Sánchez acusa a Rivera y Casado de "echarse en brazos" de Vox

Con Pablo Casado y Albert Rivera azuzándole para que vuelva a aplicar el artículo 155 en Cataluña y para que convoque elecciones, Pedro Sánchez ha usado su réplica a los grupos parlamentarios en el debate de este miércoles en el Congreso para acusar al PP y Cs de haberse «echado en los brazos» de la ultraderecha que representa Vox, y se ha enfrascado en una escaramuza especialmente abrupta con el líder de los populares.

El duelo con Casado alcanzó el punto culminante cuando Sánchez tiró de retrovisor y acusó al PP de haber utilizado Cataluña y el terrorismo para desgastar a los gobiernos socialistas de turno en las etapas en que José María Aznar y Mariano Rajoy eran los líderes de la oposición. Casado tachó la afirmación de «indecencia» y le recordó que el PP «ha enterrado» a treinta de los suyos asesinados por ETA.

Un «cortafuegos» contra la ultraderecha

Sánchez alegó que la derecha en otros países europeos, como en Suecia, ha establecido «un cortafuegos» consistente en no llegar a acuerdos con la extrema derecha, y afeó a Casado y Rivera que en lugar de tomar ejemplo, en Andalucía flirteen con la formación de Santiago Abascal, que definió como una «escisión del PP».

Sánchez acusó al líder del PP de decir «lo mismo que Vox, con distintas tonalidades» y le advirtió que así «le está dando votos al señor Rivera y el señor Abascal», como a su juicio, se vió en las elecciones andaluzas.

Y, sobre la insistencia de Casado en la necesidad de volver a aplicar el 155, Sánchez le replicó que ahora estamos «mucho mejor» que cuando Artur Mas organizó el 9-N y que cuando Carles Puigdemont convocó el 1-O, en ambos casos, con el PP en el Gobierno.

A Cs, por su parte, le reprochó no haber hecho «nada» en Cataluña pese a haber ganado las elecciones del 21-D del año pasado. «Votar a Cs es un voto absolutamente inútil y de frustración en Cataluña», le espetó a Rivera.

Sánchez, a los independentistas: «Vengan con el 75%»

Sánchez también replicó a los líderes de los grupos de ERC y el Pdecat, Joan Tardà y Carles Campuzano, que le habían insistido en el mantra del diálogo, preguntándoles si están dispuestos «a renunciar a la vía unilateral» porque «la unilateralidad que defiende Quim Torra«, argumentó, es lo contrario a la voluntad de diálogo».

Además, les instó a dialogar también con «la otra parte de la sociedad catalana», la no independentista, porque para plantear cambios que comporten una modificación de alcance estatutario, les recordó, necesitan una mayoría cualificada de tres quintas partes del Parlament. «Vengan con una propuesta del 75% de la sociedad catalana y el gobierno español vehiculará y ayudará a resolver la cuestión catalana».