PSOE y ERC pasan de la guerra a los fuegos artificiales
Tras el fracaso de la designación de Iceta como senador, Sánchez se recrea en la lejanía adquirida con Esquerra: "Quieren vivir del conflicto"
Un gran tiroteo sin apenas heridos. PSOE y ERC han protagonizado una escena que da mucho que pensar. Esquerra abatió este jueves a Miquel Iceta en el Parlament de Cataluña al rechazar su designación como senador (un veto insólito en la historia del Parlament de Cataluña). Los socialistas, aparentemente aturdidos, denunciaron a ERC por volar los puentes del diálogo y ERC respondió contrariada. La tensión entre uno y otro parecía incluso amenazar el arranque de la legislatura, pero, pasado el ruido y despejado el humo, sólo hay una víctima en el suelo: Iceta. El resto sigue en pie. ¿Balas de fogueo?
El contexto de campaña electoral sirve para explicar todo, o casi todo, lo que ha ocurrido. Pedro Sánchez vio en el nombre de Iceta como presidente del Senado una magnífica ocasión para seguir abanderando el diálogo, un concepto algo hueco pero efectivo después de cierto agotamiento por la crisis catalana. E Iceta vio en sí mismo y en la tribuna presidencial del Senado una oportunidad para dar cuerda a sus proyectos plurales y federalizantes.
ERC vio en todo ello demasiado marketing socialista y la posibilidad a su alcance de desmontarlo de golpe. No querían los republicanos verse superados por la radicalidad de Junts per Catalunya y, en particular, de Carles Puigdemont y tampoco querían poner alfombra roja a los socialistas después de que Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, vetara la presencia de Oriol Junqueras en un debate en TV3.
Sánchez cuela su mensaje
La conclusión fue inequívoca: era el momento de torpedear la carrera de Iceta con el convencimiento de que el partido no sufrirá ningún coste. Los estrategas de ERC no perciben que su electorado vaya a castigar esta maniobra. Y Sánchez, con su hombre en el suelo, no tardó en recrearse con la actitud de ERC. «Quieren vivir del conflicto», advirtió sobre los republicanos, los presuntos soberanistas pragmáticos.
La crisis con ERC ha venido como un guante al PSOE y, en particular, a sus barones, que ahora lo tienen mucho mejor para repeler los ataques de PP y Ciudadanos sobre la connivencia con el independentismo. Falta poco más de una semana para las elecciones del 26 de mayo y el viento vuelve a soplar a favor de los socialistas.
La única víctima, Iceta, no ocultó este jueves su particular duelo. Veía el líder del PSC una ocasión para crecer un palmo como líder político. No será así si el Tribunal Constitucional no soluciona el asunto en un tiempo récord y acorde a sus intereses.
Sánchez prepara la sustitución de Iceta
El PSOE no tardará en anunciar el candidato que sustituirá a Iceta como futuro presidente del Senado. Un nombre destaca sobre el resto. Tiene el perflil que han tenido casi siempre estas figuras. Figuras veteranas, septuagenarias, alejadas de la primera línea de fuego y con las ambiciones agotadas. El perfil de Cristina Narbona, la presidenta del PSOE.
E Iceta, por su parte, hombre de partido, no organizará ningún escándalo porque sabe que no puede romper la cuerda con ERC. Están en juego las alianzas postelectorales después de las elecciones municipales y, sobre todo, está en juego la estabilidad de Sánchez en el Congreso.
Sea como fuere, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, se encargó de garantizar que sus votos no serán para permitir la llegada de «los hijos de Aznar y Don Pelayo». Dicho de otra forma, por activa o por pasiva, ERC dejará que Sánchez ponga en marcha la legislatura.