El Gobierno se divide ante la mesa de diálogo
Los morados son los únicos que tienen perfilado su equipo y advierten de que presentarán a Sánchez en septiembre una propuesta propia para marcar perfil
Los embistes públicos de Podemos a Pedro Sánchez sobre la mesa de diálogo desbordan a los socialistas. Los morados presionan estos días a sus socios de Gobierno para llevar una propuesta propia a la mesa con la Generalitat y mostrar su perfil diferenciado.
El ala socialista del Ejecutivo se echa las manos a la cabeza porque lo que busca es aunar un documento conjunto e ir a la mesa de diálogo para negociar con una sola voz. Las conversaciones se reanudarán en breve y el pulso entre los socios continúa.
Hay que acudir a la mesa de negociación «sin líneas rojas», volvió a señalar este lunes el portavoz estatal de Podemos, Pablo Fernández. La formación reclama la «desjudicialización» del proceso independentista y la vuelta del expresident fugado Carles Puigdemont sin que deba rendir cuentas con los tribunales. Es decir, en loor de multitudes.
También pidieron hablar sobre la celebración de un referéndum en Cataluña, la modificación del delito de sedición y un segundo indulto, esta vez económico, para librar a los 34 ex altos cargos del Govern de ser embargados si no pagan los 5,4 millones de fianza impuestos por el Tribunal de Cuentas tras presuntamente malversar dinero público para el 1-0.
Los socialistas corrigen en privado a sus socios aclarando que «la solución tiene que estar contemplada en la Constitución». En estos momentos, el temor en Moncloa es que los morados se salten el pacto verbal por el que los socialistas llevarán el timón en la mesa de diálogo con los separatistas.
Podemos va más allá que el PSOE respecto a ceder en algunos puntos que defiende actualmente el independentismo y esto asusta a varios miembros socialistas que conforman el Gobierno. «El Ejecutivo tiene que ser una sola voz», destacan fuentes del entorno a ED.
Podemos avisa en los medios
En este caso, los morados vuelven a la ‘vieja escuela’ de Pablo Iglesias para advertir desde los medios que presentarán su programa propio a Sánchez en septiembre. Buscan que se les tenga en cuenta y que los socialistas no configuren un documento propio, donde no incluyan sus propuestas y terminen llevándose todo el mérito.
La propia vicepresidenta económica, Yolanda Díaz, insistió en una entrevista que entregará a Sánchez ese documento propio antes de la tercera semana de septiembre, cuando tendrá lugar el encuentro con el Govern.
«Nadie puede ser un problema. Ha sido terrible lo que hemos vivido en Cataluña y España con errores en todos los sitios y con la antipolítica. Ningún nombre propio puede ser un obstáculo», recalcó Díaz a los medios en referencia a Puigdemont.
Desde Podemos presumen de ser «buenos interlocutores» con el independentismo. Según ha podido saber Economía Digital, Díaz ha mantenido encuentros con Pere Aragonès desde antes de que llegara a la presidencia de la Generalitat y muy intensos con ERC, a quien Iglesias convirtió en interlocutor preferente para reforzar la mayoría de la investidura.
Su disposición es «escuchar mucho, tener voluntad de arreglar el principal problema. Lo que ha pasado con Cataluña, no somos conscientes de valorar las consecuencias que ha tenido», recalca la vicepresidenta.
Nombrar los equipos
Las conversaciones entre los socios de Gobierno se han detenido por la remodelación del Ejecutivo realizada hace dos semanas por Sánchez. Fuentes de Podemos esperan retomar estos contactos «en breve» para despejar ya la incógnita de los equipos.
Los morados son los únicos que ya tienen «casi perfilado» al equipo que negociará en la mesa de diálogo, sin querer confirmar por el momento los nombres que ya suenan para dicho cometido. La propia Díaz formará parte de ella tras desvelar que tiene «una conversación muy fluida con varios actores».
Tampoco puede faltar la cuota de los Comunes en la mesa y esta se verá representada por el ministro Manuel Castells. Los socialistas buscan que la composición sea entre personas que conformen el Ejecutivo para cerrar la puerta a que se siente Oriol Junqueras y, por ende, Carles Puigdemont.
De esta manera, Castells sería el único que podría representar a los Comunes, aunque la confianza de Colau se encuentra depositada en su ‘hombre fuerte’ en el Congreso, Jaume Asens.
Pero los morados ya comentan en privado que el argumento de Sánchez choca, sin embargo, con el hecho de que en la única reunión que ha habido hasta el momento de la mesa fue en febrero del 2020 y participaron personas que no tenían ningún cargo en la Generalitat, como Elsa Artadi, Marta Vilalta y Josep Maria Jové, e incluso el ex jefe de Gabinete de Joaquim Torra, Josep Lluís Rius.
Iceta, la gran incógnita
La caída de Miquel Iceta del Ministerio de Política Territorial podría tener un trasfondo mucho mayor que ocupar dicha cartera. Antes de la remodelación del Gobierno, los socialistas daban por hecho que el exlíder del PSC se sentaría en la mesa de diálogo para llevar las riendas con el independentismo.
Tras los cambios efectuados por Sánchez, en Ferraz callan y nadie da nada por Iceta en estos momentos. El presidente movió al catalán al Ministerio de Cultura, cuando todas las quinielas del socialismo lo ubicaban como el nuevo portavoz del Ejecutivo. Fuentes socialistas, incluso, llegaron a preguntar si este movimiento había sido orquestado a petición del independentismo porque pudiera ser un obstáculo en la negociación.
Pero lo cierto es que a día de hoy, la participación de Iceta en la mesa de diálogo sigue siendo un enigma para el PSOE. En algunos círculos socialistas también se habla de que Salvador Illa podría coger el relevo de Iceta y ser parte importante en este encuentro.
Sin embargo, quien sí será ‘el hombre fuerte’ de Sánchez en esta negociación es Félix Bolaños. El nuevo ministro de Presidencia ya lo fue siendo ‘fontanero’ en la sombra de Moncloa y ahora vuelve convertido en figura institucional para llevar el timón de la mesa de diálogo.
La ministra de Política Territorial y portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, también será una pieza importante en las conversaciones que se mantengan con la Generalitat, desvelan fuentes socialistas, así como Raquel Sánchez, que es la nueva ministra de Transportes, que podría sustituir en la mesa a José Luis Ábalos.
La ex alcaldesa de Gavà podría ser la cuota del PSC en la mesa, pero no cubriría el peso orgánico de Ábalos en la negociación como secretario de organización del PSOE. Las mismas fuentes apostillan que los equipos «siguen sin estar configurados por el momento».
Tampoco Junts ni ERC han cerrado una lista con los nombres. Desde la Generalitat aseguran que «aún hay tiempo» y que «esa no es la cuestión fundamental, sino la hoja de ruta que se discuta».
Los republicanos deben decidir si, a parte de Aragonés, siguen la portavoz, Marta Vilalta, y el presidente del grupo en el Parlamento, Josep Maria Jové, que ya han estado en negociaciones anteriores con el PSOE. ERC también deberá de sustituir a Alfred Bosch, quien presentó su dimisión como consejero.
En Junts ya se habla del protagonismo que podría tener Jordi Puigneró en la mesa de diálogo. Mientras que el resto, aseguran fuentes del partido, «están por decidir».
El partido tendrá que dirimir si continúan el diputado Josep Rius, hombre de confianza de Carles Puigdemont, y la portavoz, Elsa Artadi. Además, deberán de sumar a otro dirigente a la comitiva para ocupar el lugar de Josep Lluís Rius.
Todo está por decidir, mientras en Podemos tienen prisa. Quieren presentar su propia propuesta, mientras la parte socialista del Gobierno sigue dando largas y los emplaza a negociarlo en septiembre.