La relación de PSC y ERC condiciona el relevo de Iceta por Illa
Temor en el PSC a que las malas relaciones de Illa con Esquerra dificulten las posibilidades de gobierno de los socialistas catalanes
El camino que debe seguir el ministro de Sanidad, Salvador Illa, para ser el próximo candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat exige habilidad. Es como una yincana en la que debe superar una serie de obstáculos y uno de ellos tiene que ver con las relaciones con ERC, según precisan fuentes socialistas, puesto que los puentes con los republicanos son estratégicos para el PSC.
Miquel Iceta, primer secretario del PSC, valora no volverse a presentar por tercera vez consecutiva como candidato a la presidencia de la Generalitat, según las fuentes consultadas. En conversaciones privadas ha confesado su “cansancio”.
Illa es el señalado para tomar el relevo de Iceta. Pero sus relaciones políticas preocupan en el partido. Aunque Illa mantiene una relación cordial con figuras de ERC como Gabriel Rufián, Marta Vilalta y Josep Maria Jové, con los que coincide en la mesa de negociación sobre el «conflicto catalán», la mayoría de dirigentes republicanos son hostiles al ahora ministro.
Ni indultos ni gobiernos
No se trata únicamente de su oposición al referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017, sino también a su presencia —la único destacada del PSC— una semana después, el 8 de octubre, en la primera fila de la manifestación convocada por Societat Civil Catalana con el lema “Prou!, recuperem el seny” (¡Basta!, recuperemos la cordura). Los republicanos tienen muy presentes aquella imagen, al igual que son muy conscientes de que Illa nunca ha sugerido el indulto para los políticos presos.
Como secretario de organización, vetó que los dirigentes socialistas visiten en la cárcel a Oriol Junqueras y a los otros presos condenados por el juicio de procés. Y tampoco vio con buenos ojos la visita de José Montilla a Junqueras en Lledoners en noviembre del año pasado, aunque el expresidente de la Generalitat escapa a su control.
Más rencores con ERC. Illa fue unos de los grandes artífices del pacto del PSC y Junts per Catalunya en la Diputación de Barcelona, que apartó a los republicanos del gobierno supramunicipal.
Con estos antecedentes, unas eventuales negociaciones entre Illa y ERC para formar el próximo gobierno de la Generalitat se antojan complicadas.
Todo lo contrario ocurre con Podemos y los comuns, que son los socios del gobierno de Pedro Sánchez. Illa ha trabajado esta alianza interviniendo decididamente para que Ada Colau repitiese como alcaldesa de Barcelona con el voto del PSC y engrasando la relación con Manuel Valls. El resultado de esta negociación fue que los republicanos (ganadores de las elecciones municipales) se quedaron sin posibilidades de gobernar.
De la notoriedad al calendario
Pese a las complicadas relaciones con ERC, fuentes del partido insisten en que Illa es el hombre ideal para sustituir a Iceta. Argumentan que su papel como ministro de Sanidad, aunque sometido a críticas por su gestión de la pandemia, le ha convertido en el dirigente del PSC con mayor notoriedad ante la opinión pública.
Es ministro sin haber perdido, además, el control del aparato del partido, puesto que se mantiene como secretario de organización de los socialistas catalanes. Y, además, insisten las fuentes consultadas, tiene “ganas de volver».
Aseguran que, cuando Iceta se aparte, Illa ocupará su lugar. De común acuerdo. Pero el calendario también condiciona el relevo, puesto que el Gobierno teme un rebrote de coronavirus este otoño y existe la duda de si a Sánchez le conviene perder a un ministro con experiencia en la pandemia.
Más aspectos del calendario que influyen en la operación Illa. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, se resiste a convocar elecciones. Esto, aseguran los socialistas, favorece las opciones de Illa para ser el candidato del PSC. Se manejan varias fechas y la que más beneficia el cambio de cartel de los socialistas catalanes es la del primer semestre de 2021. A mayor lejanía de las elecciones catalanas, mayor posibilidad de consumar el relevo.