Puigdemont se burla del CNI: «Espían mal y sus informes están llenos de manipulaciones»
El expresident huido critica el hecho de que el CNI sospechara que Pere Aragonès pudiera ser el coordinador de los CDR
Carles Puigdemont, expresidente de la Generalitat de Catalunya. EFE
El hecho de que el CNI espiara a Pere Aragonès con el argumento de que podría ser quién coordinaba a los CDR ha provocado una mezcla de risa e ira entre los independentistas. «Este es el nivel, y peor», ha señalado Carles Puigdemont a través de su cuenta de Twitter, ya que no considera creíble esta sospecha de los servicios de Inteligencia españoles. «Es evidente que los dosieres que elaboran (…) están cargados de falsedades y manipulaciones«, ha sentenciado el expresident huido.
A finales de 2019, el centro justificó a Moncloa y al Ministerio de Defensa que ésta era la razón por la que pidieron al Tribunal Supremo espiar al líder catalán. Según ha publicado El Mundo este miércoles, el CNI explicó al juez Pablo Lucas que Aragonès habría podido estar detrás de la coordinación de loa CDR, que por aquel entonces hacían barricadas en la autopista AP-7 y había ocupado el aeropuerto de Barcelona, entre otras.
Las sospechas de que Aragonès podía estar al frente es lo que llevó al centro de inteligencia a usar el programa Pegasus para entrar en su móvil. La posible coordinación de Aragonès aparecía en la copia de la resolución del magistrado, quien autorizó la intervención de su teléfono, y a la que los portavoces de los grupos parlamentarios pudieron leer en una Comisión de secretos del Congreso, liderada por Paz Esteban, quien este martes ha sido destituida de la dirección del CNI por el espionaje a independentistas, al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y a la Ministra de Defensa, Margarita Robles, entre otros.
¿Por qué lo vinculaban con el CNI?
Los investigadores señalaron que la organización podría haber estado financiada con dinero público y, en ese momento, Aragonès era también el conseller de Economía en Cataluña.
Además, el republicano respaldaba las protestas Tsunami Democràtic posteriores a la sentencia del procés, en las que pedían la libertad de los políticos catalanes presos. En estas protestas se vivían episodios de violencia tanto por parte de los manifestantes como de los cuerpos policiales
