Sánchez ensalza la subida de impuestos y acusa al PP de «insolidaridad fiscal»
El presidente del Gobierno asegura que es momento de elegir entre "fortalecer" o "debilitar" el Estado del bienestar
Frente a la élite empresarial, Pedro Sánchez ha aprovechado la clausura del Foro La Toja para sacar su lado más electoral y defender la nueva bandera socialista, o al menos la que se ha elegido desde Moncloa: la subida de impuestos a las grandes fortunas «frente a la irresponsabilidad fiscal de la que algunos hacen gala».
El presidente del Gobierno ha hecho hincapié en que la justicia social debe ir de la mano de la justicia fiscal para plantear la pregunta clave: qué estado del bienestar queremos. «Es tiempo de elegir -ha asegurado el jefe del Ejecutivo- o fortalecemos o debilitamos el Estado del bienestar frente a los riesgos de futuras crisis».
De nuevo, ha pedido a los que más tienen que arrimen el hombro y ha defendido que los impuestos sean progresivos, es decir, que quienes más tienen aporten más. «Esta vez los costes de la crisis no puede caer en exclusiva en la clase trabajadora», ha apuntado en referencia a la gestión de la crisis financiera de 2008.
«Esta vez son los mas pudientes tienen que sacar adelante a este país», ha agregado. Y ha lanzado una pregunta para el PP:«¿Queremos ser europeos con un estado del bienestar europeo? Si a esta pregunta respondemos sí, debemos dotar de ingresos a nuestro estado del bienestar».
«Esta vez son los mas pudientes tienen que sacar adelante a este país»
Sánchez, que ha intervenido de forma telemática tras dar positivo en coronavirus, ha negado que España tenga un problema de gasto público como critican los de Alberto Nuñez Feijóo y ha dotado de cifras su discurso. «Antes de la pandemia, nuestro país era el sexto de la Unión Europea con menos ingresos fiscales y el undécimo con menos gasto público.
De hecho, nuestros niveles de ingresos y de gasto público han estado en los últimos años 8 y 5 puntos por debajo de la media de la UE. Recaudan y gastan más que nosotros Italia, Francia, Bélgica, Alemania, Finlandia, Austria, Países Bajos, Suecia y Dinamarca”. Y ha apostillado que «1uienes recaudan menos en son los países que formaron parte del bloque soviético».
En contra de que el dinero esté en los bolsillos
El líder socialista ha vuelto a mostrar su lado más radical y cercano a Unidas Podemos en una crítica a «los brujos que rescatan sus fracasadas recetas y proclaman que el dinero está mejor en el bolsillo de los ciudadanos». Así, se ha mostrado en contra de la doctrina del «sálvese quién pueda».
«¿Queremos que las soluciones salgan del bolsillo de los ciudadanos? ¿Queremos que, por ejemplo, la extinción de incendios salga del bolsillo de los ciudadanos?», ha insistido el presidente. Y ha concluido que la mayoría de la gente «recibe más servicios de los que paga en impuestos».
En defensa del Estado del Bienestar
El baile de datos ha continuado para salir en defensa del Estado del bienestar. «Para apreciar lo que uno tiene, no hay nada como saber lo que cuesta», ha subrayado el presidente. «El coste medio de una hospitalización asciende a más de 5.000 euros. El coste medio de procedimientos quirúrgicos es de más de 7.500 euros. El coste de un ingreso hospitalario en una cama UCI por covid supera los 19.000 euros», ha resaltado.
Y ha continuado: «El coste total de hospitalización de la red de hospitales del Sistema Nacional de Salud supera los 16.000 millones de euros; una cifra mayor que el presupuesto total de 13 comunidades autónomas. Por cada menor escolarizado, el Estado gastó 6.230 euros. Y por cada hijo estudiando en la universidad, 9.589”.
Sánchez ha tirado de los principios de la socialdemocracia para defender el Estado del Bienestar. El jefe del Ejecutivo defendido que hoy en día se acepta que una persona no caiga en la pobreza por no pagar una operación de cadera o de cáncer. En cambio, «¿aceptamos que una familia tenga que hipotecarse para mandar a una hija a la universidad?», se ha preguntado. Así, el coste del Estado social debe caer sobre todos los ciudadanos y en proporción a los ingresos, algo que al presidente del Gobierno le parece «obvio».