Mariano Rajoy paga a precio de oro el oxígeno del PNV
El PP se ha endeudado con el "sí" del PNV a los presupuestos para sacar la cabeza y respirar tras el caso Cifuentes
El PNV le ha proporcionado a Mariano Rajoy una tregua, un minuto de paz, una pequeña esperanza, en los momentos más negros y complicados de su ya larga carrera política.
En medio de un universo de catástrofes, con la puntilla del sórdido desenlace de la crisis en el que ha navegado la dimisión Cristina Cifuentes, el desbloqueo de los PGE significa dilatar la legislatura para tratar de recomponer al PP del colapso en el que se está inmerso.
No ha sido barato. El PNV ha exprimido la naranja de los fondos del estado hasta sacar la última gota. No sólo en dinero líquido, incluso para los pensionistas de toda España, sino además deshaciendo una parte sustancial del discurso económico y político de Rajoy sobre la responsabilidad en el manejo del dinero público.
El PNV ha exprimido los presupuestos hasta la última gota
Y un impulso para el proyecto pragmático de los dirigentes bizcaitarras del PNV. Réditos para la vía autonómica vasca sin desafiar la Constitución. Otro precedente de que las minorías nacionalistas sacan petróleo de sus votos para garantizar la estabilidad de un gobierno en España.
Hace sólo unos días, para Rajoy no era posible ni responsable subir las pensiones, ni de lejos, en los términos que reflejarán los presupuestos. Pero su angustia y la habilidad del PNV han dado la vuelta al calcetín de lo imposible. Y a lo mejor esta sangría a las arcas públicas no ha terminado.
Los dos salen ganando
El PNV ha sacado mucho más que inversiones y el desbloqueo del concierto y del cupo. A la espera de conocer la letra pequeña de lo que Rajoy ha concedido al partido vasco, los dos han conseguido oxígeno político para sus proyectos.
El PNV ha revestido de máxima utilidad su proyecto para Euskadi. Para quien conoce por dentro la historia del Euzko Alderdi Jeltzalea (denominación en euskera del PNV) sabe la estrategia política por la que han apostado Iñigo Urkullo, Andoni Ortuzar y Aitor Esteban.
Mariano Rajoy y el PNV han ganado tiempo en sus respectivos partidos
Los líderes del PNV apostaron con claridad por un proyecto de optimización del desarrollo y modernización económica y social de la región. Manifestaron públicamente la imposibilidad de la independencia en este mundo globalizado.
Necesitaban demostrar la utilidad de esa apuesta, dentro de la Constitución y sin reivindicaciones soberanistas. La eclosión del conflicto catalán era un arma de doble filo.
Por una parte, reafirmaba la vía pragmática y realista del PNV en contraposición a la de los secesionistas catalanes. Pero, por otra, tenía el riesgo de que la insurrección en Cataluña contagiara a Euskadi.
La eclosión del conflicto catalán ha sido un arma de doble filo para el PNV
El suculento rédito de las negociaciones con Rajoy refuerza las tesis del PNV frente a los cantos de sirena de Bildu y otros sectores radicales del nacionalismo vasco, incluso de los rescoldos de los antecedentes recientes de los dirigentes guipuzcoanos.
Casi despejada la continuidad de la legislatura, Mariano Rajoy puede centrarse en apagar los fuegos que tiene encendidos en su partido.
Primeros retos: recomponer el PP en Madrid
La urgencia es encontrar un candidato de confianza para conservar la presidencia de la Comunidad de Madrid de forma interina.
Un presidente provisional, limpio y alejado de un universo altamente contaminado. Que cumpla las exigencias de Ciudadanos y que no esté comprometido con los sectores en disputa ni sea fiduciario de las facciones involucradas en casos de corrupción.
Y tampoco perteneciente al entorno íntimo y de confianza de Cristina Cifuentes, que ha pasado a ocupar la situación de contaminada. Visto así, no parece fácil encontrar unos cimientos en qué apoyarse. Todo eso envuelto en la amenaza de una moción de censura con el riesgo de que los recién llegados levantaran las alfombras del gobierno autonómico.
El presidente Mariano Rajoy y el coordinador general Fernando Martínez Maillo tras un pleno del Congreso de los Diputados. EFE
La segunda prioridad, una vez lograda una investidura interina en Madrid, es encontrar y promover candidatos ganadores para la Comunidad y el Ayuntamiento de Madrid. Posiciones de poder fundamentales para el PP, con lo que significa el riesgo cierto e inminente de perder estos dos enclaves.
A la vista de la historia reciente de los populares en Madrid, es como buscar una aguja en un pajar. Esta es la prioridad de Mariano Rajoy y son asuntos que va a gestionar personalmente, sin delegación en nadie.
El PP también debe buscar candidatos ganadores
Circulan nombres para los dos cometidos, pero no hay nada decidido y existe el riesgo de caer en las filtraciones interesadas en un momento en el que la lucha interna está al rojo vivo.
En esa clave pueden leerse algunas de las propuestas, como la de la vicepresidenta Soraya Sáez de Santamaría como candidata a la comunidad o al ayuntamiento para el 2019.
La tercera prioridad de Rajoy es más abstracta
Fracasada la convención del partido por la coincidente explosión de la crisis Cifuentes, se trata de articular el relanzamiento de un proyecto político herido de muerte. Sacar al PP de cuidados intensivos es complicado, por lo que se van a dedicar en cuerpo y alma. Dentro del partido está instalado el desánimo ante lo que muchos consideran un reto imposible. Peligro añadido de un estado de «sálvese quien pueda».
Los problemas acumulados del PP: Cs está en pleno auge y se recrudecen los conflictos internos
Con Ciudadanos en pleno sorpasso, con conflictos internos y sectores cercanos utilizando los más sucios métodos en esas disputas internas, con riesgo de que los procesos policiales y judiciales sobre la corrupción sigan causando estragos, encontrar una receta que haga recuperar la confianza a los electores huidos parece más un milagro que una posibilidad.
Probablemente lo aconsejable sería una crisis de gobierno para un ejecutivo abrasado. Pero no parece que el clima interno lo permita. La victoria, que ha garantizado la tramitación ordinaria de los Presupuestos Generales del Estado, dio un respiro, pero sólo facilitó tiempo, que no es poco.
Hay que hacer balance
Los daños colaterales del caso Cifuentes y de su desenlace todavía no se pueden inventariar. Hay que ver cómo reflejan las encuestas los últimos sucesos de Madrid. Pero ni en Génova ni en Moncloa hay optimismo sobre los próximos sondeos demoscópicos.
Las próximas encuestas calibrarán el impacto que ha tenido el caso Cifuentes
Todavía no sabemos cuánto exactamente han engordado los presupuestos en la fase de negociación que queda con la tramitación de la ley. Para alguien que está en cuidados intensivos, recibir respiración asistida es un lujo. A Rajoy se lo ha proporcionado el PNV.