PP y Cs aprietan a Aragonès con la inmersión: «Ponen un clavo en el ataúd de la libertad»
La derecha critica al Govern con su "relataivismo moral" ante los ataques a la familia de Canet de Mar: "Entiendan que Cataluña nunca será la de los mitos nacionalistas"
Bronca en el Parlament por el acoso al menor de Canet de Mar, cuyos padres pidieron el 25% de castellano y que se aplica por mandato judicial. Aragonès, que se ha posicionado «claramente en contra» de las amenazas a la familia, pese a reducirlo «unos mensajes en redes» cuyo objetivo es crear una ofensiva mediática contra la inmersión.
«¡Dejen en paz la escuela catalana!», ha respondido el presidente de la Generalitat al líder del PPC en el Parlament, Alejandro Fernández. El diputado conservador les ha recriminado su «relativismo moral», por abandonar a la familia de Canet de Mar mientras se hacen fotos con el ex-terrorista de Terra Lliure Carles Sastre.
«Los diputados separatistas son los únicos que han posado con un asesino como Carles Sastre», que fue acusado de asesinar al empresario José María Bultó con una bomba en el pecho antes de la ley de amnistía de 1977, y les ha afeado a los independentistas que «posaran sonriendo con semejante criminal».
Aragonès les ha acusado de falsear la realidad: «Toda la administración de la Generalitat estamos como una piña contra cualquier discriminación». Además, les ha recordado que en Cataluña «ya no les vota nadie»: «Ya basta de buscar cuatro votos en España a costa de romper la cohesión en Cataluña».
Cs compara Canet de Mar con Ermua
Un acalorado enfrentamiento que ha continuado con Cs. Carlos Carrizosa ha acusado a Aragonès, por su defensa del monolingüismo en la escuela y su apoyo a la manifestación del 18 de diciembre, de «poner un clavo en el ataúd de la libertad»: «Entiendan que Cataluña nunca será la de los mitos nacionalistas», y ha comparado a Canet de Mar con Ermua.
Carrizosa ha vuelto a insistir en la obsesión del Govern con reforzar el control lingüístico frente a los «matones en las universidades» o los «comisarios» que vigilan el uso del catalán en rotulaciones o en el patio del recreo. Además, ha asegurado que «España, el español, el castellano», volverá a «rebrotar» en Cataluña pese a las imposiciones nacionalistas.
Aragonès ha acusado a Cs de que «el modelo de escuela catalana provocó el nacimiento de su partido» y le ha recordado que Albert Rivera, sobre el que ha ironizado ante los rumores que le sitúan ahora cerca del PP, fue el primero en «señalar» a los profesores del centro de Sant Andreu de la Barca que preguntaron cuáles eran los hijos de los guardia civiles.
Sobre la comparativa de Ermua y Canet de Mar, Aragonès ha lamentado que Cs haya puesto al mismo nivel la polémica de Canet de Mar con el asesinato y posterior ola de indignación del concejal de NNGG Miguel Ángel Blanco a manos de ETA: «Hoy usted se ha equivocado, lo conozco, y cuando lo piense se arrepentirá».
El portavoz de Ciudadanos le ha recordado a Aragonès que ha hecho referencia al «primer episodio ideológico, cuando se señaló a los hijos de los guardias civiles. El hecho de preguntar quien es hijo de un Guardia Civil es vomitivo y ustedes en la inspección no hicieron nada».
El PSC pide «serenidad» en el debate por la inmersión
En cuanto a Vox, Ignacio Garriga ha criticado el «acoso a un niño de 5 años y la connivencia de Illa y los sindicatos»: «Son lamentables y evidencian el abandono de la clase trabajadora». El diputado ha asegurado que «socialistas y separatistas se convierten en un peligro muy grande» y «una amenaza» para «los más débiles, los niños».
El acalorado debate en Cataluña ha centrado el debate en toda la sesión de control. «En este debate se ha visto con quién se puede contar y con quien no», ha lamentado Aragonès en su frente por la inmersión. Salvador Illa ha pedido «serenidad» ante la complejidad del debate: «Poner el foco en un alumno, en una familia y en una escuela nos tendía que hacer reflexionar a todos».
En las preguntas al Govern, el conseller de Educación también se ha pronunciado sobre la polémica, al asegurar que la Generalitat defenderá «con la máxima firmeza, convicción y mirada larga para blindar» la inmersión lingüística. Josep González Cambray ha lamentado que la protección «no será completa» hasta que tengan un «Estado propio».