PSC, ERC y Junts cambian de estrategia para afrontar la abstención del 14-F
PSC, ERC y Junts, aspirantes a la victoria el 14-F, asumen que la victoria se decidirá por la capacidad de movilizar a su propio electorado y no por cazar a quienes dudan entre varias opciones
Cumplido el ecuador de la campaña de las elecciones catalanas, los aspirantes a la victoria el 14-F —PSC, ERC y Junts per Catalunya— continúan devorando encuestas internas y observando con preocupación un fenómeno que va en aumento: la abstención puede ser incluso mayor de la esperada. ¿Qué hacer?
«La verdadera clave de estas elecciones es ser capaces de movilizar a nuestros votantes de siempre. Ahí va a estar el partido. No podemos distraernos en ninguna otra dirección», explican estrategas de una campaña llamada a decidirse por unos miles de votos.
Hasta ahora, los aspirantes a la victoria trataban de captar el llamado voto útil para imponerse en la carrera electoral: los útiles para lograr una alternativa al independentismo (PSC), los útiles para evitar que haya alternativa (ERC) y los útiles para evitar el regreso del tripartito (Junts).
No es que el mensaje vaya a desaparecer, pero ha dejado de ser el asunto crucial, puesto que el temor a una abstención récord y dar por descontado que se va a producir una fuga a los extremos (CUP y Vox) ha modificado las cosas.
«Todos tenemos un problema. Hay una parte de los votantes que solo quiere votar para expresar el cabreo. Todo ese voto se va a ir a la CUP por el lado independentista y a Vox por el lado españolista. Sus resultados quizás nos sorprendan», dicen fontaneros de campaña, que tratan precisamente de suavizar el cabreo.
Rebajar restricciones para rebajar el voto de castigo
No es casual, en este sentido, que la Generalitat haya ampliado el horario para dar desayunos y almuerzos en bares y restaurantes, ni que vuelvan a abrir los gimnasios, ni que se recupere más libertad de movimiento con el cierre comarcal en lugar de municipal.
«Había que abrir un poco la mano para crear el clima de que las cosas van mejor», dicen los independentistas, que hace apenas unas semanas defendían el aplazamiento de elecciones debido a la gravedad de la situación sanitaria.
Los estrategas de ERC y Junts no aciertan a ver todavía si estas medidas han tenido efecto. Aseguran, en cambio, que lo que sí que va a funcionar es la salida de la cárcel de los presos del 1-O.
«Junqueras es muy importante para nosotros. Él es quien nos tiene que movilizar a los nuestros. Y los nuestros están en una franja de edad entre 30 y 55 años. No es precisamente el grupo de población que teme más ir a votar por miedo a contagios», dicen en ERC.
La fidelidad de voto: del sueño de JxCat al espejismo del PSC
Desde Junts, por su parte, se preguntan si con sus 650.000 soldados (votarán sí o sí a Puigdemont) basta para soñar con la victoria.
Su fidelidad de voto es superior a la de ERC, según las encuestas, y esto podría ser decisivo en un pulso que, hasta ahora, los republicanos habían liderado.
Las mismas encuestas conceden una fidelidad de voto particularmente alta al PSC, lo cual no es augurio de nada porque los socialistas parten de un resultado electoral de 17 escaños en 2017 y la victoria en estas elecciones va a estar en torno a los 35 diputados.
De momento, los socialistas guardan para el final de campaña los esfuerzos para activar a sus ejércitos de electores en el área metropolitana de Barcelona.
Pedro Sánchez sigue este domingo en tierras catalanas con un acto en Girona después de visitar ayer, sábado, Lleida y Tarragona. Oriol Junqueras se juntará con Arnaldo Otegi en Girona mientras que Junts per Catalunya lleva su campaña a Vic. El pulso a tres continúa.