Presupuestos catalanes: CiU prepara una prórroga que le lleve a 2015

Se acerca el verano. Pero hace tiempo que los veranos en Catalunya no son un sinónimo de vacaciones estivales. No lo son para el resto de españoles, desde que se inició la crisis, en aquel verano de 2007, con las hipotecas subprime en Estados Unidos como gran indicador del desastre que se avecinaba.

Pero desde 2012, en Catalunya los veranos son sinónimo de preparativos para grandes movilizaciones. Y la política catalana sólo piensa ahora en la Diada del 11 de septiembre y en la consulta soberanista marcada para el 9 de noviembre.

¿Y qué se deja por el camino? Los presupuestos de la Generalitat, claro. Las fuerzas políticas que los pueden sacar adelante, CiU y ERC, pactaron, a la hora de aprobar los presupuestos de 2014, la confección de unas cuentas que pudieran solventar el problema político: si no hay consulta, si es necesario que el President Artur Mas siga adelante, por lo menos hasta 2015, esos presupuestos deberían poder prorrogarse.

¡Más déficit, por favor!

Y eso es lo que hicieron, unas partidas presupuestarias que, pese a las críticas de la oposición, que serán demoledoras, pudieran aguantar los envites de 2015, porque el objetivo es político.

Una de las pruebas de ello es la posición del conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, poco dispuesto en los próximos meses, con toda la intensidad de la batalla política que se avecina, a negociar nuevas partidas económicas con cada uno de los departamentos.

El Govern de CiU ahora ya no está dispuesto a ello. Y Mas-Colell se escuda en la necesidad de que el Gobierno español permita a las comunidades autónomas, o, en todo caso a Catalunya, un mayor margen de déficit, para resistir como se pueda engordando la deuda pública de la Generalitat.

El «gesto torero» del Gobierno español

Mas-Colell reclamó este miércoles en el Parlament al Gobierno español que permita a la Generalitat este año un déficit del 1,3%, cuando el límite fijado es el 1%. El conseller reprocha al Gobierno de Mariano Rajoy “el gesto torero” de renunciar a tres décimas de déficit ante Bruselas, tras imponerse un déficit del 5,5%, cuando podía llegar, con el permiso de Bruselas, al 5,8%. “La vida sería más fácil si el déficit fuera del 1,3%”, afirmó Mas-Colell.

Con un mayor déficit, el Govern podría correr el riesgo de prorrogar unos presupuestos, como se negoció con Esquerra Republicana que permitiera a Artur Mas llegar a 2015.

El President desea seguir al frente de la Generalitat, aunque no pueda convocar la consulta del 9 de noviembre. No quiere convocar, el mismo 9 de noviembre o semanas después, unas elecciones autonómicas. Y, aunque Esquerra Republicana renunciara a apoyar unos nuevos presupuestos, Mas podría prorrogar las cuentas de 2014.

Los reproches de la oposición

El PSC le reprocha al Govern, precisamente, que no haya controlado la deuda pública, pese a que el tripartito dejó una situación económica muy apurada a CiU. Pero los socialistas recuerdan que en poco más de tres años el Ejecutivo de Artur Mas han generado 25.000 millones de euros de nueva deuda pública.

El PSC también reprocha al conseller Mas-Colell que no haya esclarecido cómo va a ingresar los 2.300 millones que presupuestó como ingresos en el capítulo de privatizaciones y concesiones. Según el conseller se llegará a esa cifra sin acometer “nuevos recortes”.

Pero el Govern no está, por ahora, cuadrando sus números. En 2013, se cerró el ejercicio con el 1,97% de déficit, cuando el límite era el 1,58%. Y para 2014, el objetivo es el 1%, que Mas-Colell ya ha dejado claro que será muy difícil de cumplir.

En 2015, el límite es el 0,7%. El Govern, sin embargo, llegará a ese año con unos presupuestos prorrogados, y con otros objetivos: convocar unas elecciones de carácter plebiscitario que puedan sustituir una consulta soberanista que no se celebrará.