Sánchez convierte a Bildu en su gran socio de legislatura
Los abertzales han salvado las votaciones del Gobierno en medidas estrellas como la reforma laboral, la ley de Memoria Democrática o el Fondo Público de Pensiones. En ninguna, Moncloa pudo contar con ERC
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha conseguido dos hitos a lo largo de las últimas semanas. Primero, lograr su mayor objetivo, acabar su legislatura con la mejor credencial, que no es más que tres presupuestos aprobados en tres años. Pero en segundo lugar está el hacerlo con un Ejecutivo en minoría, lo que le ha llevado a pactos continuados con sus socios, que parecían tener un orden de prioridad claro hasta hace no tanto. Porque aunque de cara a la galería puede parecer que su preferencia era ERC, este miércoles ya certificó lo que era evidente: el verdadero salvavidas para Moncloa es Bildu.
El viraje en las relaciones a lo largo de la legislatura ha sido total. Fuentes de la formación abertzale aseguran en conversación con Economía Digital que la realidad entre ambos partidos «es habitual, constante y normalizada desde el inicio de la legislatura», que se inauguró con la ronda de contactos previos a la investidura con una foto de Adriana Lastra y Rafael Simancas con Mertxe Aizpurua, Oskar Matute y Gorka Elejabarrieta que oficializó el canal abierto.
La clave para esa relación, «perfectamente constitucional» según las palabras de este miércoles de Sánchez, es que Bildu, para Moncloa, prioriza la agenda de izquierdas a la hora de negociar que la nacionalista, algo que ni ERC ni siquiera el PNV llevan a cabo. Y eso les hace sacar rédito a nivel electoral, porque en estos Presupuestos Generales del Estado (PGE), que se votarán este jueves en el Congreso y a falta de cerrar las inversiones territoriales en Euskadi, los abertzales sacarán cerca de 480 millones de euros de compromisos de gasto en enmiendas. Con una medida estrella: la prórroga de un año de la subida de las pensiones no contributivas.
Leyes salvadas gracias a Bildu y no ERC
La diferencia entre Bildu y ERC en momentos clave para el Gobierno ha sido notoria en los últimos meses. Hay un puñado de leyes que Sánchez consiguió sacar adelante a pesar de no contar con el apoyo de los republicanos. Por ejemplo, Bildu votó a favor de la ley de memoria democrática en el Senado, mientras ERC se abstuvo, tras acordar con el Gobierno que se reconocieran a las víctimas de violaciones de Derechos Humanos hasta 1983. Siete días antes, los abertzales también se distanciaron de ERC ante la propuesta de ley del PSOE para modificar el Código Penal y prohibir el proxenetismo en todas sus formas.
Antes del verano, los votos de Bildu fueron imprescindibles para poder sacar adelante el fondo público de pensiones promovido por el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, compromiso además con Bruselas para el desembolso de los fondos europeos. Ellos se abstuvieron y ERC votó en contra. También sucedió en abril, con el decreto ley de medidas urgentes para afrontar las consecuencias económicas y sociales de la invasión de Ucrania.
Era el texto que contenía la continuación de la rebaja del 60% de la factura de la luz, el descuento de 20 céntimos por cada litro de combustible y la limitación a la subida de precios de los alquileres. ERC había volado sus puentes con el Gobierno tras el caso Pegasus y Bildu fue decisivo en una votación muy ajustada, de 176 síes y 172 noes. Por no hablar de la reforma laboral, medida estrella de esta legislatura de Sánchez, que contó con el sí de Bildu y el no de ERC, aunque finalmente saliera adelante por el error en la votación del diputado del PP Alberto Casero.
Sánchez les cede Tráfico y la gestión de los nuevos impuestos
Así, para las cuentas públicas su influencia no iba a ser menor. En esta ocasión, Sánchez ha traspasado -a través de una negociación con Bildu a pesar de haber sido comprometido en otros momentos al PNV o Geroa- de las competencias de Tráfico a Navarra, además la cesión a Euskadi y Navarra de las competencias sobre los nuevos impuestos a la banca y las energéticas, que previsiblemente lograrán luz verde en el Congreso este jueves.
Aunque no será en la votación de los Presupuestos Generales del Estado, que se llevará a cabo previsiblemente con una amplia mayoría y con la incorporación de más de doscientas enmiendas, para continuar su tramitación en el Senado. Por el momento, el proyecto de ley ya tiene asegurados los 174 votos que necesita para ser aprobado por mayoría simple (más síes que noes, ya que el escaño de Alberto Rodríguez sigue vacío y BNG se abstiene): PSOE (120), Unidas Podemos (33), PNV (6), EH Bildu (5), PDeCAT (4), Coalición Canaria (2), Más País (2), Compromís (1) y PRC (1).
Aún así, todo apunta a que finalmente ERC (13) confirmará su apoyo a las cuentas -de hecho, ya ha incorporado un buen número de enmiendas-, lo que ampliará la mayoría hasta los 187 votos favorables. La correlación de fuerzas ha cambiado.
En cambio, el Presupuesto no contará finalmente con el voto de Teruel Existe -que sí apoyó las cuentas de 2021 y 2022 y que ya incluyó más de diez millones de euros en inversiones durante el trámite en Comisión-, ya que no se ha aceptado su propuesta de elevar las bonificaciones en cotizaciones sociales en provincias despobladas