Puigdemont pidió 11.000 millones a China para pagar la independencia
Un guardia civil revela en el Supremo el plan del govern para conseguir casi 23.000 millones y aguantar desde la DUI y hasta tener lista la hacienda propia
El gobierno de Carles Puigdemont pidió 11.000 millones a China para financiar la independencia. Así lo indicaba un correo electrónico de Lluís Salvadó que fue interceptado en el registro a la casa y el despacho del exsecretario de Hacienda de la Generalitat. Así lo contó este jueves en el Tribunal Supremo el cabo de la Guardia Civil que analizó la documentación en busca de pruebas que acreditaran la comisión de un delito de malversación por parte de los responsables del gobierno catalán.
Según los documentos encontrados a Salvadó, los planes independentistas en caso de una eventual declaración unilateral de independencia (DUI) incluían un cálculo de la financiacion necesaria para aguantar desde esa proclamación y hasta que la Agencia Tributaria Catalana pudiera recaudar la totalidad de los impuestos. Porque lo cierto es que, pese a lo que decía la propaganda de la Generalitat, la llamada «hacienda propia» no estaba ni mucho menos lista.
Las cuentas pasaban por conseguir casi 23.000 millones de euros: esos 11.000 solicitados a la dictadura china, los 1.300 que ya captaba la Generalitat en concepto de impuestos propios, otros 6.000 provenientes de impuestos locales recaudados por ayuntamientos y 4.500 correspondientes a la recaudación del sector público catalán. Para ese último punto, según el investigador, se encargó a IBM un programa que iba a dotar de mayor eficacia al sistema y por el que en el registro se encontró una factura de 240.000 euros.
El testigo explicó que del material revisado se concluía que «había mucha preocupación por la financiación, por saber cómo podrían sobrevivir económicamente hablando» tras la DUI. De hecho, además de los cálculos y de la petición a la China, tanto Salvadó como el entonces secretario de Economía y ahora vicepresident Pere Aragonès hicieron varios viajes cuya verdadera finalidad, versión oficial aparte y según los documentos incautados, era buscar financiación para el minuto cero de la hipotética república catalana.