Radiografía de la Barcelona de Colau: la delincuencia crece un 10% y las familias se empobrecen el 1%
Economía Digital accede al informe del propio ayuntamiento barcelonés "Estado de la ciudad en 2021", donde el consistorio atestigua un incremento de la "actividad delictiva" hasta rozar los 150.000 hechos delictivos en el año
La inseguridad se erige como gran problema en Barcelona. El último barómetro municipal señaló que este es el principal problema, con un 21% de respuestas. Y no es para menos, puesto que Ciudad Condal ha cerrado 2021 con un aumento del 10% de la delincuencia. Además, la capital termina el año más empobrecida, con la caída de poder adquisitivo de su ciudadanía del 1%.
Así se recoge en el Informe de l’Estat de la Ciutat de 2021 del propio Ayuntamiento al que ha tenido acceso Economía Digital. El documento municipal refleja que se cerró 2021 con un total de 146.667 hechos ilícitos conocidos, una cifra que es un 10% superior al del año 2020 «pero todavía más de un tercio por debajo del nivel de antes de la pandemia», cuando se llegó a los cerca de 230.000 hechos ilícitos.
Ciutat Vella, el distrito más descontento
«La evolución a lo largo del año ha sido desigual, con un incremento notable a partir de verano, en especial durante el último trimestre del año», explica el documento. La percepción de la seguridad como problema también cambia en función del distrito, siendo Ciutat Vella el más preocupado, con aproximadamente un 25%, y Gràcia el que menos con tan solo un 10%.
En cuanto a la percepción en la ciudad, la nota media se sitúa en un 5,5, frente al 5,2 del año anterior. Una nota que sube también del 5,8 al 5,9 sobre el barrio. El distrito más castigado es, de nuevo, Ciutat Vella, que suspende la seguridad con poco más del 4,5 en el propio distrito, aunque sus vecinos la aprueban en el conjunto de la ciudad con poco más de un 5.
Según la encuesta de Barcelona Serveis Municipals (BSM), la inseguridad se ha enquistado como el problema más grave de la ciudad para el 14,5% de los entrevistados, una mejora respecto al año anterior –un 17,7%– pese a que se cronifica como problema municipal.
Una ciudadanía más pobre
Las malas noticias también afectan al bolsillo de los barceloneses. El paro económico de 2020 supuso una disminución de la Renta Disponible de los Hogares (RDH) de Barcelona, con una caída del -6,5% en comparación con el año 2019, el último antes de la pandemia.
Un declive que fue moderado en la reducción de la Renta Primaria (-8,8%) gracias al efecto compensatorio de las Prestaciones Sociales, como los ERTE u otras ayudas públicas, que se aumentaron a una tasa del 14,5%. En cuanto a la Remuneración de Asalariados y Rentas Mixtas se registraron tasas interanuales del -5,4% y del -14,9% respectivamente.
En cuanto a las estimaciones provisionales de los tres primeros trimestres de 2021, la RDH de Barcelona registró una subida del 1,1% en promedio. «Sin embargo, el incremento del coste de la vida que refleja el IPC a partir del segundo trimestre de 2021 ha comportado que los hogares hayan reducido su capacidad adquisitiva en valores en torno al -1%», refleja el informe.
Creación de empresas por debajo de la media catalana y española
El informe también recoge que, según datos del último Directorio Central de Empresas del INE en enero de 2021, había 183.286 empresas activas en la ciudad, una caída del -1,4% en comparación con enero de 2020, con un tejido empresarial mayoritariamente de empresas pequeñas y medianas.
La creación de nuevas empresas también sufrió un duro revés en 2020, y el municipio gobernado por Ada Colau lo lideró. En la capital catalana hubo un descenso del 19% en comparación con 2019, superior al conjunto de Cataluña (-17,2%) y de España (-15,8%).
En cuanto a 2021, aunque la Ciudad Condal creció un 27,4% respecto a 2019 y consiguió recuperar un nivel prepandémico (+0,1% respecto a hace dos años), el resto de Cataluña y España tienen un crecimiento mucho más acusado que el del ayuntamiento presidido por Ada Colau, con un 5,4% y un 6,8% respectivamente.
Puerto y aeropuerto, a medio gas
Otros datos desalentadores también reflejan la falta de empuje de Barcelona. La pandemia ha pasado factura al sector de los cruceros, que durante 2020 solo pudieron estar operativos hasta la declaración de Estado de Alarma de 2020 y no se retomó la actividad hasta junio de 2021.
«Desde esta fecha hasta el noviembre, un total de 488.000 cruceristas han pasado por por el Puerto de la ciudad, más del doble que en 2020, pero un 85% menos que en 2019, cuando se consiguió un récord de 3,1 millones que consolidó a Barcelona como primer puerto crucerístico europeo y cuarto del mundo», explica el documento.
Una afectación que también se aprecia sobre el aeropuerto de Barcelona. La ciudad ha cerrado 2021 por debajo de los 19 millones de usuarios, una cifra que supone un incremento significativo respecto al año del estado de alarma y las restricciones de movilidad, pero que se sitúa alrededor de un tercio de los más de 52 millones de 2019.
El estudio refleja que los pasajeros del sector domésticos fueron los principales usuarios durante la primera mitad de 2021, aunque el tráfico internacional ha ido ganando terreno perdido y se ha situado en un 60% del total: «El nombre de movimientos de aeronaves ha estado más de 163.000, aproximadamente la mitad que la correspondiente a nivel de antes de la pandemia».