Romeva se carga el CIDOB para entregarlo a la causa soberanista
El patronato del think tank lo controlan representantes independentistas de las instituciones públicas, con la presencia del Ministerio de Exteriores, que no aporta recursos económicos
El proyecto soberanista lo invade todo. O por convicción, o por los deseos de los responsables políticos de sacar pecho y demostrar que hacen cosas. El conseller de Exteriores del gobierno catalán, Raül Romeva, hizo saber a Carles Gasòliba que no le gustaba nada cómo gestionaba el CIDOB, uno de los think tanks más prestigiosos del mundo, que tiene como presidente de honor a Javier Solana.
Romeva le dejó claro a Gasòliba que quiere que el CIDOB ponga a Cataluña en el centro de sus trabajos y ayude al soberanismo a internacionalizar la causa. Y ello llevó a Gasòliba a renunciar a la presidencia, harto de las presiones que viene recibiendo en los últimos tres años. «Lo he ido aguantando durante años», afirma Gasòliba, que ahora no podía admitir ese cambio estratégico.
El Govern desea internacionalizar el proceso soberanista, y esa es la responsabilidad de Romeva, con resultados descriptibles, porque en Europa apenas ha tenido respuesta. Por eso, el ejecutivo que presidente Carles Puigdemont, y que tiene como vicepresidente a Oriol Junqueras –que se fijó hace años en el CIDOB– desea reorientar la misión del think tank, que dirige, desde el ámbito académico, Jordi Bacaria.
Patronato de independentistas
El CIDOB tiene un patronato en el que está presente el Ayuntamiento de Barcelona; la Diputación de Barcelona; el Área Metropolitana de Barcelona; la Generalitat y el Ministerio de Exteriores. El presupuesto de este año del organismo ronda los 2,5 millones de euros. Pero las instituciones sólo aportan el 50%.
La otra mitad la logra el CIDOB con sus propios informes y trabajos, presentándose a concursos de instituciones como la Comisión Europea, Naciones Unidas, el gobierno noruego, o organizaciones empresariales, y entidades de diferentes países, entre ellos Maruecos.
El caso es que el Ministerio de Exteriores de España, que dirige José Manuel Margallo, no aporta recursos. Y eso ha envalentonado a la Generalitat, que desea aprovechar el tirón internacional del CIDOB para la causa soberanista.
Romeva deberá ahora lograr un acuerdo con el resto de instituciones para el nombramiento del sustituto de Gasòliba. En el patronato tendrá la complicidad de los independentistas.
En representación de la Diputación de Barcelona figura el concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Jaume Ciurana –independentista de primera hora, de CDC–; por parte del Área Metropolitana, el concejal del Ayuntamiento de Barcelona, Alfred Bosch, de ERC; y por parte del Ayuntamiento, en representación de Gerardo Pisarello, Pablo Sánchez. El Ministerio de Exteriores, que no hace aportación económica, está representado por el secretario de Estado, Ignacio Ibañez.
Junqueras contra Solana
La ojeriza del independentismo contra el CIDOB no es nueva. En mayo de 2013, con Gasòliba ya al frente –fue elegido en mayo de 2012– Oriol Junqueras protagonizaba algo más que una anécdota.
En un almuerzo en Esade, con directivos de la escuela de negocios, uno de ellos le preguntó al jefe de gabinete de Junqueras, alumno en un Master Part Time de la escuela, si ya había tenido a Solana de profesor. Esade consiguió que Javier Solana, el hombre de la diplomacia europea durante años, fuera profesor, como responsable de la Cátedra de Liderazgo y Gobernanza Democrática.
Junqueras saltó de inmediato y le espetó que no era muy importante, que la clase de Solana se la podía «saltar». Junqueras mostraba, en tono irónico, sus diferencias con Solana, que había expresado en ese momento su oposición al proyecto independentista. Ahora sigue como presidente de honor del CIDOB.
La carga de Convergència
Poco después, en junio del mismo año, Víctor Terradellas, secretario de relaciones internacionales de Convergència y candidato en aquel momento a la dirección de la fundación CatDem, vinculada a CDC, presionó a la dirección del CIDOB para que dejara de contar con Solana, y, al mismo tiempo, con Jordi Vaquer, director del think tank, que fue fichado por George Soros para dirigir la filial europea de la Open Society Foundation–lo que indica el interés con el que se sigue al CIDOB desde el ámbito internacional.
Más tarde, Convergència mostraba su malestar, y Esquerra Republicana también, por las «amistades peligrosas» del CIDOB con el otro gran think tank en España, el Real Instituto Elcano. La excusa para atacar a Gasòliba fue la organización conjunta de unas jornadas, en julio de 2014. El gobierno catalán no entendió que se colaborara con un organismo, que preside el Rey Felipe, que se oponía al proceso soberanista.
Informes sobre la independencia
Esa presión ha sido una constante. A Gasòliba le afearon que organizara unas jornadas bajo el título de España-Japón, con el castellano como lengua vehicular, y otras como el Diálogo Hispano-alemán, o el Fórum de Diálogo España-Italia, todas realizadas en los últimos dos años. Esa constante de situar «España» como referente ha molestado al soberanismo.
Eso se constrataba, desde el gobierno catalán con la «poca atención» al proceso soberanista y a la proyección internacional de Cataluña. ¿Resultado? Gasòliba lo ha dejado. Eurodiputado por Convergència entre 1987 y 2004, Gasòliba se encuadra en el que fue el sector roquista de Convergència, de posiciones moderadas y dialogantes. En la actual CDC ya no es, para la dirección, un elemento útil.
En el CIDOB, sin embargo, esas presiones fructificaron. El Govern de Artur Mas encargó al CIDOB un informe sobre la viabilidad de la independencia de Cataluña, con una proyección macroeconómica para el periodo 2015-2030, que recibió el apoyo y la difusión de los eurodiputados independentistas Ramon Tremosa, Josep Maria Terricabras y Ernest Maragall.
Patronato a título individual
El CIDOB colaboró con el Center for European Policy Studies de Bruselas (CEPS) para elaborarlo. El informe avalaba la secesión pactada como la vía más rentable para Cataluña, con una conclusión clara, y es que la actual situación, sin modificar nada, se calificaba de «insostenible» a largo plazo por suponer una «asfixia económica y financiera».
Carles Gasòliba ha decidido seguir en el patronato a título personal. En ese patronato figura el propio Javier Solana; Salvador Alemany (Abertis); Josep Antich (periodista); Joaquim Boixareu (fundador y ex presidente de FemCat; Sixte Cambra, presidente del Puerto de Barcelona; Francesc Caminal (abogado); Antoni Esteve (presidente de la Fundación Catalana de Apoyo a la Investigación y la Innovación); Miquel Nadal (director de la Fundación RACC); Francesc Planas (presidente del Foro Carlemany); Antoni Pont, (presidente de la Fundación Gresol); Josep Ribera (fundador y director del CIDOB entre 1973 y 2008; y Valentí Roqueta (presidente de honor de la Fundació Alícia).