Puigdemont se cuela entre los representantes de España en el debate sobre el futuro de la UE
El expresidente participará como eurodiputado en la Conferencia sobre el Futuro Europeo, un órgano consultivo que abordará las bases maestras hacia donde debe avanzar Europa
La Unión Europea ha abierto un proceso ciudadano para debatir sobre cómo debe evolucionar y adaptarse a los retos del siglo XXI. Este ágora continental busca recoger aportaciones de entidades sociales, económicas y particulares sobre los retos que debe afrontar la unión de los 27, aunque será una representación de 108 eurodiputados la que dará forma a las propuestas.
En la delegación española habrá 10 parlamentarios, con la sorpresa que entre ellos se encuentra el expresident de la Generalitat Carles Puigdemont, que huyó de España tras el referéndum del 1 de octubre de 2017 y la posterior y efímera declaración de independencia de Cataluña.
El eurodiputado de Junts, que actualmente no está adscrito a ningún partido político de ámbito europeo, podrá debatir y ayudar a moldear cuáles serán las líneas maestras sobre las que deberá caminar la Unión Europea en los próximos años. Este proceso meramente consultivo, llamado Conferencia sobre el Futuro Europeo, tiene entre otros objetivos abordar aspectos como el fortalecimiento de la democracia en Europa, o los valores, derechos y libertades de sus ciudadanos.
Temas jugosos para el independentismo, que basa su discurso político en una supuesta represión de España hacia el independentismo y una supuesta violación de libertades de sus líderes políticos, ahora en prisión o huidos de la justicia española condenados o acusados de sedición, malversación y/o desobediencia, consecuencia de la organización del referéndum ilegal del 1-O y de la posterior DUI del 27 de octubre.
Un proceso participativo mixto: entidades sociales y eurodiputados
Este proceso participativo se estructura de la siguiente manera. Entidades de todo tipo –sindicatos, patronales, asociaciones, entidades en defensa de derechos civiles o sociales–, y también particulares, podrán hacer aportaciones a partir de trabajos, charlas o ideas realizadas por ellas mismas en la web habilitada. Estas propuestas se moldearán y debatirán en cuatro sesiones plenarias formadas por los 108 europarlamentarios, la primera de las cuales será este 19 de junio.
No es de extrañar que el expresidente pueda usar esta representación para tratar de llevar el debate político catalán al seno de este organismo consultivo, aunque con escasas posibilidades de prosperar ante la mayoría de parlamentarios de los grupos socialista, popular y liberal, que mayoritariamente han apoyado a España en todos los embistes que los eurodiputados independentistas han planteado en las instituciones europeas.
Puigdemont no será el único parlamentario independentista que represente a España en este foro. El eurodiputado de ERC Jordi Solé estará presente en representación de Los Verdes/ALE, la familia política europea a la que pertenece el partido de Oriol Junqueras. La Alianza Libre Europea sí que ha apoyado en repetidas ocasiones a los independentistas presos, ahora pendientes del indulto que con toda probabilidad les concederá el Gobierno.
Otra catalana también estará presente en este órgano de representación. La exministra de Sanidad durante el Gobierno de Rajoy, Dolors Montserrat, muy beligerante con Puigdemont desde las instituciones europeas participará en este proceso participativo. Asimismo, también estarán otras personalidades muy críticas con el nacionalismo, como la representante vasca Maite Pagazaurtundúa (Cs), así como el resto de electos de la delegación del PSOE, PP, Vox y Podemos.
Puigdemont, acompañado de un eximistro de Viktor Orbán
Puigdemont no será el único parlamentario de los no-adscritos que esté presente entre los 108 eurodiputados que formarán parte de este órgano. En total serán cinco, entre los cuales se encuentran el exministro de Justicia de Hungría con el populista Viktor Orbán, László Trócsányi, o el parlamentario del Movimiento 5 Estrellas italiano, Fabio Massimo Castaldo.
El independentismo ha basado parte de su estrategia en la llamada «internacionalización del proceso». Los huidos han tratado de influir en organismos internacionales a favor de su causa. Carles Puigdemont, Clara Ponsatí y Toni Comín consiguieron salir elegidos como parlamentarios por España en la lista de Junts per Catalunya, lo que les ha conferido una inmunidad ahora en disputa.
Aunque el Parlamento Europeo les retiró esta protección jurídica, el independentismo ha abierto un largo litigio legal que, de momento, les ha devuelto esta baza que les permite moverse por toda Europa. El Tribunal General de la Unión Europea paralizó la decisión provisionalmente ante los recursos de los tres europarlamentarios.
Los ataques de Puigdemont a la democracia española han sido constantes, también de sus compañeros de partido en la eurocámara. El expresidente huido ha comparado a la justicia en España con los sistemas de Hungría y Polonia, algo que también ha hecho la exconsellera Clara Ponsatí, que a la lista añadió Turquía.
Menos exitoso ha sido otro de sus planes para internacionalizar el proceso. Su órgano privado del Consell per la República no llega siquiera a los 100.000 socios –97.776 a 10 de junio–, pese a que en su fundación aspiraban a reclutar a un millón de personas. Ni la polémica de este órgano, que molestaba a ERC al temer una tutela desde Bélgica a Aragonès, ni tampoco su venta de DNI de la República han conseguido aumentar significativamente sus adhesiones.