Crisis de Gobierno: Podemos acusa a Calviño de querer suplantar a Díaz en la reforma laboral
Unidas Podemos pide revisar "los compromisos de coalición" y el PSOE acepta reunir la mesa de seguimiento del pacto de Gobierno
Nueva crisis en el Gobierno de coalición. Unidas Podemos acusa a la vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, de querer suplantar a la vicepresidente segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, en la reuniones con los agentes sociales sobre la reforma laboral.
Las amenazas de Díaz a la patronal no han gustado en el ‘ala socialista’ de Moncloa, que busca aprobar la reforma laboral con los sindicatos y también con los empresarios porque así lo pide Bruselas, aunar el máximo consenso posible.
Pero Díaz ya advirtió que la sacaría adelante a finales de noviembre porque ese es el calendario que se fijó frente a la postura «inmovilista» de la CEOE con Antonio Garamendi a la cabeza.
Según ha podido saber Economía Digital, en la última reunión hubo un choque entre Díaz y los empresarios porque «no ha habido ningún avance». La patronal culpa a la vicepresidenta por no querer «ceder» en nada y ya dejaron caer hace días que las relaciones con Calviño son mejores. Garamendi mantiene «buena sintonía» con Calviño y en muchas ocasiones no entiende la postura de Díaz, comentan fuentes del entorno del empresario.
Mesa de crisis ante una «injerencia»
Los morados acusan a sus socios de gobierno de «injerencia» en el proceso para reformar el mercado laboral, lo que ha motivado que hayan pedido al PSOE una reunión urgente de la mesa de seguimiento del acuerdo de coalición y que hablaran de ello anoche.
El PSOE acepta reunir esta mesa y de hecho Adriana Lastra, vicesecretaria general del PSOE, se ha puesto en contacto con la ministra y líder de Podemos, Ione Belarra, para tratar el asunto e intentar cerrar una fecha.
La mesa de seguimiento de la coalición, en todo caso, tendrá que ser repensada porque su composición se hizo acorde a la configuración inicial de la coalición y ha quedado desfasada tras la crisis de gobierno de julio.
Según han explicado fuentes del Ministerio de Trabajo, que dirige Yolanda Díaz, Calviño está intentando maniobrar para coordinar todo el proceso que debería culminar con la derogación de la reforma laboral del PP, tal como contempla el acuerdo de gobierno de coalición y que supone un incumplimiento «grave» de este pacto.
Han insistido en que la modificación del mercado de trabajo es «una competencia exclusiva» de Trabajo, aunque la vicepresidenta segunda ha estado negociando internamente con el resto de ministerios.
Las mismas fuentes han explicado que Calviño ha estado llevando a cabo una serie de contactos preliminares cuando esto ya está muy avanzado con los agentes sociales.
Otras fuentes de Unidas Podemos han dicho además que la intención de Calviño es inmiscuirse en este proceso con la intención de no derogar la reforma laboral y se han opuesto a que entre en esta negociación los ministros de Inclusión y Seguridad Social, José Luis Escrivá, y de Educación, Pilar Alegría.
El concepto «derogación» y el choque con CEOE por la temporalidad
Lo cierto es que las discrepancias en el seno del Gobierno respecto a la pretensión de Unidas Podemos, en línea con los sindicatos, de derogar la reforma laboral de 2012 del Gobierno de Mariano Rajoy viene de lejos, ante la postura reacia de Nadia Calviño, quien aboga por avanzar en temporalidad, políticas activas y las peticiones de Bruselas, al igual que CEOE.
En múltiples ocasiones Calviño ha rechazado «revisar el pasado», si bien el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, proclamó el pasado sábado en el 40º Congreso Federal del PSOE la derogación de la reforma laboral, junto a la Ley de Seguridad Ciudadana y la abolición de la prostitución.
En su intervención este jueves a través de un vídeo en el Congreso confederal de CCOO, Sánchez ensalzó el diálogo social por sus 12 acuerdo pero sostuvo que esto es “solo el comienzo” ya que el trabajo “más importante” queda por hacer.
Ello pasa, según remarcó, por que “las leyes impuestas que precarizaron contratos y devaluaron salarios no pueden formar parte del futuro del país”, reiterando su compromiso de derogar la reforma laboral.
La vicepresidenta Calviño en cambio volvió a omitir las palabras «derogación» o «desmontaje» para referirse a los cambios de la anterior norma laboral, y afirmó que hasta ahora tan solo ha habido «contactos preliminares» con los agentes sociales y que no se ha iniciado la fase de negociación y concreción del que definió como un paquete «equilibrado» de reformas
En todo caso, sostuvo que la nueva reforma laboral tendrá que consensuarse “antes de final de año» para generalizar el contrato indefinido, simplificar los tipos de contratos, acabar con la “lacra excesiva” de la temporalidad, revisar la regulación de las subcontratas y desarrollar un nuevo mecanismo de flexibilidad y estabilización del empleo.
En la última reunión del miércoles de la mesa para la modernización del mercado de trabajo CEOE se plantó al rechazar de pleno la última propuesta en materia de temporalidad realizada por el departamento de Yolanda Díaz que, entre otras, propone limitar al 15% la temporalidad en las plantillas.
Pese a la presión de Díaz por acordar la reforma en noviembre, la organización no ha movido su posición de negativa a derogar la reforma laboral pese al anuncio del presidente del Gobierno de su eliminación, y por ahora solo se abre a negociar propuestas que supongan una mejora de la legislación en asuntos como la competitividad empresarial o el apoyo a la industria para ganar un mayor peso, sin realizar una contrapropuesta al entender que no es su cometido.
Discrepancias por el SMI y los impuestos
Las desavenencias entre Nadia Calviño y Yolanda Díaz se han extendido desde hace meses también a otros asuntos, como el aumento del Salario Mínimo que la vicepresidenta primera logró aplazar hasta el pasado mes de septiembre pese a la presión de la dirigente de Unidas Podemos.
De hecho, Calviño alejó ayer las expectativas sobre la magnitud de la subida del SMI en 2022 al recordar que tras las última subida ya está en 1.225 euros en 12 pagas, en indicador utilizado a escala internacional.
Las discrepancias también se han evidenciado en materia impositiva durante las negociaciones para el acuerdo de Presupuestos de 2022, ya que Calviño y el ala socialista se oponían a incluir el tipo mínimo del 15% en Sociedades que exigía Unidas Podemos.
Finalmente el tipo mínimo se ha incluido en el proyecto de PGE pero sobre la base imponible, por lo que en la práctica solo repercutirá a 1.070 empresas, con una recaudación exigua de 400 millones de euros.