Torrent inicia una ronda de contactos telefónica para investir a Turull
El presidente del Parlament, Roger Torrent, descuelga el teléfono y e inicia los contactos para sondear los apoyos a la candidatura de Jordi Turull
Vuelve el vértigo al Parlament. El presidente Roger Torrent ha iniciado a última hora de la tarde de este miércoles una ronda de contactos telefónica para comunicarse con todos los líderes de los grupos parlamentarios y así comprobar los apoyos que reúne Jordi Turull, el candidato oficioso de Junts per Catalunya (JpC) a la investidura.
Turull ha abandonado la reunión del grupo parlamentario de Junts per Catalunya pocos minutos antes de las 20.30 horas evitando a los medios de comunicación y a paso acelerado. La ronda de Torrent se enmarca dentro de la idea de JpC de precipitar a este mismo jueves un pleno de investidura que sirva para escoger a Turull como presidente de la Generalitat antes de su cita con el Tribunal Supremo de este viernes.
El juez Pablo Llarena podría inhabilitar para ejercer un cargo público a Turull y a otros cinco dirigentes soberanistas con su auto del viernes y, ante esta situación, JpC ha decidido acelerar la investidura para colocar al Supremo ante una situación inédita: la inhabilitación de un presidente de la Generalitat en ejercicio.
El precedente de Puigdemont
El último precedente de una investidura exprés fue la de Carles Puigdemont en enero de 2016, cuando la entonces presidenta del Parlament, Carme Forcadell, también empleó el teléfono y no la tradicional ronda en su despacho oficial con todos los líderes parlamentarios.
Para que la investidura de Turull culmine este mismo jueves, Torrent debe completar la ronda de contactos con los líderes, proponer a un candidato y convocar el pleno de investidura. A las 21.15 horas de este miércoles, tan siquiera había completado la ronda.
La investidura este jueves sólo podría prosperar en el caso de que la CUP cambie su voto, pasando de la abstención al sí. Junts per Catalunya considera que este momento es el más propicio para forzar a los antisistema a un cambio de postura.