Los presos se despiden de su libertad entre desprecios al indulto
Los condenados critican los "cantos de indultos" ante una muchedumbre en Lledoners tras la decisión de los juzgados de vigilancia penitenciaria de regresarlos al régimen ordinario
Los presos condenados por sedición han vuelto a Lledoners tras la decisión del tribunal de vigilancia penitenciaria de retirarles esta medida de alivio que les obligaba ir a la cárcel solo para dormir. Jordi Cuixart ha menospreciado las «reformas del Código Penal que no llegarán nunca» y los «cantos de sirena de indultos»: «No han entendido nada».
En un acto frente al centro penitenciario y con una muchedumbre acompañándoles, Cuixart ha atacado implícitamente al PSOE: «No aceptamos lecciones de democracia de ninguno de aquellos que hoy encubren la corrupción borbónica» y que encierran a políticos «que no han hecho nada más que cumplir el mandato del pueblo de Cataluña«.
El líder de ERC, Oriol Junqueras, ha insistido en que les encierran «porque no nos pueden ganar». Además, ha obviado los indultos al asegurar que seguirán con el «mandato de la amnistía, de la autodeterminación y de la República Catalana». «No nos rendiremos, no nos cansaremos, no abandonaremos nunca», ha reiterado el líder republicano.
También se ha expresado con tono triunfalista Jordi Turull, que ha dedicado un aplauso a su compañero Josep Rull, el único de los siete presos que no entrará a prisión como consecuencia de una urgencia médica. «No aflojéis, vayamos unidos no solo cuando nos meten en la cárcel«.
Un tercer grado prematuro, según los magistrados
El tribunal de vigilancia penitenciaria ha decidido revocar el tercer grado penitenciario concedido por la Generalitat a Jordi Turull, Josep Rull, Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Raül Romeva, Joaquim Forn y Jordi Cuixart. En cuanto a Carme Forcadell y Dolors Bassa, seguirán de momento en semilibertad hasta que la justicia decida sobre su caso.
Los magistrados han considerado que era demasiado prematuro el conceder este grado penitenciario a los presos del procés, ante sus elevadas penas de entre 9 y 13 años de cárcel. Además, han considerado que ninguno admite haber cometido delito alguno, lo que hace fracasar su reinserción.
Los presos del procés condenados no es la primera vez que salen de prisión gracias a la Generalitat. La consellería de justicia a través de las juntas de tratamiento les permitió acogerse a un régimen especial para salir a trabajar, que se sumó al primer tercer grado que fue revocado por los tribunales.