La mentira infantil de Puigdemont sobre el Premio Nobel tunecino
Carles Puigdemont invitó al palacio de la Generalitat a un falso premio Nobel de la paz que nunca ha recibido este galardón
Carles Puigdemont llevó el 4 de septiembre pasado al activista tunecico Ahmed Galai al palacio de la Generalitat para que se pronunciara a favor del referéndum. Des de la Generalitat se presentó a Galai como el premio Nobel de la paz del año 2015. Diversos medios de comunicación publicaron que un Nobel apoyaba la colocación de urnas este 1 de octubre. Sin embargo, Galai nunca ha recibido ninguna distinción de la prestigiosa academia sueca.
El periodista Joaquín Luna revelaba este miércoles en La Vanguardia que el supuesto Nobel de Ahmed era un fraude. En realidad, el Nobel de la paz de 2015 se concedió al Cuarteto del Diálogo Nacional de Túnez, integrado por cuatro organizaciones, una de las cuales es la Liga Tunecina de Derechos Humanos (LTDH), de la que Galai fue uno de sus vicepresidentes hasta octubre 2016. Efectivamente, Galai no posee ningún Nobel, ni siquiera asistió a la ceremonia de entrega de galardones.
El actual presidente de la LTDH, Jamel Msallem, precisó a preguntas del periodista Joaquín Luna que Galai no representa a esta organización y sólo habla en su nombre. Tampoco les informó de su viaje a Barcelona para apoyar el referéndum catalán del 1 de octubre. Galai nunca ha tenido un peso destacado en la Liga Tunecina de Derechos Humanos. Cuando accedió al secretariado de la organización en el periodo de 2011 a 2016, tan sólo fue el decimotercero más votado.
Defensa de las urnas
En el palacio de la Generalitat, ante la prensa, este premio Nobel postizo subrayó que “las urnas no deben ser consideradas un problema ni la causa de un conflicto”. Al contrario, “las urnas son la solución civilizada y democrática”. Galai hizo estas declaraciones en presencia de Puigdemont, que le acompañaba.
1-O: el premio Nobel de la paz que exhibió Puigdemont nunca ha recibido el galardón
Galai también vino a Barcelona en marzo pasado para dar una conferencia en el Instituto Europeo del Mediterráneo (Iemed), un centro que depende de la Generalitat y que en aquellos momentos estaba presidido por Senén Florensa, actual cónsul general de España en Roma. Entonces nadie le presentó como premio Nobel. En cambio, este septiembre, las crónicas periodísticas sobre el discurso que pronunció en compañía de Puigdemont ya se referían a él como Nobel de la paz. Unos días después, fue uno de los invitados a la tribuna que se instaló en plaza Cataluña durante la manifestación de la Diada.