Sánchez deja plantado a Iglesias y no pone fecha a su ‘cara a cara’
Fuentes socialistas señalan que "no hay prisa" por celebrar el encuentro, mientras el plante de Sánchez genera malestar en Podemos.
Finalmente no pudo ser. La tan esperada reunión entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no se celebró esta semana. El vicepresidente segundo del Gobierno buscaba un encuentro con el presidente para limar asperezas en la coalición, tras las tensiones mantenidas estas semanas.
Unidas Podemos aseguró, incluso, que la reunión podría darse el martes o el jueves pasado. Sin embargo, el plante por la parte socialista retrasa el ‘cara a cara’ de Sánchez e Iglesias, algo que ha generado malestar en la formación morada.
Presidente y vicepresidente no mantienen una reunión a solas desde hace más de un mes y la falta de comunicación apremia a los morados para avanzar en las normas que ambas formaciones mantienen enquistadas y les urge aprobar, como la Ley de Vivienda. Lo cierto es que esta vez, la parte socialista no tiene ninguna prisa porque se celebre dicho encuentro.
«No hay prisa» o «puede esperar» son las frases que sueltan desde el entorno del presidente para rebajar la incertidumbre a la prensa por el encuentro. Y es que Sánchez pretendía que fuera sin luces ni taquígrafos, como las reuniones anteriormente mantenidas con Iglesias. Pero un último desencuentro por las manifestaciones del 8M frenaron al socialista, según apuntan fuentes del Gobierno.
Sanidad ordenó no celebrar las manifestaciones feministas por motivos de salud pública en contra del criterio de sus socios. La ministra de Igualdad, Irene Montero, fue la primera en animar a las mujeres a asistir a estos actos. Días después tuvo que rectificar.
Fuentes gubernamentales descartan que esté en peligro la coalición, pero admiten que la tensión es evidente. Ante la ausencia de reunión Sánchez-Iglesias, señalan que sus equipos engrasan cada día las relaciones, a pesar de que ya no se celebre la tradicional reunión de los lunes, llamada de maitines, donde se reunían los núcleos duros de ambos partidos, PSOE y Unidas Podemos.
El PSOE acusa a Podemos de filtrar el encuentro
A los socialistas sigue sin gustarles la política de ‘filtraciones’ de sus socios y acusan a los morados de haber filtrado el encuentro que iban a mantener presidente y vicepresidente. Según las fuentes consultadas de Moncloa, «no hay prisa», por lo que los socialistas consideran que se trata de problemas que no son urgentes.
El líder de Podemos lleva intención de pedir a Sánchez un reparto claro de competencias dentro del Gobierno de coalición. Tal y como publicó Economía Digital, Iglesias pedirá un reparto claro de las competencias, tanto en el Ejecutivo como parlamentarias, para gozar de una mayor autonomía y salvar la coalición tras «traspasarse las líneas rojas», según Unidas Podemos.
El vicepresidente segundo ya preparó este encuentro convocando el lunes pasado a la ministra de Igualdad, Irene Montero; a la de Trabajo, Yolanda Díaz y al titular de Consumo, Alberto Garzón, para abordar «cuestiones de actualidad» tales como la posición del partido en la Ley de Vivienda o la Ley Trans, puntos de fricción con los socialistas en las últimas semanas.
Iglesias también preguntó las quejas que cada ministro de Unidas Podemos e IU mantienen respecto a sus compañeros socialistas y cómo podrían abordarse los asuntos espinosos para proponer una solución de consenso que contente a ambas partes y puedan salir las reformas pactadas en el acuerdo del Gobierno de coalición, firmado por ambas partes.
El vicepresidente segundo busca mayor diferenciación dentro de la coalición en el Gobierno y una mayor autonomía dentro de los grupos parlamentarios. Su ‘propuesta estrella’ será pedir a Sánchez que delimite las competencias ministeriales de cada socio de Gobierno, así como que revise los protocolos de coordinación entre los grupos en el Congreso.
Asimismo, demandará clarificar la agenda a largo plazo para cumplir toda y cada una de las normas aprobadas en el acuerdo del Gobierno de coalición, sin “intromisiones” de otras carteras/ministros.
Con ello buscan «cumplir lo firmado» a nivel programático y que «no se pongan palos en las ruedas» a nivel competencial. Asimismo, se eliminarán las «intromisiones», apuntan, con las que pretenden acabar, poniendo el foco en la vicepresidencia primera, Carmen Calvo; la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y el titular de Justicia, Juan Carlos Campo. Todos vistos, a ojos de los morados, como los grandes «bloqueadores» a los que acusan de «paralizar» leyes de sus ministerios.
Se trata de una “solución de urgencia”, según Podemos, tras las acusaciones cruzadas de “deslealtad”. Fuentes de la formación en el Gobierno aseguran que “la coalición no está en cuestión” porque “no hay otra alternativa posible”. Así entienden que, aunque sigan tensando la cuerda mediatizando los conflictos como palanca de presión a los socialistas, los morados buscan que estas tiranteces no acaben en ruptura.
El pasado miércoles, Iglesias explicó a los europarlamentarios del Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea la experiencia del Gobierno de coalición, que calificó de «terreno de combate político», donde se expresan «distintos intereses económicos y esto hay que normalizarlo. No habla de la debilidad de un gobierno, sino de cómo funciona la política en sociedades avanzadas».
Las fuentes socialistas consultadas en el Gobierno no quieren pasar del ‘dos partidos, un Gobierno’ a ‘dos partidos, dos Gobiernos’ y consideran que ya es hora de ‘poner los puntos sobre las íes’ y zanjar las disputas. Desde esta parte consideran que ya va siendo hora de apostar por la “unidad” y que los morados dejen de airear las disputas que se mantienen en el seno del Ejecutivo.
Lamentan que esa actitud, de tensar la cuerda, puede llevarles a la ruptura de las bases de convivencia de la coalición. Por ello, más de un ministro socialista ya ha pedido auxilio al presidente porque “la situación es insostenible”, tal y como publicó ED.