Rebelión municipal en Junts tras el gran acto de la ‘candidata’ Elsa Artadi
Cuadros locales critican el "mega acto" en la capital catalana con el beneplácito de la Ejecutiva mientras se retrasan a 2022 las primarias para candidatos locales
Elsa Artadi quiere erigirse como oposición real al ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau y Jaume Collboni. La líder municipal de Junts llevó a cabo un «mega acto» hace unos días para erigirse como alternativa al actual consistorio, aunque su anticipación ha generado malestar entre cuadros locales de Junts per Catalunya.
El partido no quiere elegir a sus candidatos hasta el año 2022, por lo que Artadi deberá esperar para ser elegida como alcaldable de Barcelona de forma oficial. Una situación que molesta en el seno de la formación posconvergente, que querrían empezar a votar este otoño a los perfiles que deberán representar a la marca en ayuntamientos de cara a 2023.
«En Barcelona hacen lo que les da la gana»
Cuadros de Junts en la Vegueria de Comarques de Barcelona explican a Economía Digital que, mientras a ellos no les «dejan hacer primarias», Artadi «hace un mega acto sin someterse a los procesos oportunos». Les molesta que se haya erigido como cabeza de lista del partido de Carles Puigdemont cuando desde la formación se les pide que se esperen hasta el año que viene.
«El mismo partido pidiendo que le digamos a la gente ‘keep calm’ y que ya llegará el momento, y resulta que en Barcelona hacen lo que les da la gana, y con el permiso y asistencia de la Ejecutiva», critican otras fuentes de la organización molestas con este trato preferencial a Elsa Artadi.
Los cuadros consultados relatan a este medio que hay algunas agrupaciones comarcales que han expresado su malestar al aparato de Junts, y que hay otros cargos de la formación que «están que trinan». Unas quejas que se dirigen a un partido que no tiene todavía aprobado su reglamento de primarias para la cita electoral.»¡Esto es can pixa!», exclaman.
Los problemas de Junts en Barcelona
El partido está todavía acabando de desplegarse, puesto que Junts no fue una formación como tal hasta la ruptura entre Puigdemont y el Pdecat. El partido tiene que aprobar todavía sus primarias para el año 2022, y sigue aún con su implantación territorial tanto en Barcelona como en el resto de Cataluña.
Junts se quedó con todos los concejales de la capital catalana, dejando al Pdecat sin ninguna representación municipal. El salto de Neus Munté –última edil en marcharse al partido del prófugo– dejó desprotegidos a muchos consellers de distrito y asesores que se negaron a irse con Puigdemont, lo que se saldó con una purga para poner, en su lugar, a personalidades afines.
En cuanto a las pretensiones de Artadi, la concejal se dio un baño de masas en el cine Phenomena de la capital catalana con un acto titulado ¡Barcelona!. La líder de Junts a las municipales quiere recuperar una alcaldía que perdieron los convergentes en 2015 tras la victoria de Ada Colau.
Entre los asistentes, había una nutrida representación del mundo de Junts per Catalunya: el exalcalde de Barcelona, Xavier Trias; el exconseller y cabeza de lista en 2019, Joaquim Forn; el expresidente de la Generalitat, Artur Mas. También, una nutrida representación de Ejecutiva de Junts y el Govern de la Generalitat.
Artadi, la candidata contra la ‘Barcelona del no’
La concejal y diputada en el Parlament hizo en su acto un llamamiento «a la gente a decir basta y a construir juntos la alternativa para recuperar la Barcelona que queremos». Artadi advirtió de que Colau está destruyendo la Barcelona «luminosa y abierta al mundo, catalana y cosmopolita, culta y guapa, llena de oportunidades, igualitaria y justa».
Artadi culpó a Ada Colau de faltar a sus promesas de una «Barcelona saludable y social» para acabar por convertir la ciudad en un lugar «empobrecido, caótico e inseguro». La concejal de Junts aseguró que formaba parte de «esa mayoría» de dos tercios de barceloneses que consideran que la ciudad ha empeorado en estos años.
La candidata de facto en Barcelona sonaba como vicepresidenta de la Generalitat y consellera de Economía, cargo al que renunció por sorpresa para dedicarse por completo a la alcaldía de Barcelona. Su decisión desembocó en que Jordi Puigneró fuera el número dos del Govern y Jaume Giró el conseller de Economía.