Podemos se encomienda a Yolanda Díaz para no diluirse entre las fuerzas de izquierda
Yolanda Díaz sigue en contacto con Iglesias y en septiembre se esperan más reuniones para tratar de configurar el futuro espacio que dé alas a los morados de cara a los próximos comicios
El mejor secreto es el que no se cuenta. Yolanda Díaz todavía no ha expresado a nadie su deseo de presentarse a las próximas elecciones generales como candidata de Unidas Podemos y claro, en la formación morada siguen en ascuas, esperando a septiembre y encomendándose a ella cada que vez que les preguntan cómo afrontarán los próximos comicios, dentro de dos años, tras los últimos batacazos del partido sufridos en las urnas.
La formación pone a Díaz en la picota a la hora de afrontar los próximos retos en el corto plazo. La vicepresidenta segunda del Gobierno mantiene conversaciones con líderes de la izquierda más allá del PSOE para tantear el terreno hacia una confederación de partidos, como única alternativa que les haga fuertes de cara a los próximos comicios. Y eso «se tiene que hacer ya», recalcan fuentes del partido a ED, «en septiembre mismo», indican.
Aunque eso no quita para que algunos no entiendan por qué Díaz no ha dejado clara su candidatura todavía y tampoco entienden el «colegueo» entre ella y Colau. A la alcaldesa de Barcelona siempre se le ha visto como ‘amiga-enemiga’ dentro de la formación por las sucesivas veces que ha intentado marcar perfil propio frente a Pablo Iglesias. «Eso no gustaba nada entre los fundadores de Podemos», señalan las mismas fuentes.
Sin embargo, a rey muerto, rey puesto y Díaz está sabiendo ganarse a Colau a la hora de llevar a cabo este proyecto. El mayor miedo de los morados y del entorno de Iglesias es que con este experimento, Unidas Podemos se diluya en la sopa de siglas que suponen las confluencias y los partidos minoritarios de la izquierda radical. En septiembre habrá más reuniones y se avanzará sobre este proyecto, desvelan fuentes cercanas a la formación.
La tensión reside en que sino se presentan así a los próximos comicios se diluyen definitivamente. Además, insisten, es la única forma de ganar enteros frente a PP y Vox, que siguen al alza en las encuestas. Las fuentes de primera fila de Podemos también desvelan que Díaz «no ha dejado de hablar con Iglesias». De ahí se podría deducir que todo cambio podría venir por el consejo o la venia del ‘padre fundador’.
Mayor apoyo a Belarra
Otro de los retos que se enfrentan los morados a su vuelta de vacaciones es la figura de Ione Belarra como líder de Unidas Podemos. En conversaciones internas entre dirigentes, la mayoría reconoce que Belarra «no tira tanto como Pablo Iglesias», «ni ha tenido oportunidad para demostrar lo que vale», responden.
Podemos con Belarra al frente todavía no saca rédito ni en las encuestas. Tras la salida de Iglesias, los primeros sondeos públicos–los del CIS– recogían una remontada con un 12% de los votos y ahora cae al 10,6%, 2,2 puntos menos de los obtenidos en las elecciones del 10-N.
Como ministra de Derechos Sociales tampoco ha ganado especial protagonismo ni dentro ni fuera del Ejecutivo de coalición. Por ello, los morados ya han trazado una estrategia con mayor presencia de Belarra en los medios este nuevo curso.
Según ha podido saber Economía Digital, en la última reunión antes de irse de vacaciones, los morados también continuaron con su hoja de ruta y los dos objetivos que marcarán el nuevo curso: mostrar un perfil fuerte dentro del Gobierno y reforzar su presencia en los territorios.
Marcar un perfil fuerte
La negociación en ciernes de los Presupuestos de 2022 será decisiva en este sentido. El principal escollo entre socialistas y morados en Moncloa será la fiscalidad, impuestos a las grandes empresas y la regulación del alquiler que depende de la negociación de la Ley de Vivienda, que aún está encalla, tal y como avanzó ED.
Se trata de la batalla que, precisamente, libra Belarra con el Ministerio de Transportes. Los morados aseguran que van a ir a por todas y no desbloquearán su ‘sí’ a las cuentas públicas a menos que logren desencallar el acuerdo en materia de vivienda. El partido también lo aprovechará para su proyección despegue.
Las mayores críticas en las reuniones internas provienen de «los mismos de siempre», apunta una fuente presencial en estos encuentros, que piden no diluirse dentro del Gobierno y apuntan como un «error» que Podemos esté dentro de un Ejecutivo y no lleva la voz cantante. El miedo a quedar en la irrelevancia sigue presente y el ser Gobierno y oposición también se ha estrellado. «Podemos nació en la calle para reivindicar las causas justas como partido», esgrime un dirigente.
El no saber plantar cara al PSOE preocupa y mucho dentro de la formación hasta el punto de que uno de los miembros activos del partido indicó que «somos el hazmerreír tras alcanzar los niveles más altos del precio de la luz cuando defendíamos el cambio».
Estructura territorial
Pero, sin duda, lo que más preocupa dentro de la formación es el ‘desguace’ en que ha quedado la formación a nivel territorial y con otros comicios locales, autonómicos y generales a la vuelta de la esquina. De ahí la necesidad de agrupar al conjunto de formaciones a la izquierda del PSOE y la necesidad de capitanearlas para seguir pintando a nivel nacional.
El último Vistalegre encomendó esta tarea a la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge. La exasesora de Pablo Iglesias tiene la principal tarea de ‘vigilar’ a los territorios y acercar posturas de cara a rearmar los territorios para las próximas elecciones. Una tarea nada baladí, más aún, cuando los de Errejón terminaron por hundir algunos grupúsculos en determinadas comunidades estratégicas.
Según ha podido saber Economía Digital, Verstrynge, alumna aventajada, seguiría aprendiendo nociones políticas y, sobre todo, a cómo manejar esta situación de uno de los fundadores de Podemos como es Juan Carlos Monedero. La dirigente ha entrado a formar parte del Instituto 25M para la Democracia, ligado a Podemos que dirige Monedero.
En la última acta del patronato, Verstrynge ya figura como uno de los miembros principales en sustitución de otros cargos como Ione Belarra o Vincenç Navarro. Se podría denominar como una escuela de aprendizaje para saber llevar los territorios como su exhomólogo socialista, José Luis Ábalos, del que se habla que poseía «mano de hierro» con las federaciones para asemejarlas al modelo ‘Sanchista’ lo máximo posible.
Verstrynge tendrá que recuperar en este nuevo curso el músculo en las comunidades que han sufrido numerosos desencuentros y salidas de las direcciones contrarias al mando estatal. El reto es conseguir una dirección fuerte en Andalucía, ante un posible adelanto electoral y tras la confirmación de que Teresa Rodríguez haya dado el paso para dar la alternativa a Podemos en el sur.
Por otro lado, el deseo de la dirección federal es conseguir un partido «enraizado» en el territorio que supere las lógicas tradicionales de que los partidos se construyen entorno a Madrid.
Así, Vestrynge será más protagonista que nunca a la hora de reforzar los mecanismos de coordinación dentro de la organización, ampliar el espacio político y activar los círculos militantes, hasta ahora desaparecidos.
La dirigente ya ha visitado Sevilla, Pamplona, Albacete o Vitoria, entre otras localidades, donde ha convocado mesas de confluencia territorial para acercar la dirección nacional a los territorios.
La hoja de ruta continúa y los morados no tienen tiempo que perder para el rearme definitivo y romper amarras con su socio en el tiempo de descuento, el de las elecciones en 2023, si no hay adelanto. El nuevo curso promete entre los socios de coalición.