PP de Madrid: Casado negocia con Ayuso mientras repite en público que no es el momento
El principal asesor de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, exige una lista única para que Ayuso ostente el poder regional al igual que el resto de barones
En política nada es lo que parece y nadie da puntada sin hilo. La polémica que rodea estos días a Pablo Casado y a Isabel Díaz Ayuso por ver quién controla el poder del PP de Madrid es el producto de un enfado tras la declaración de intenciones de la presidenta de la Comunidad.
Isabel Díaz Ayuso reunió el pasado 30 de agosto a sus consejeros en la casita del Canal, un chalé de la empresa autonómica de aguas, para preparar el curso político. Acto seguido, la presidenta madrileña anunció sus intenciones de presentarse al cónclave regional para ser baronesa. Un paso que muchos desde Génova tacharon de «oportunista».
Los populares llevan meses preparando la Convención Nacional para consolidar a Pablo Casado en octubre y encumbrarlo directamente a la Moncloa. Desde la dirección, comentan a ED, que se pidió «expresamente» que hubiera «cierre de filas» para que no hubiera ruido interno y solo se supiera de este cónclave. Pero todo se fue al traste.
Desde Génova admiten que, tras el anuncio de Ayuso, se «sondeó» a su equipo para ver cuáles son las intenciones de cara al congreso regional, previsto para la primavera de 2022. Fuentes de toda solvencia, y aquí está la clave, aseguran a Economía Digital que el principal asesor de la presidenta, Miguel Ángel Rodríguez, exige una lista única para que Ayuso ostente el poder al igual que el resto de barones.
Ayuso es la única presidenta que no ostenta la máxima responsabilidad en igualdad de condiciones y al igual que sucede en Andalucía con Juanma Moreno, en Galicia con Alberto Núñez Feijóo, en Murcia con Fernando López Miras o en Castilla y León con Alfonso Fernández Mañueco.
Baronía o bicefalia
El modelo de baronía o bicefalia esconde la verdadera ‘guerra Casado-Ayuso’ que estos días se conoce a través del posicionamiento de algunos dirigentes, explican fuentes populares.
Un debate que esconde el reparto de poder en la plana mayor del PP madrileño y en las sedes de los 21 distritos de la capital y de los otros 178 municipios de la región.
Presidir el PP de Madrid con los tuyos (lista única) no es un asunto menor porque es la mayor organización regional del partido, la que aporta más delegados a los congresos nacionales y juega un papel determinante en la elección del líder nacional en las primarias internas.
Pero, sin duda, el trasfondo del choque reside en la elaboración de las listas electorales para los comicios autonómicos y municipales de 2023, que tiene al partido en tensión.
«Cuanto más tarden en configurar las listas y los equipos, más crecerá la bronca interna y las luchas de poder por las candidaturas. Esto son puestos de trabajo que están en juego, cargos y sueldos institucionales», señala un dirigente popular.
Génova perdería el poder de elaborar las listas
Fuentes del partido explican que Casado no estaría dispuesto a perder poder a la hora de elaborar las listas electorales de la región si Ayuso se hace con la presidencia del partido.
Cabe recordar que el actual presidente del comité electoral del PP de Madrid es Ángel Carromero, amigo de Casado desde Nuevas Generaciones y asesor de confianza del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida.
Carromero es quien elabora y propone las candidaturas al Órgano legislativo de la Comunidad Autónoma, designa a los candidatos a Senador en representación de éstas y aprueba todas las candidaturas municipales de localidades de más de 20.000 habitantes, según contemplan los estatutos. Es decir, decide personas y puestos. Su puesto se vería en peligro si Ayuso ostenta el poder omnímodo de la región.
De ahí que desde Génova propongan el modelo de bicefalia. Es decir, una lista conjunta donde Almeida y Ayuso se repartan el poder y no perderlo en detrimento de la baronía.
«Almeida es la moneda de cambio de Casado para imponer a Ayuso la bicefalia», señalan fuentes populares. La dirección nacional busca dividir las tres jefaturas de la región: municipal, autonómica e interna.
El escollo ante la desconfianza por parte del entorno de Casado no se llama Ayuso sino el que fuera ‘hombre de confianza’ del ex presidente José María Aznar, Miguel Ángel Rodríguez, ahora principal asesor de la presidenta madrileña.
Pese a que, según fuentes de la Comunidad, «Miguel Ángel ya dejó bien claro que los intereses de Ayuso se centran única y exclusivamente en Madrid». En referencia a que no existe ninguna intención por parte de la lideresa de maniobrar para optar al liderazgo a nivel nacional.
Ahora y a pesar de pedir «unidad» a los suyos, los de Casado seguirán negociando sin ‘luces ni taquígrafos’ de cara a conseguir una lista donde se vean representadas las distintas sensibilidades o corrientes.
Mientras que los de Ayuso no dan su brazo a torcer e insisten en que la baronía le corresponde a Ayuso. Y sus argumentos para convencer son: «El triunfo electoral conseguido con el que el partido ha podido escenificar el cambio de ciclo que lleve a Casado a La Moncloa frente a Sánchez». Ni en Génova ni en la Puerta del Sol ceden por el momento.