PSC y Junts per Catalunya pactan la Diputación de Barcelona
La socialista Núria Marín se convertirá en la nueva presidenta de la Diputación de Barcelona
El PSC y Junts per Catalunya (JxCat) cerraron este viernes un pacto para gobernar juntos la Diputación de Barcelona. De esta forma, la socialista Núria Marín se convertirá en la nueva presidenta del organismo, y quedan por fuera del Ejecutivo los comuns de Ada Colau, cuya inclusión dependía del voto a favor de Ciudadanos, y también ERC, socia de los posconvergentes en la Generalitat.
Los socialistas y JxCat acordaron en un documento que ambas fuerzas tendrán presencia en el gobierno y recalcan que se centrarán en las políticas propias de esta administración, dejando de lado cuestiones de otra índole en las que pueda haber choque de posiciones, según informó Efe.
En las elecciones municipales del 26 de mayo, PSC y ERC obtuvieron 16 representantes cada uno en la Diputación, mientras que JxCat consiguió 7; los comunes, 5; Cs, 4, y el PP, 2. El último diputado provincial recayó en TxT, la candidatura independiente que ganó las elecciones en Terrassa.
Gobierno de 23 diputados provinciales
Así las cosas, y con la mayoría absoluta fijada en los 26 diputados, la aritmética ofrecía múltiples combinaciones, con lo que se especuló tanto con la posibilidad de que los socialistas buscaran los apoyos de lso comunes y Cs como con un acuerdo entre JxCat y ERC que finalmente no se ha producido. El acuerdo entres socialistas y posconvergentes tensa aún más las relaciones entre estos últimos y sus socios de ERC en la Generalitat, que no pasan por su mejor momento.
La previsión es que Marín, alcaldesa de l’Hospitalet de Llobregat, sea proclamada oficialmente candidata socialista a la presidencia de la Diputación, y que sea investida en un pleno constitutivo del organismo el próximo jueves día 11 de julio.
Un gobierno de socialistas y posconvergentes contará con 23 diputados, por lo que se queda a tres de la mayoría absoluta, pero suma dos más que la suma de fuerzas entre ERC y comunes, por lo que el bipartito podría gobernar en minoría y jugar a la geometría variable.