El PNV, contra el matrimonio Sánchez-Bildu: anima la rebelión contra la ley de Vivienda
La Ley de Vivienda es uno de los puntos clave del partido que está en juego en el País Vasco ante las elecciones forales y municipales
Los efectos de la campaña electoral son múltiples y a veces nada evidentes al ojo ajeno, pero quiénes componen los apoyos del Gobierno de Pedro Sánchez a la hora de sacar adelante sus medidas estrella, que permitan culminar por todo lo alto el cuarto y último año de legislatura, es quizás el detalle más revelador. Porque en el periodo previo a las municipales y autonómicas del 28-M los partidos buscan marcar perfil, y la previsible aprobación este jueves en el Congreso del proyecto de Ley por el Derecho a la Vivienda pactado entre los dos partidos que habitan en Moncloa, ERC y EH Bildu, que limita los precios del alquiler en zonas tensionadas, es el escenario perfecto para ello.
La comúnmente conocida como geometría variable que ha caracterizado la legislatura ha ido teniendo protagonistas y actores secundarios distintos: si al principio de su mandato Sánchez avisaba y tanteaba en primer lugar al Partido Nacionalista Vasco (PNV), con 6 diputados en la Cámara Baja, después lo hizo con Bildu, que cuenta con 5 representantes. Siempre el que decidía el partido era Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), porque la fuerza que le otorgan sus 13 sillones en el Congreso hacen de cualquier votación decisiva.
Pero algo ha cambiado: Moncloa ha convertido la Vivienda en el eje central de su campaña, con un frenesí de anuncios que van desde el desbloqueo, tras cuatro años de negociación, de la ley maestra en este ámbito que este jueves se refrenda a los anuncios de construcción masiva de vivienda pública para un alquiler social. La idea del Gobierno pasaba por alejar los pactos con Bildu y volver a la senda jelztale después de esto, y de aquí a las generales, para ser más percibidos desde el centro. Pero la postura del PNV, que quiere competir con los abertzales en soberanismo para el 28-M y que no descarta recurrir la norma al Tribunal Constitucional desde el Gobierno vasco por invasión competencial, en la misma línea que la Comunidad de Madrid (gobernada por la popular Isabel Díaz Ayuso), complica la situación.
Soberanismo o protección de vivienda
Porque, si bien es cierto que los nacionalistas vascos han pasado de enmendar la totalidad de la norma cuando comenzó a tramitarse en el Congreso, a abstenerse en la aprobación del dictamen en la Comisión de Transportes -el último paso antes de la votación de este jueves-, fuentes de la dirección socialista consideran, en conversación con Economía Digital, este tipo de movimientos, incluido la posible reclamación competencial, «se enmarca en que faltan 30 días para votar». «Todo el mundo va a marcar perfil, a hacer su caminito. Todo tiene su explicación, nada es casualidad».
La Ley de Vivienda es uno de los puntos del partido que está en juego en el País Vasco ante las elecciones forales y municipales. En una comunidad autónoma que cuenta con legislación propia en esta materia, pero donde el sello soberanista es casi el más importante, la batalla de relatos sobre si puede tener mayor coste electoral mostrarse en contra de proteger la vivienda o el no pactar con el Estado, si el fondo o la forma, es clave.
Fuentes de la dirección del grupo parlamentario socialista en el Congreso entienden como «normal» que el PNV se pueda oponer «y mostrar sus diferencias», «pero nos sentamos y se acuerdan cosas como viene ocurriendo toda la legislatura». Desde Ferraz apuntalan: «El PNV sigue siendo un socio preferente, no cambia nada, esta geometría variable nosotros hemos demostrado que tenemos cintura, que podemos negociar con partidos a la izquierda como con democristianos como ellos».
«Es una ley invasiva»
Los propios aludidos lo ven de otro modo: «Sánchez juega a la geometría variable. Hay una relación fluida pero, si en algunos asuntos no coincidimos y lo puede sacar por otra vía, así lo hace. El tiempo dará y quitará las razones», valoró el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, en la radio pública vasca.
La postura del grupo parlamentario es tajante, explican a Economía Digital: «El Gobierno Vasco dijo que decidirá si recurre o no la ley una vez sea aprobada y pueda comprobar qué es lo que exactamente se dice en el texto aprobado», zanjan. Pero, eso sí, dejando el camino claro: «Es una ley invasiva, sigue siéndolo. Todo lo que parecía que era imposible, ante la perspectiva electoral, Sánchez tenía claro que tenía que resolverse rápidamente.».
Se trata, a sus ojos, de «urgencias electorales y búsquedas. Cuando no puede con unos, lo hace con otros. Es supervivencia de su Gobierno y de la posición del PSOE». Aunque, después de las elecciones, habrá que ver.