Rajoy responde al sí o no de Ciudadanos con un depende
El PP se toma dos horas para no decidir casi nada, y el PSOE se mantiene en su negativa ante la presión de una militancia dividida
Dos horas ha durado la reunión del comité ejecutivo del Partido Popular y, en versión de su presidente Mariano Rajoy, no se han analizado las condiciones previas de Ciudadanos para negociar un pacto de investidura con el PP. ¿Que han hecho los dirigentes populares en ese tiempo?
Si nos atenemos a las explicaciones dadas en rueda de prensa por el presidente en funciones, los dirigentes populares han escuchado una larga explicación de lo que ya se conoce como la versión del Partido Popular de lo sucedido en España desde el 20 de diciembre. Explicación larga y tediosa en rueda de prensa para no decir nada que no se supiera. Es difícil dedicar más tiempo para no decir nada.
Según la leyenda y la tradición, hace falta ser gallego para utilizar una tecnología del despiste para responder a la pregunta «de donde vienes» con «manzanas traigo». En esa línea, el presidente no ha dicho si está subiendo a bajando de la escalera. Y agotará todo el tiempo necesario para mantener esa posición trasladando a Ciudadanos la disyuntiva de retirar su oferta y al PSOE la responsabilidad del bloqueo.
Dos horas para una decisión
Fuentes consultadas desmienten la versión de Rajoy de que no se ha tratado en la reunión sobre las exigencias de Rivera. Al menos Cristina Cifuentes y el presidente de Castilla León, Juan Vicente Herrera, se han pronunciando a favor de aceptar las condiciones previas de Albert Rivera.
La única decisión adoptada ha sido la de dejar las manos libres a Mariano Rajoy y a la dirección nacional del Partido Popular para llevar a cabo las negociaciones para un acuerdo con Ciudadanos. Tampoco se ha fijado fecha de investidura y ni siquiera se ha determinado que se vaya a realizar.
El presidente del PP ha anunciado que consultará con Pedro Sánchez las fechas de las sesiones del congreso. Bien pudiera interpretarse que al líder socialista se le preguntará por su posición de votar en contra para que Mariano Rajoy obre en consecuencia.
Todo sigue igual
No hay reacción todavía a la posición del Partido Popular desde la dirección de Ciudadanos. Lo que está claro es que su ultimátum ha sido ignorado. Y lo que pretendía ser una pregunta con un «sí» o un «no» se ha quedado en un «depende».
La negociación se ha convertido en una partida de póker a cara de perro en la que nadie enseña de verdad sus cartas en espera de jugarlas en el momento oportuno.
Mariano Rajoy gana tiempo, enrocado en su naturaleza de no decir lo que piensa. Albert Rivera está prisionero de un ultimátum sin respuesta. Y Pedro Sánchez ha reafirmado su posición en la negativa absoluta a cambiar su voto en contra.
Solo los más cercanos a Sánchez están en su secreto. No se abstendrán en la investidura de Mariano Rajoy pero certifican que no habrá terceras elecciones. Un criptograma que a fecha de hoy es imposible de descifrar.
El PSOE, dividido, se mantiene en la negativa
El clima de presión sobre el PSOE ha servido para que en la dirección del partido sea una prioridad demostrar que no están dispuestos a aceptar presiones, amenazas o chantajes. Y han hecho una cuestión de honor la posición anunciada de votar no a la investidura.
Fuentes bien informadas del PSOE manifiestan que la militancia del partido está muy dividida y que un sector muy importante de las bases y votantes se niegan en redondo a permitir con la abstención la investidura de Rajoy. La partida se desarrolla en una rotunda operación de desgaste del presidente en funciones, «incapaz de encontrar apoyos para ser investido». La respuesta del PP es acusar al PSOE de irresponsabilidad y de ser los culpables si hubiera que ir a nuevas elecciones.
Lo que ha quedado claro es que nada de lo que se está diciendo es definitivo. Nos instalamos en un día a día en donde no se pueden sacar conclusiones definitivas. Guerra de nervios para inhabilitar a Rajoy y para demonizar al PSOE.
El socialismo evita el desgaste
Quienes conocen bien las interioridades del PSOE dirigen las miradas al próximo congreso socialista. Nadie de los distintos niveles del dirección del PSOE, barones incluidos, salen a discrepar con el secretario general por el coste que tendría en las batallas por unas primarias o por la secretaría general. Y quienes estarían dispuestos a apoyar la abstención en la investidura no van a manifestarse hasta el último minuto.
Esto amenaza con ser una carrera de fondo para hacer el sprint en el último minuto, sin que nadie se atreva a precisar cuando será ese momento.
En los próximos días u horas sabremos la reacción de Ciudadanos y es posible que también conozcamos si Mariano Rajoy certifica que se presentará a la moción de investidura.