Quim Torra revienta la estrategia de Pedro Sánchez
El ultimátum lanzado por el presidente de la Generalitat obliga al Gobierno a estudiar con urgencia el calendario electoral
Los ingenuos que confiaban en un deshielo entre Gobierno y Generalitat ya no tienen más motivos para el autoengaño. No hay tal deshielo. El presidente de la Generalitat, Quim Torra, no sólo reventó ayer, martes, toda posibilidad de entendimiento con el Gobierno, sino que también dinamitó la estrategia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
El jefe del Ejecutivo pretendía alargar su mandato hasta 2020 apoyado en Podemos y en los partidos soberanistas (Pdecat, ERC y PNV). Así lo había trasladado esta semana a la ejecutiva del PSOE. Pero Torra puso fin a estos planes de forma súbita al colocar a Sánchez entre la espada y la pared: «Si no hay propuesta (del Gobierno) para concretar la autodeterminación, el independentismo no podrá garantizar ningún tipo de estabilidad a Pedro Sánchez».
El Gobierno se apresuró a rechazar el órdago del presidente de la Generalitat y con la misma velocidad comenzaron los cálculos electorales en el palacio de la Moncloa. El PSOE no tiene apoyos para sacar adelante ninguna iniciativa y no tiene otro remedio que preparse para unas elecciones que se producirán más pronto que tarde. El Gobierno confiaba en venderse a los españoles como los garantes del diálogo, pero la estrategia ha colisionado contra el vicario de Carles Puigdemont.
El reciente análisis de Torra
El entorno de Torra manejaba unas previsiones diferentes hace apenas unos días. Así se expresaban voces que han participado en recientes reuniones estratégicas del presidente de la Generalitat: «Torra va a apurar con Sánchez, va a buscar hasta el final un referéndum. No se quieren cometer los mismos errores. Hemos medido la fuerza del Estado y ahora han desaparecido los plazos».
Así estaban las cosas muy recientemente en el Palau de la Generalitat, siempre custodiado a distancia por el líder huido a Waterloo. Pero todo este planteamiento ha volado por los aires, tal y como temían los socios de Torra, escépticos ante la autonomía real del presidente catalán.
En estos momentos, la entrevista que debían mantener Sánchez y Torra es prácticamente impensable. Ya estaba en la cuerda floja, pero tras el ultimátum del presidente de la Generalitat se ha convertido en una posibilidad remota.
El presidente del Gobierno concretó su oferta a la Generalitat, que podría resumirse en «todo salvo la autodeterminación». Y se ha llevado un sonoro portazo. Sánchez ya tiene la respuesta de Torra a los continuos gestos de distensión practicados por el Gobierno, a las continuas llamadas de dirigentes socialistas para la liberación de los presos independentistas: referéndum o referéndum. No hay más que hablar.
España se asoma a una nueva cita con las urnas.