El PNV obliga a Sánchez a someterse al control del Senado
"En una situación como la actual, no tiene sentido que el Parlamento esté paralizado", dice el PNV, que aprovecha para recordar al PSOE su minoría
El PSOE convirtió al PNV en el «árbitro» de la Mesa del Senado el pasado mes de diciembre, cuando ofreció a los nacionalistas vascos uno de los siete cargos del órgano de gobierno de la Cámara Alta, quedándose los socialistas tres sillas y el PP las tres restantes. En principio, el PNV se iba a alinear con el partido de Pedro Sánchez, pero en tiempos de pandemia y estado de alarma por el coronavirus todo es posible. Así las cosas, este martes, los vascos dieron la espalda al Gobierno y apoyaron una petición del PP para que rinda cuentas en breve ante los senadores por la gestión de la crisis del Covid-19.
El creciente malestar con el Gobierno de coalición por las medidas unilaterales que ha tomado en los últimos días al son del estado de alarma ha llevado al PNV a adherirse a esta propuesta, rechazada de plano por el PSOE, que evita cualquier sesión de control parlamentario. Los nacionalistas del País Vasco, al igual que el PP, se desmarcaron del decreto del Gobierno que ordenó el cese de toda actividad no esencial. Los socios preferentes de Sánchez advirtieron de que «un Gobierno en minoría debe saber, por mucho estado de alarma que esté en vigor, que sigue en minoría».
Los primeros frutos de ese aviso se han visto este martes, cuando, por sorpresa, haciendo uso de su papel de «árbitro» de la Mesa del Senado, el PNV ha sumado su voto a favor a los tres del PP para desbordar la negativa del PSOE a que Sánchez comparezca ante la Comisión General de las Comunidades Autónomas. Esta comisión es, según el portavoz del Grupo Popular en el Senado, Javier Maroto, «el único foro legal y constitucional que existe en España para reunir a los partidos políticos, a los gobiernos de las comunidades autónomas y al Gobierno de la nación».
Como consecuencia del voto inesperado del PNV, el presidente de la Comisión, Manuel Cruz, está ahora obligado a reunir a la mesa y fijar una fecha para una reunión de control en la que deben participar representantes del Gobierno y de las comunidades autónomas. La reunión debe ser presencial, pues no están previstas sesiones parlamentarias telemáticas. Los nacionalistas vascos han trasladado a las agencias de noticias y medios que esta convocatoria facilitará «intercambiar una mayor y mejor información de las medidas que se están tomando» para combatir la pandemia del coronavirus.
El PNV, no obstante, se ha reafirmado en su «lealtad» con el Ejecutivo, pero a su vez ha asegurado que «en una situación como la actual, no tiene sentido que el Parlamento esté paralizado» porque «debemos tener inteligencia política y, garantizando la salud de representantes y plantilla, encontrar la manera de favorecer la participación». Fuentes de la formación dijeron a Europa Press que tan solo buscan una gestión de la crisis «más coordinada y acordada» entre todas las partes implicadas y que la comisión puede ayudar a ello.
Tensa reunión de la Mesa del Senado
La reunión de la Mesa del Senado de este martes ha durado casi tres horas, por lo que se deduce que el debate ha sido tenso. Si bien los grupos parlamentarios han rechazado nuevamente la posibilidad de convocar plenos, como ya se decidió hace dos semanas al declararse el estado de alarma, el giro del PNV con respecto de la convocatoria de la Comisión General de las Comunidades Autónomas retira a Pedro Sánchez la ‘inmunidad’ con la que contaba al no celebrarse plenos de control al Ejecutivo en la Cámara Alta ni tampoco en el Congreso de los Diputados.
La socialista Cristina Narbona, vicepresidenta primera del Senado, ha asegurado tras la reunión que el Gobierno ya «rinde cuentas» ante el Congreso porque el ministro de Sanidad, Salvador Illa, comparece semanalmente ante la Comisión de Sanidad. «Es una reunión de control al Gobierno al más alto nivel porque el ministro es quien en este momento ejerce la máxima responsabilidad respecto a las decisiones del conjunto del Gobierno», ha defendido. Javier Maroto, por su parte, ha recordado que preguntar al Gobierno no es una «opción», sino «una obligación democrática que el PSOE quiere impedir».