Sánchez y Aragonès pactan la hoja de ruta para celebrar un referéndum en dos años

Aragonès trasladará a Sánchez que lo fundamental para el independentismo es la votación que se produzca al final, independientemente del resultado

Pedro Sánchez cede ante las presiones de Aragon'es y acepta la Comisión Bilateral en agosto. Foto: EFE

Pedro Sánchez cede ante las presiones de Aragon’es y acepta la Comisión Bilateral en agosto. Foto: EFE

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«Votar, votar y votar» es el mantra que repiten desde el independentismo y que este martes el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, trasladará al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su visita a Moncloa. Los dos mandatarios se reúnen para orquestar una hoja de ruta de cara a celebrar la mesa de diálogo.

ERC y Junts quieren votar la solución que salga de la mesa de diálogo, a puerta cerrada entre el Gobierno y la Generalitat, en dos años. Ese es el margen de tiempo que dan a Pedro Sánchez para intentar la ‘vía del diálogo’ a regañadientes del partido de Carles Puigdemont.

Imagen de archivo de Pedro Sánchez y Pere Aragonès, llegando a la primera reunión de la mesa de diálogo./ EFE
Pere Aragonès solicitará a Pedro Sánchez la gestión de los fondos europeos. Foto: EFE

Aragonès le trasladará este martes a Sánchez que lo fundamental para el independentismo es la votación que se produzca al final, independientemente del resultado. Es decir, que si Moncloa consigue imponer la voz cantante y llevar a la mesa de diálogo un nuevo Estatut con mayor financiación para Cataluña, ERC demandará votar las conclusiones en un «referéndum pactado» y se reservará el derecho de veto. Es decir, pedir el voto en contra.

El planteamiento de los republicanos todavía hace aguas porque «hay mucho que no se puede contar», admiten en privado fuentes de la formación. Y es que las negociaciones están más avanzadas de lo que nos pensamos y en el Gobierno mantienen su política de silencio.

El trabajo sigue en agosto

Tan solo admiten que este agosto les tocará trabajar a los diferentes equipos técnicos, tanto de Moncloa como de la Generalitat, para poner blanco sobre negro, en un documento, los puntos que este martes negocien Sánchez y Aragonès y que servirán de hoja de ruta para continuar la mesa de diálogo, que solo pudo reunirse una vez antes de la pandemia.

Esta vez, se espera que tanto Sánchez como Aragonés participen en la mesa de diálogo y que en las reuniones sucesivas ya lo hagan los equipos técnicos. Fuentes gubernamentales señalan que la primera reunión será a partir de septiembre. Desde el Ejecutivo central quieren dejar «margen de maniobra» para que ERC y Junts se pongan de acuerdo en los puntos a negociar y que en las reuniones no presenten «contradicciones», esgrimen a ED.

Desde ERC aseguran que «no habría ningún problema» en que la cita se celebre en septiembre. Aragonès visitará Moncloa «con ánimo constructivo», insisten desde el partido, y no se plantean salir con una fecha concreta, sino «con el compromiso en firme de Sánchez de que la mesa va a tener lugar», señalan.

Ninguna de las dos partes niega que existe «desconfianza» y de ahí que los dos recalcan la importancia de «la política de los gestos». Según el Gobierno, ahora le tocaría a ERC tras conceder los indultos. Y los republicanos sostienen que ya han hecho «muchos gestos» con la carta de Oriol Junqueras alejando la vía unilateral y saludando la medida de gracia.

La agenda económica y la presión de Junts

Fuentes gubernamentales deslizan a ED que lo fundamental, en relación al ‘conflicto catalán’ es que Sánchez y Aragonès pacten este martes el formato, la composición, el calendario y los marcos para que los equipos técnicos puedan desarrollar la hoja de ruta de la mesa de diálogo, con un plazo específico de duración, insisten los socialistas, para que no se alargue en el tiempo y se difuminen los objetivos.

A partir de ahí, todo echará a andar en septiembre. Aragonès, además de insistir en la amnistía y en el referéndum, también llevará bajo el brazo una carpeta económica, explican desde su entorno, donde plantea un nuevo modelo de financiación, tal y como quiere ofrecerle Moncloa; el impulso del corredor Mediterráneo; la armonización fiscal; los traspasos del Puerto de Barcelona; el aeropuerto de El Prat y el consorcio de la Zona Franca, entre otras peticiones.

Es aquí donde también cabría exponer el perdón del Gobierno ante los posibles embargos por el Tribunal de Cuentas a los líderes del 1-O. Por otra parte, Aragonés acude a Moncloa sin haberse reunido con sus socios para trabajar bien la reunión con Sánchez.

El secretario general de JxCat, Jordi Sànchez, pidió públicamente este lunes a Aragonès que mantenga su «compromiso» con la amnistía y la autodeterminación como «única vía» para solucionar el ‘conflicto catalán’.

Junts busca también marcar terreno públicamente a ERC a través de Sànchez y, de ahí que le avise de que no puede «confundir» la mesa de negociación con «una comisión de traspasos» que aborde materias como la red de Cercanías o los fondos europeos. El secretario general de Junts le recordó que es presidente de un Govern de coalición «formado a partes iguales por ERC y JxCat».

«El independentismo tiene la necesidad de abordar en las próximas semanas el rediseño de una estrategia que viene enmarcada en el acuerdo de legislatura que tiene que dar recorrido al trabajo de unidad estratégica que las urnas el 14F nos pusieron encima de la mesa», dijo Jordi Sànchez.

El presidente de Junts per Catalunya, Jordi Sànchez, en una rueda de prensa. Foto: Julio Díaz

Es en esta parte donde surge la desconfianza por parte de Moncloa y el motivo por el que Sánchez descarte la presencia de Junqueras en la mesa de diálogo. Tal y como publicó ED, en el Gobierno se dieron cuenta que de sentarse Junqueras, también tendría que sentarse Puigdemont y varios ministros no pasan por ahí. La primera en descartar esta opción fue la vicepresidenta primera, Carmen Calvo.

El Gobierno tiene todo por definir con la Generalitat y ya avanzan que prefieren dar margen para preparar la negociación, definir hoja de ruta e ir haciendo pública la lista de nombres con los participantes por cada formación.

Es lo que Sánchez y Aragonès definirán este martes con la rueda de prensa todavía pendiente por aclarar por parte de ERC. Como ya es habitual en el independentismo, los presidentes de la Generalitat siempre hablan fuera de Moncloa y bajo el paraguas del Govern o en su ‘casa madrileña’ de Blaquerna. Desde el Gobierno insisten en que «a todos los presidentes autonómicos se les ofrece la sala de prensa de Moncloa». Veremos la política de gestos de Aragonès.

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