Podemos enfría el acuerdo con Sánchez: «Apenas hay avances»
La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Carmen Calvo, y el secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, pilotan las negociaciones
PSOE y Podemos buscan a contrarreloj un acuerdo de gobierno que serviría para investir a Pedro Sánchez, pero de momento las conversaciones son infructuosas. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el secretario de Acción de Gobierno de Podemos, Pablo Echenique, pilotan las negociaciones que, hasta ahora, no maduran.
«No está habiendo apenas avances en las propuestas que hace el PSOE», explicaron desde Podemos después de escuchar las primeros movimientos por parte del equipo de Sánchez, aunque evitaron concretar qué piezas han movido los socialistas.
Pablo Iglesias desveló durante el debate de investidura que su partido ha reclamado competencias de gobierno en materias como ecologismo, política fiscal, ciencia, igualdad y política de empleo. Pero Sánchez ha rechazado delegar en Podemos todo este paquete.
A lo que sí ha cedido Sánchez es a entregar una vicepresidencia del Gobierno a la portavoz de Unidas Podemos, Irene Montero, pero se desconoce qué competencias englobaría esta cartera. Podemos insiste en que esta vicepresidencia no puede ser «decorativa», sino que tiene que tener un poder ejecutivo claro.
Sánchez y las «razones para la preocupación»
El ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación, Josep Borrell, se mostró muy cauto respecto al desenlace de las negociaciones. Desde su punto de vista, «hay razones para tener preocupación» pero también para «tener esperanza».
Los equipos negociadores sólo tienen 24 horas de margen para cerrar un acuerdo de gobierno, puesto que el inicio de la segunda jornada de la sesión de investidura está previsto este jueves, a partir de las 13.30 horas.
Uno de los diputados de las confluencias de Podemos, el catalán Jaume Asens, dijo en Catalunya Ràdio que se ha abierto una «pequeña rendija» para buscar un acuerdo, pero también expresó su resentimiento con Sánchez por su discurso de investidura: «Fue humillante, arrogante y despectivo. Todo se nos vino muy cuesta arriba».