Quim Torra torpedea la fusion de Caixabank y Bankia
La Generalitat se resiste a aceptar que Caixabank abandonó Cataluña tras la grave crisis política del 1-O e intenta intenta poner trabas a la operación
La Generalitat parece obcecada en influir en el proceso de convergencia entre Caixabank y Bankia pese a que ninguno de los dos bancos tiene la sede social en Cataluña. El Govern de Quim Torra estudiará pedir un informe a la Comisión Europea sobre la fusión de ambas entidades bancarias.
La consellera-portavoz de Presidencia, Meritxell Budó, ha explicado que les preocupa el grado de concentración bancaria que esta operación pueda producir y que han pedido «a los servicios jurídicos del Departamento de Economía que estudien la posibilidad de pedir un informe a la Comisión Europea sobre el grado de concentración bancaria por territorios en el Estado».
El Govern no ha renunciado a que Caixabank vuelva a Cataluña, pese a su cambio de sede social ante inestabilidad generada por la grave crisis política vivida en octubre de 2017. El vicepresidente y conseller de Economía, Pere Aragonès, insistió la semana pasada que aguardaría vigilante a que la entidad mantuviera su «vinculación con las entidades financieras y el tejido productivo del país».
Aragonès reconoció que el Govern querría que «el máximo de sedes financieras estén en Cataluña». La Generalitat ha asegurado que no renunciará a la «vinculación» histórica de Caixabank con Cataluña, a la vez que ya apuntó a su disgusto por la concentración del «mercado bancario», al alegar que podía ser problemático para financiar empresas al reducirse la competencia.
Puigdemont también boicotea la fusión de Caixabank y Bankia
No es el único intento de boicotear la unión entre Caixabank y Bankia. El frente de los exconsellers huidos encabezado por el eurodiputado Carles Puigdemont, con sus compañeros europarlamentarios Clara Ponsatí y Toni Comín, denunciaron que Bankia fue «rescatada» en 2012. Además, han alegaron que la fusión llegó después del Real Decreto-Ley 15/2017, que «invitó a las instituciones financieras basadas en Cataluña a mover sus sedes a otros lugares».
Los parlamentarios independentistas defendieron en la Cámara europea que ese decreto significó la «interferencia» del Gobierno español en las «fuerzas del mercado«. Los eurodiputados de JxCat sugirieron que la operación para la fuga de empresas y capitales de Cataluña es el germen de este histórico acuerdo bancario.
La Comunitat Valenciana ve positiva la operación
Aunque la fusión deja fuera de juego a Cataluña como futura sede social, es probable que la entidad se mantenga en Valencia, donde ambos bancos tienen la sede social. Ximo Puig ha dejado clara su disposición a que esta nueva entidad se mantega en Valencia: «Sería un hito muy positivo para la Comunitat Valenciana». Pese a su voluntad, ha mostrado «respeto absoluto a las decisiones que tomen estas dos entidades privadas».
La Generalitat Valenciana se ha movido para promover que ambas entidades se queden en Valencia. «En los últimos días, el presidente de la Generalitat ha mantenido contactos con ambas entidades ante la posibilidad de una fusión de los dos bancos», informó el Ejecutivo valenciano. El gobierno valenciano defendió que mantener la sede social en la región era «lo lógico y lo razonable».