La falta de acuerdo y de propuestas concretas, el gran escollo para la ampliación del aeropuerto de El Prat
El escaso consenso entre las formaciones políticas evidencia las dificultades para ejecutar una inversión realista en los próximos años en el aeródromo barcelonés
En setiembre de 2021, Barcelona perdió la inversión de Aena de 1.700 millones de euros para ampliar el aeropuerto de El Prat. El recién nombrado presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, vio que el proyecto puesto sobre la mesa por parte del gestor aeroportuario de mejorar la capacidad de vuelos extendiendo la tercera pista hacia el este, pero afectando la laguna de La Ricarda, espacio natural protegido por la red europea 2000, no encajaba con su plan de una Cataluña más verde. Su postura acabó con la rotura del acuerdo con el Gobierno y del fin de un proyecto que mejoraría la conectividad internacional de la infraestructura catalana.
Un año y ocho meses más tarde, los engranajes para buscar alternativas se han vuelto a activar con la Comisión del Aeropuerto de Foment del Treball llevando la voz cantante y con una mesa entre gobiernos derivada del pacto entre ERC y PSC para la aprobación de los presupuestos, aun pendiente de reunirse por primera vez. Sin embargo, la falta de acuerdo entre las partes evidencia que, en un corto plazo, será difícil ejecutar una inversión beneficiosa para el aeródromo catalán.
El debate electoral para las elecciones municipales de Barcelona organizado por Economía Digital demuestra la falta de proyectos concretos defendidos por las formaciones políticas de cara al aeropuerto. El actual concejal en el consistorio barcelonés y candidato de ERC, quien tiene las riendas de la Generalitat, Jordi Castellana, ha reconocido la necesidad de mejorar la «conexión internacional de Barcelona», a partir de decisiones tomadas desde el Govern y los ayuntamientos implicados, «no desde una ciudad competidora en conexiones», refiriéndose a Madrid y a Aena. Sobre una propuesta concreta, se ha limitado a afirmar que encontrarán «la mejor solución técnica», mientras que ha recordado que la propuesta de la empresa semipública no habría sido vista «con buenos ojos» por la Comisión Europea, que ya denunció que España incumplió con los requisitos ambientales en la primera ampliación del aeródromo.
Durante el mismo bloque del debate, que ha abordado el modelo aeroportuario de cada formación política, el candidato del PSC y exconseller de Trabajo e Industria, Jordi Valls, ha evitado decir un sí rotundo al proyecto de Aena, como ha hecho siempre su partido, pero se ha posicionado claramente a favor de una ampliación del aeródromo que estructure el «nuevo modelo económico de Barcelona»: «Aeropuerto sí. Equilibrado, pero sí». Sin embargo, simplemente ha remarcado la necesidad de «tomar decisiones» y «ponerse de acuerdo del tipo de infraestructura» deseada, evidenciando, precisamente, esta falta de consenso.
Ramón Tremosa, también exconseller y número 10 en la lista de Xavier Trias, ha reclamado a Aena que se siente a hablar con Cataluña para definir como mejorar la conectividad internacional de El Prat. «La terminal 1 está ocupada por vuelos low cost. Necesitamos que parte del low cost se vaya a Girona y Reus dejar la T1 para los vuelos internacionales», ha propuesto, mientras que ha añadido que «el debate no es sobre la pista, sino sobre el modelo de gestión» aeroportuaria.
Sin embargo, esta medida implicaría el traspaso de la competencia y la gestión directa del aeropuerto por parte de la Generalitat. Como empresa cotizada, sería muy difícil que Aena dejara escapar su segundo activo más importante, después de Barajas. Junts per Catalunya, el espectro político que representa bajo otras siglas, apoyó al proyecto de Aena en su momento.
Hablando de concreción en su posicionamiento, Barcelona en Común son quienes lo tienen más claro: ni hablar de ampliar El Prat. Tania Corrons, portavoz de la formación de Ada Colau, ha reiterado la ya conocida postura de la formación, asegurando que un proyecto como este tendría graves consecuencias medioambientales. «No decimos que no a la inversión de Aena, pero queremos inversión para mejorar el sistema ferroviario para sustituir 13.000 vuelos cortos y utilizar más energías renovables en el aeropuerto», ha concretado, sumando a esta diversidad de posturas.
Quien sí que apoya ampliar la pista es el Partido Popular. Su candidata a concejala, Àngels Esteller ha pedido «alargar la pista y mover La Ricarda» asegurando que «se puede conjugar el crecimiento y la sostenibilidad». La popular se ha puesto en manos de la patronal encabezada por Josep Sánchez Llibre y ha asegurado que se comprometen a «trabajar con ellos para impulsar la ampliación», respetando la «transición energética sin frenar la actividad económica». «Necesitamos ser un hub internacional que conecte la ciudad con los centros estratégicos del mundo», ha añadido.
Por su parte, Marina Bravo, diputada de Ciudadanos en el Parlament y número tres en la lista de Ana Grau, ha defendido la ampliación «es necesaria pera evitar tener un aeropuerto congestionado», pero, para conseguirlo, se ha limitado a decir que se deje «trabajar a los técnicos»: «Ya veremos si la legislación ambiental lo paraliza. De ser así, seremos los primeros en paralizarla, pero antes dejemos que siga el trámite técnico, no que sean los políticos quienes decidan».
Por último, Albert Givernau, número 2 de la lista de Valents, simplemente ha remarcado que su modelo de aeropuerto es un modelo «de crecimiento» para convertirlo en un gran «hub internacional que genere miles y miles de puestos de trabajo y atraiga inversión y actividad económica«, mientras que ha pedido inversión, también en otras infraestructuras.
El Dora, ya cerrado
Las propuestas existen: alargar la pista menos de 500 metros para que no afecte a La Ricarda, potenciar Girona como satélite de El Prat, la polémica pista marina y hasta un la construcción de un nuevo aeropuerto en Vilafranca del Penedès (Barcelona), todas con sus beneficios e inconvenientes. Ahora, falta consenso, a la espera de que la comisión de expertos de Foment saque alguna concusión que alumbre el camino.
En cualquier caso, es prácticamente imposible que cualquier proyecto avance antes de 2026. Aena aprobó en setiembre de 2021 el Documento de Regulación Aeroportuaria (Dora), su plan estratégico para los años 2022-2026, que incluye todas las inversiones a ejecutar en este periodo y donde no hay nada garantizado para El Prat.