¿Rusia corta el gas a Alemania? Detectan un parón en el gasoducto Yamal

Los datos de los medidores detectan que se ha casi detenido el flujo de gas natural de Rusia a Alemania por Yamal, pero sí se han registrado ofertas de suministro inverso

Imagen de archivo fechada el 27 de noviembre de 2003 que muestra la planta compresora del gasoducto Yamal-Europa, Nesvisg, región de Minsk. EPA/MAXIM MALINOVSKY

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El suministro de gas de Polonia a Alemania a través del gasoducto ruso Yamal-Europa está prácticamente detenido después de circular durante la noche hacia el oeste, según la información de Reuters. No obstante, cabe destacar que se han registrado ofertas de suministro inverso hacia el este, según los datos ofrecidos por el operador del gasoducto Gascade.

Tal y como ha comunicado este operador, los flujos en dirección oeste a través del punto de medición de Mallnow se situaban este miércoles en 10.770 kilovatios-hora (kWh/h), lo que supone un descenso de entre 16 y 19 millones de kWh/h en las nueve horas anteriores. Aunque no ha habido más ofertas de suministro en dirección oeste, las ofertas de Alemania a Polonia se mantienen en más de 5 millones de kWh/h hasta al menos esta mañana del jueves.

El suministro energético ruso ha estado en el punto de mira debido a las tensiones ocasionadas por la escalada bélica entre Rusia y Ucrania, desatada el pasado jueves 24 de febrero. Sin embargo, pese a que España depende mayoritariamente del gas argelino y menos del 10% del que utiliza es ruso, por lo que puede estar relativamente tranquila, su vecino del norte, Francia, trae el gas de Ucrania, mientras Alemania lo compra directamente a Rusia.

A pesar de que la empresa pública rusa Gazprom lo ha garantizado y la invasión no ha cortado los envíos desde Ucrania, los primeros indicios del gasoducto ruso Yamal-Europa alertan de que existe un peligro real de que termine sucediendo bien como consecuencia de los enfrentamientos o como herramienta de presión, como posible respuesta rusa a los embargos por parte de la Unión Europea. 

En un primer momento, ante esa posibilidad, España e Italia se posicionaron como la gran alternativa, pues los gasoductos que les proveen no vienen de Europa del Este sino de Algeria. De hecho, el Gobierno español reivindicó la semana pasada el papel estratégico del país como puerta de entrada del gas a Europa ante posibles problemas derivados de la invasión rusa de Ucrania. 

Asimismo, el gobierno portugués pidió la pasada semana a España que incremente la capacidad de intercambio de gas con Francia, y empresarios, como los de la patronal catalana Foment, se sumaron a la reivindicación mandando este miércoles una carta a Pedro Sánchez para que apostara por el nuevo gasoducto Midcat. Lo cierto es que el Ejecutivo español había desechado el proyecto, propuesto hace casi una década, pero ahora ha cedido a las reivindicaciones y ha vuelto a defenderlo.

España y Francia ya cuentan con dos gasoductos que las conectan, uno por País Vasco y otro por Navarra, pero no tienen una alta capacidad: pueden transportar hasta 7 bcm, suficientes para abastecer a Francia dos meses. Por ahora, estos intercambios apenas se están utilizando. La semana pasada, ya estallada la guerra de Ucrania, España solo mandaba un bcm a Francia.

Sin embargo pesar de que Francia todavía no lo necesita, pues sigue recibiendo el gas de Rusia y Ucrania, sí puede necesitarla pues es probable que, en la escalada bélica y de embargos y castigos económicos, Putin termine cortando el grifo de Gazprom, la gasística rusa que nutre Alemania y Francia, entre otros países. 

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