Sánchez esquiva el tercer grado de Junqueras en el estreno de campaña en Barcelona

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha optado por ignorar el tercer grado penitenciario que la Generalitat este jueves a los presos del procès para que puedan animar las campañas de Junts y ERC hasta el 14 de febrero. Algo que, por otra parte, sí hizo su vicepresidente Pablo Iglesias asegurando que es «la mejor noticia para la democracia».

Como secretario general del PSOE, Sánchez mostró su cara más amable en el estreno de la campaña del PSC en Barcelona. Con un plasma de fondo, donde figuraban todos los candidatos a la lista del PSC, y respaldando a su candidato, Salvador Illa, (que habló primero), el líder socialista atacó a la Generalitat centrándose en tres pilares: la Sanidad, la Educación y el «desmantelamiento de los servicios sociales».

Sánchez tiró de discurso prefabricado y de datos facilitados por sus asesores para tirar por tierra el legado independentista, del que ha sido su socio de investidura y cómplice en la mayoría de votaciones en el Congreso.

«El 28,6% de niños catalanes están en riesgo de pobreza, según Unicef», destacó. «¿Sabéis cuántos euros ha destinado la Generalitat a construir este año residencias de mayores? Cero euros», añadió. «El PSC tiene mucho que hacer cuando llegue al Gobierno», continuó Sánchez.

El líder del PSOE pasó del tono habitual para presentar al ya ex ministro Salvador Illa al tono cariñoso para nombrarle durante todo el mitin «Salva». «Salva es un hombre generoso»; «Salva es trabajador. No es infalible, porque nadie lo es» y «os va a llevar de la Cataluña de los conflictos a la Cataluña de las soluciones». «Vuelve Cataluña. La Cataluña imprescindible, la que todos añoramos», comentó el líder del PSOE.

Durante su discurso, algo desdibujado, quedaron claras las dos principales ideas que quiere retratar Sánchez en campaña: Lo primero es que tiene que haber un cambio en Cataluña, como lo ha habido en el mundo y también en Europa, según Sánchez. Y la segunda idea es centrarse en «como lo llama la prensa, el factor Illa», señaló.

Por primera vez y para explicar su primer punto, el presidente del Gobierno cargó contra el ya expresidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Sánchez aprovechó la ocasión para llamarle «presidente nefasto» y sentenciar que el mundo había ganado contra los populismos. También Europa «terminando contra el austericidio», explicó. Ahora, según Sánchez, le toca el turno a Cataluña: «Cataluña tiene la oportunidad de dejar atrás una etapa estéril que ha sido infructuosa, una década de decadencia», sentenció el líder del PSOE.

«Dialogar de todo y con todos»

Ante ello, Sánchez entonó el «factor Illa» para señalar que con el exministro se romperá «el bloqueo y se avanzará definitivamente. De la Cataluña de los conflictos a la Cataluña de las soluciones». «El 14F se abren dos caminos posibles: el inmovilismo o el reencuentro. El todos contra Illa solo crea bloqueo, frente a nuestro proyecto de dialogar todos con todos», sentenció.

En la misma línea se defendió Illa ante su primer mitin en su casa, Barcelona. El exministro ya no está en el Ministerio y le faltó la garra con la que se aferraba a la mesa de Moncloa para neutralizar las decisiones de sus adversarios. «Salva», como le llama Sánchez, lanzó suaves críticas a los independentistas asegurando que «quien quiere a Cataluña no construye una sociedad dividida en bloques».

«Quiero el reencuentro de todos los catalanes. Dialogar de todo y con todos. Hablar no es ceder, hablar es reconocer al otro. Quiero abrir una nueva etapa de cultura democrática. Aceptar la diferencia y proteger la diversidad», destacó el candidato. Illa cerró su intervención asegurando que «el PSC está fuerte, preparado, con un proyecto integrador y progresista. Tenemos un partido unido, cohesionado y vivo. Tenemos proyecto para transformar Cataluña».