Puigdemont se inventa un tribunal para su república imaginaria
Según el vicepresidente del Consell per la República, Toni Comín, la intención es que el 'tribunal' se convierta en el "embrión" de un futuro "Poder Judicial de la República" catalana
El expresident Carles Puigdemont se ha inventado una especie de «tribunal republicano», que aspira a convertirse en el «embrión» de un futuro «Poder Judicial de la República» catalana y tiene como objetivo funcionar como organismo de mediación, al cual podrán acogerse los asociados del Consell per la República, que ascienden a poco más de 100.000 personas.
Así lo ha expresado durante la presentación del «plan de gobierno» del Consell per la República ante la Asamblea de Representantes, el vicepresidente del consejo y eurodiputado, Toni Comín, quién además ha explicado que a lo largo de este mandato el consejo se limitará a planificar este organismo de mediación.
«Queremos que el Consell primero piense y diseñe un órgano de mediación al que se puedan acoger los registrados al Consell per la República y que empiece a ejercer por lo tanto como tribunal republicano, para decirlo de algún modo, este embrión de Poder Judicial, pero desde la lógica de la mediación y la resolución de conflictos«, ha detallado.
Red diplomática
El expresident catalán también designó hace unos días nueve ‘delegados’ con el objetivo de crear una red diplomática que llegue «donde la autonomía catalana no puede llegar» en un plan para continuar divulgando y buscando apoyos en el proceso independentista catalán.
Según especificó Comín, las nueve delegaciones de esta red paralela a la de la propia Generalitat se encontrarán en los 5 continentes y los ‘delegados exteriores’ tendrán entre sus funciones buscar «nuevos lugares estratégicos» y «nuevos delegados exteriores».
En concreto, los delegados son: Aurora Campo (Tel Aviv), Pau Figueras (Londres), Ignasi Vich (Costa Rica), Thomas Harrington (Nueva York), Mai Santamaria (Dublín), Axel Schönberger (Frankfurt), Adrià Muñoz (Luxemburgo), Carina Portillo (Los Ángeles) y Josefina Bieto (Nueva Zelanda).
Puigdemont continúa así en su proceso por internacionalizar un proceso que va de capa caída desde antes de la llegada del nuevo ejecutivo autonómico a la Generalitat, pues desde hace años se ha convertido en una quimera del independentismo movilizar al mismo número de personas que en épocas anteriores, como cuando Puigdemont presidía la Generalitat.