Puigdemont entrega a Iglesias el destino del procés
Confía en que Podemos y sus confluencias presionen para lograr un referéndum pactado como último intento antes de lanzar la vía unilateral
El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ha tomado una decisión. Entrega, por ahora, la hoja de ruta del llamado proceso soberanista a Pablo Iglesias. ¿Cómo? Confía en que Podemos y todas sus confluencias presionen al Gobierno y se pueda lograr un clima favorable a un referéndum pactado. Con ello, Puigdemont se cubre, deja el destino del ‘procés’ en manos de Podemos, pero al mismo tiempo gana un aliado en Cataluña, con Catalunya Sí que es pot. Y es para el movimiento independentista la última llamada para poder iniciar, si fracasa ese intento, la vía unilateral, y el definitivo choque de trenes con el Estado.
Esa fue la conclusión del encuentro de este lunes entre Puigdemont y Pablo Iglesias, que mantuvieron un almuerzo en el restaurante Mr. Frank por espacio de dos horas. El líder de Podemos se comprometió a dos cuestiones nada menores para el independentismo.
Presión en la calle
Apoyar a Homs
El otro asunto es que Pablo Iglesias se comprometió con Puigdemont a votar en contra del suplicatorio del Tribunal Supremo para juzgar a Francesc Homs, por la causa del 9N. «Estamos en contra de que se pueda realizar un juicio por poner las urnas»; aseguró Iglesias. Se trata de un gesto de gran complicidad con el independentismo, que puede poner las bases para que la izquierda alternativa pueda formar parte de un futuro gobierno catalán.
Ahora bien, Podemos tiene una fuerza limitada. Dependerá de lo que suceda en las próximas semanas con la investidura de Mariano Rajoy. Si el PSOE se abstiene para evitar que haya unas terceras elecciones, Podemos querrá aprovechar la ocasión para convertirse en la oposición real al PP, y buscará aliados con los independentistas con el objeto de rehacer el Estado. Pero, y en eso también será definitiva la posición del PSOE, el Gobierno del PP puede mantener su línea y –como ya ha anunciado– rechazar cualquier referéndum.
Vía unilateral y a buscar el choque
El Gobierno catalán, en ese caso, pondrá en marcha la vía unilateral, que Podemos rechaza, pero que el soberanismo no quiere de ninguna forma aparcar. Será antes del verano de 2017. Puigdemont tiene previsto aprobar la ley de transitoriedad jurídica. Eso supone que cualquier recurso que presente el Tribunal Constitucional, a instancias del Ejecutivo español, se desobedecerá. Y esas leyes se sustituirán por leyes catalanas aprobadas en el Parlament.
En ese momento, el Gobierno deberá tomar una decisión, que será, de nuevo, una oportunidad, según fuentes del Govern, para negociar un referéndum pactado. Si no es así, el soberanismo confía en tres factores: el interno, con el mundo independentista en las calles; el interno en España, con Podemos como posible aliado; y el externo, con Bruselas como elemento que puede forzar al Gobierno español a negociar.
La cuestión es si Podemos ve que esa estrategia, calculada del independentismo, le puede beneficiar para ganar apoyos en su supuesto asalto a la Moncloa. Pero, por ahora, ha adoptado la hoja de ruta del soberanismo catalán.