Los tentáculos de Torra y Puigdemont en Valencia irritan al PSOE
Acció Cultural del País Valencià maniobra con el Govern de Torra para potenciar la cultura catalana en la Comunidad Valenciana ante un Ximo Puig incómodo
Como si en Cataluña no tuviera suficientes problemas, Quim Torra y su gobierno capitaneado en la sombra (de Waterloo) por Carles Puigdemont han puesto un ojo en la Comunidad Valenciana. El activismo catalanista —muy cercano ahora al independentismo— en Valencia no es especialmente representativo pero sí activo, y maniobra con el Govern catalán para dar un fuerte empujón a la cultura catalana en tierras valencianas.
Acció Cultural del País Valencià (ACPV), entidad fundada por Eliseu Climent y ahora presidida por el escritor Joan Francesc Mira, ha renovado su agenda de colaboración con las instituciones catalanas, con el fin de que, por ejemplo, TV3 vuelva a verse en la Comunidad Valenciana, algo que no ocurre desde que, en 2011, el gobierno regional del PP apagó los repetidores. Estos movimientos irritan a Ximo Puig y al PSOE, que han evitaron este debate a toda costa en la primera legislatura.
Según adelanta este sábado El Confidencial, los responsables de Acció Cultural del País Valencià, comandados por Mira, se reunieron hace unos días con la consejera de Presidencia y portavoz del Govern, Meritxell Budó, en el Palau de la Generalitat. Budó fue la consejera que generó una polémica hace menos de un mes al negarse a responder una pregunta en castellano tras una reunión de Govern.
La agenda de ACPV y Torra: TV3 y ‘erasmus’ de interior
El grupo cultural valenciano pidió ayuda a Torra, a través de Budó, para llevar a cabo sus reivindicaciones, entre las que destaca la vuelta de TV3 a los hogares de todos los valencianos mediante una cuerdo de reciprocidad entre la televisión catalana y la valenciana, À Punt, que empezó a emitir hace algo más de un año, tras el cierre de Canal 9, dirigida por la excorresponsal de TV3 en la región.
El acuerdo que busca ACPV incide especialmente en la lengua, con una ley de Igualdad Lingüística y la incorporación de la Generalitat Valenciana al Institut Ramón Llull, del que forman parte los gobiernos catalán y balear para la difusión de la lengua y la cultura catalana fuera de estas regiones.
Además, Acció Cultural del País Valencià propone un programa de intercambios escolares y asociativos que “normalice” la relación entre ambas comunidades autónomas, así como con las Baleares. Sería como un Erasmus entre colegios y centros educativos de Cataluña, la Comunidad Valenciana y Baleares.
Ximo Puig y Mónica Oltra, incómodos
Esta agenda, cuya música suena muy bien para el Govern de Torra, incomoda profundamente a Ximo Puig. El presidente de la Comunidad Valenciana, uno de los pesos pesados del PSOE de Pedro Sánchez, ha sido muy crítico con el soberanismo catalán y, pese a su pacto con Compromís, en su primera legislatura logró esquivar este debate, sepultado bajo los problemas de Cataluña con el 1-O y sus consecuencias y también por el renacimiento de À Punt, que calmó las ansias de los catalonófilos valencianos.
También la socia de Puig, Mónica Oltra, prefirió arrinconar el tema y subrayar el alma más izquierdista de Compromís, algo que le favoreció en la época ascendente de Podemos, con quien tuvo pactos de convergencia.
Ahora, en la segunda legislatura, pese a que Puig está más asentado, sigue incomodándole el debate por la fuerte oposición de la derecha. Además, su feeling con Torra es nulo. No solo por las pocas habilidades del presidente catalán para ganar aliados, sino por su desplante en el último acto de reivindicación del Corredor Mediterráneo, al que el presidente catalán dio plantón pese a tratarse de una demanda histórica de Cataluña, compartida con Valencia.