Rechazo mayoritario en Cataluña a las subidas de impuestos de la Generalitat

Aunque la política de la Generalitat va orientada a la inclusión de nuevos impuestos y otros gravámenes, la sociedad catalana mira con recelo las recetas de impuestos altos para sufragar costes. Los ciudadanos apuestan por su mayoría por un sistema de tasas moderado que permita mantener los actuales servicios, sin aumentar esa carga.

Más allá de las valoraciones sobre la gestión de Pere Aragonès al frente de la Generalitat, la Encuesta de Valoración del Govern y de las políticas públicas del 2021 recoge la poca disposición de los catalanes a que se suban los impuestos. El 56,8% de los entrevistados rechazan que se incremente la presión impositiva actual sobre sus bolsillos.

Un 48,2% de los encuestados considera que «se deben mantener los actuales impuestos para mantener los mismos servicios». Creen que la situación actual es suficiente, y rechazan la posibilidad de que se aumenten los gravámenes. Los que apuestan por una bajada representan el 8,2%, mientras que un 36,1% querría aumentar la presión fiscal.

Los datos reflejan que los catalanes están en su mayoría satisfechos con sus servicios públicos actuales, puesto que los consideran de gran importancia, con un 8,79 de media. El 48,2 de los encuestados los sitúan el 10 de máxima importancia, seguido de un 15,8 que les ponen un 9 y un 19,6 que les ponen un ocho.

Una sociedad contra las recetas económicas de la CUP

La muestra se realizó entre el 25 de noviembre y el 15 de diciembre del año anterior. La encuesta se realizó durante el debate por la negociación de los presupuestos de la Generalitat, cuando ERC y Junts se negaron a asumir el excesivo aumento de gasto que pedían los anticapitalistas y buscaron negociarlos con los Comuns.

Los datos desmienten a una CUP que ponía como condiciones para aprobar los presupuestos aumentar la presión fiscal sobre las clases medias y una larga retahíla de nuevos gravámenes para los catalanes. Una política intervencionista basada en una enmienda a la totalidad al sistema actual, contra lo que defendían las alas más liberales de Junts y ERC.

Un freno a nuevos impuestos que, sin embargo, no se ha evitado del todo, puesto que el pacto final con Cataluña en Comú supusieron más impuestos, sobre todo relacionados con el consumo o los temas medioambientales. Por ejemplo, a los alimentos ultraprocesados por su escaso valor nutricional y los potenciales problemas de salud que genera.

Cataluña es una de las regiones de España con los impuestos más alto, frente a una Comunidad de Madrid cuya política la recaudación en base a la atracción de riqueza y no en aumentar la carga impositiva. De hecho, Isabel Díaz Ayuso anunció la supresión de casi la totalidad de los impuestos autonómicos.

Aragonès suspende tras seis meses en el Govern

La encuesta, que se ha dado a conocer este jueves, ha reflejado también la poca confianza que los catalanes tienen en el Ejecutivo de Pere Aragonès, que suspende alto con un 4,85. Los únicos votantes que aprueban a la Generalitat son los pertenecientes a los dos partidos de la coalición –Junts y ERC–, y también a Catalunya en Comú.

Los republicanos califican al Govern presidido por ellos con un 5,85; una puntuación que cae al 5,28 en el caso de los seguidores de Carles Puigdemont. En cuuanto a los votantes del partido que representa a Podemos en Cataluña, aprueban la gestión de Aragonès con un 5,25.

Los votantes de la CUP, partido que ha roto su apoyo al Govern, suspende al Ejecutivo con un 4,26. La cifra es incluso inferior que la que dan los electores socialistas a la Generalitat, un 4,61. Las calificaciones más bajas a Aragonès se las ponen los encuestados de Ciudadanos y el PP, con un 3,67 y un 2,5 respectivamente.