Puigdemont incluye a Valencia y Baleares como «circunscripciones electorales» de su votación ‘fake’
El expresidente quiere que el Consell per la República se implante en los llamados Países Catalanes, que incluyen también a Andorrra y una parte de Aragón y Francia
Desde una Junta Electoral hasta un BOE propio. Puigdemont ha pensado en todo para su votación a la Assemblea de Represnetantes –su parlamento solo para independentistas–. Incluso, el ámbito geográfico. Más allá de Cataluña, el Consell per la República incluye como «circunscripciones electorales» a la Comunidad Valenciana, las Islas Baleares, la Franja oriental de Aragón, una parte de Francia y Andorra.
Así se recoge en el pseudodecreto publicado en el Butlletí Oficial del Consell per la República, un diario institucional inventado por Puigdemont para dar imagen de oficialidad a todo lo aprobado en su organismo. «Los distritos electorales específicos de la Unión Europea, Resto del Mundo, Cataluña del Norte, Islas Baleares, País Valenciano-Franja de Poniente (sic)».
El expresidente no solo quiere tener influencia en Cataluña, sino en lo que parte del independentismo considera como «Países Catalanes», que incluyen a todos esos territorios que tienen el catalán/valenciano como lengua propia, sin atender a la división territorial histórica y actual de estas regiones, ni tampoco a su identidad legal ni sentida.
Puigdemont apuesta por los ‘Países Catalanes’
La Asamblea, que estará compuesta por 121 representantes, escogerá a 81 de ellos a través de sus pretendidas circunscripciones territoriales. Puigdemont le ha otorgado dos electos a la Unión Europea, dos al «Resto del Mundo», uno a la región francesa de los Pirineos Orientales, uno a las Islas Baleares y otro a la Comunidad Valenciana-Franja Oriental de Aragón.
El exmandatario catalán rompe así con la tradición convergente, que consideraba como sujeto «nacional» únicamente a Cataluña, sin negar los lazos lingüísticos y culturales con los otros territorios. También se incluye a Andorra –único país del mundo que tiene el catalán como única lengua oficial–, agrupado con el Alto Pirineo-Arán, y al que le otorga dos representantes.
Las votaciones, que se llevarán a cabo en los días 29, 30 y 31 de octubre, estarán supervisadas por órganos creados por el propio Consell de Puigdemont. No será votación por urna física, sino de forma telemática a través de la APP del Consell per la República, usando el llamado»espacio ciudadano».
Waterloo tiene Junta Electoral y BOE
Uno de los órganos que tiene que velar por una pretendida transparencia es la Sindicatura Electoral, que bebe del nombre que recibió la pseudojunta electoral que debía regular el referéndum declarado ilegal del 1-O. Un órgano que fue constituido por la «Asemblea Fundacional de Representantes», cargos electos independentistas mayoritariamente afines a Puigdemont.
Según la página web del Consell, los miembros que forman parte de este pretendido órgano arbitral son Jordi Domingo Garcia-Milà, Olga Amargant Cancio, Teresa Vallverdú i Baró, Josep Ramon Barberà i Gomis, Mònica Fernández i Pujagut, Marta Martínez i Gellida y Antoni Fitó Baucells.
Algunos de ellos tienen cierto recorrido dentro del mundo independentista. Garcia-Milà fue impulsor de una querella contra el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel Llarena. También, Antoni Fitó i Baucells, que fue representante minoritario de la Cambra de Barcelona –dominada por el independentismo– en La Caixa.
Todas estas instrucciones se han publicado en el llamado Boletín Oficial del Consell per la República. En él, el expresidente de la Generalitat publica aquellos documentos que quieren tener una pátina de oficialidad y los redacta con forma de decreto, como la convocatoria de las mencionadas elecciones.
De momento, el único publicado es el “decreto 1/2021, de 19 de septiembre, de convocatoria de elecciones a la Asamblea de Representantes del Consejo para la República”. El artículo incluso marca el día en que este órgano inventado por Puigdemont se constituirá: el 14 de noviembre se hará sesión inaugural «de la primera legislatura».
Un organismo que incomoda a ERC
Los candidatos que quieran presentarse –»ciudadanos», a través de las circunscripciones territoriales; «electos», a través de las circunscripción única– tienen de plazo hasta el 4 de octubre para presentar su candidatura. Una vez aprobados por la sindicatura electoral tendrán un espacio virtual donde hacer campaña electoral.
El papel del Consell per la República de Carles Puigdemont fue uno de los problemas que encalló la negociación entre ERC y Junts para la investidura. Los posconvergentes querían que este órgano tuviera cierto control sobre las decisiones de la Generalitat, algo a lo que ERC se negó, al considerar que el presidente solo debía rendir cuentas ante el Parlament.
Ambos partidos, en su acuerdo de legislatura, acordaron la reformulación de este órgano como un espacio de «consenso» donde las formaciones y entidades independentistas marcarían cuál sería la hoja de ruta a seguir. Una reforma que no ha llegado, puesto que el órgano sigue a la espera, y que avanza en su despliegue pese a su limitada legitimidad dentro del movimiento.
Una legitimidad que también se ha reflejado con el número de socios. Pese a los intentos para seducir a nuevos independentistas –como un DNI de la República sin validez para ningún trámite en Cataluña–, la cifra sigue muy por debajo del millón vislumbrado al principio, con tan solo 98.925 afiliados.