, entregará esta semana en La Habana la «silla de Maceo». EFE