Puigdemont se embolsa sus primeros 130.000€ con sus ‘DNI de la República’
El Consell per la República hace caja con su ID Republicana, sin validez legal, para sostener el chiringuito de Puigdemont en Waterloo
El llamado ‘DNI catalán’ que impulsa el Consell per la República, el chiringuito privado de Carles Puigdemont, ya le ha dado algunos réditos, como mínimo, económicos. Según ha dado a conocer la propia institución privada del expresidente huido, el ente ha tramitado un total 12.000 carnets, lo que se traduce en una recaudación de 135.720€.
Del total de 12.000 carnets concedidos por Puigdemont, un 88,5% son físicos, y tienen un coste de 12 euros. El monto total conseguido gracias a los voluntarios que han pagado por esta tarjeta que pretende emular a un DNI, aunque sin validez legal, asciende a los 127.440€.
La cifra se complementa con aquellos que han optado por la modalidad digital del carnet, la mitad de cara que la versión plastificada. Un total de 1.380 personas han optado por esta modalidad, lo que ha supuesto una recaudación de 8.280 euros. La recaudación total de los dos tipos de carnets asciende hasta los 135.720€.
Mofas al carnet: «No sirve para ningún trámite, pero cuesta 9€»
Pese al coste de este supuesto ‘DNI catalán’, su utilidad es escasa. El documento no tiene ninguna validez para hacer gestiones con la Generalitat, ni tampoco sirve como método de identificación real. El objetivo de este carnet es el de animar a los independentistas a apuntarse al ente, que sigue por debajo de los 100.000 socios tras tres años de funcionamiento.
Las mofas por la falta de utilidad de esta tarjeta, que solo puede usarse en una decena de empresas y en unos pocos medios de comunicación como identificación, han llegado hasta el Congreso. Pedro Sánchez ha aprovechado para atacar a Junts y su política «simbólica»: «No sirve para ningún trámite, pero eso sí, cuesta 9 euros».
Aunque el carnet es puramente simbólico, la idea tiene su base en el documento digital que las tres asociaciones de Estonia lanzaron al mercado en 1989. El documento, que se conocía como ‘pasaporte Ramussen’ fue legalizado por el gobierno del país una vez independizado, y poco a poco sustituido por actualizaciones del mismo.
Un órgano sin control democrático para someter a la Generalitat
El carnet forma parte de una estrategia mucho mayor: crear una institucionalidad paralela sin control democrático ni judicial alguno desde el que los independentistas puedan someter a las instituciones de Cataluña. El papel del Consell fue uno de los escollos en las negociaciones, puesto que pretendía usarse para descafeinar la presidencia de Aragonès.
La institución ha sido hasta la fecha un auténtico fracaso, al estar por debajo de los 100.000 socios. Este ente creado por Puigdemont hace casi tres años para erigirse como una especie de gobierno en el exilio contaba con llegar al millón de usuarios para movilizar a masa crítica a favor de la secesión, e incluso como herramienta para votar una Constitución solo para socios.
El Consell de Puigdemont quiere crear una red «diplomática»
Aunque solo dispone de poco más de 95.000 afiliados y no tiene ningún reconocimiento internacional, esta institución quiere impulsar una red de «Cónsules honorarios». Toni Comín explicó a Europa Press que el objetivo pasa por «disponer de una red» que nos permita hacer este trabajo de internacionalización que todos esperan de nosotros, con razón».
En la misma entrevista, Toni Comín justificó con elementos simbólicos la utilidad de la ID Republicana: «Esta tarjeta física es como si la papeleta que pusimos dentro de la urna muchas personas el 1-O se hubiera transfigurado. Como el papel se degrada muy rápido, es biodegradable y se estropea, la manera de mantener esta papeleta, es este carnet».