Pilar Alegría, de apoyar a Susana Díaz a ser la elegida de Sánchez
La ex delegada del Gobierno de Aragón apoyó a Susana Díaz en las primarias de 2017, pero en 2019 comenzó su acercamiento a Pedro Sánchez
No es de extrañar que Pedro Sánchez apueste por la aragonesa Pilar Alegría (La Zaida, Zaragoza, 1977) en su remodelación de Gobierno. La hasta ahora delegada del Gobierno en Aragón, que sustituirá a Isabel Celaá –una de las ministras más polémicas– al frente del Ministerio de Educación, tenía todas las papeletas para volver a la política nacional por varios motivos.
En primer lugar porque ha sido ella la encargada redactar la ponencia de Educación del 40º Congreso Federal del PSOE que se celebra el próximo mes de octubre. Y segundo: está bien posicionada en Aragón para suceder a Javier Lambán, uno de los barones más alejados de Pedro Sánchez.
Esta política, diplomada en Magisterio por la Universidad de Zaragoza, tiene una trayectoria brillante en el partido. Y es que ha ido eligiendo con prudencia a quién arrimarse y en qué momento. Con tan solo 31 años consiguió un escaño en el Congreso de los Diputados, en 2008, puesto que abandonó en 2015 para hacerse un hueco en Las Cortes de Aragón como consejera de Innovación, Investigación y Universidad durante cuatro años.
Fue su acercamiento a Pedro Sánchez lo que provocó que abandonara la política regional para ser la candidata a la alcaldía de Zaragoza en las últimas elecciones municipales de 2019. Sin embargo, no lo consiguió pese a ser la lista más votada y se quedó a 300 votos de hacerse con el Ayuntamiento.
Alegría protagonizó por aquel entonces una polémica gracias a la cual afianzó su buena relación el actual presidente del Gobierno. La confección de la lista electoral no era de su agrado. El PSOE aragonés quiso obligarla a aceptar nombres que ella no quería, por lo que Ferraz tuvo que intervenir a su favor.
Alegría apoyó a Susana Díaz en las primarias de 2017
Lo curioso es que no siempre fue buena su relación el actual secretario general del PSOE. Cuando en 2017 el partido celebró las elecciones primarias que enfrentaron a Susana Díaz, la candidata oficialista, a Patxi López y a Pedro Sánchez, que acababa de abandonar su escaño en la Cámara Baja para no investir presidente a Mariano Rajoy, Alegría se posicionó claramente a favor de la andaluza. Incluso se convirtió en su cara visible en Aragón.
Y fue más tarde cuando llegó la aproximación a Pedro Sánchez, a la vez que surgieron los choques con Lambán. De hecho, tras su fracaso en su intento de conseguir la Alcaldía de Zaragoza, abandonó su puesto como jefa de la oposición tan solo ocho meses después de tomar posesión de su cargo. Pedro Sánchez tenía un nuevo puesto para ella como delegada del Gobierno en Aragón.
Alegría sustituyó así a la socialista Carmen Sánchez, de la cuerda de Lambán, y desde Ferraz se justificó que el cambio se debía a que se quería dar un carácter más político al cargo. Así, la maestra ha ido pasando por distintas administraciones, tanto de ámbito nacional, regional y local, para finalmente volver a Madrid a defender nada más y nada menos que el Ministerio de Educación.
El ‘marrón’ que Celaá le pasa a Alegría
Pero no va a ser una tarea fácil. Alegría hereda un ministerio convulso. Isabel Celaá abandona su cartera con los deberes casi hechos. La polémica LOMLOE, más conocida como la ley Celaá, ya está en vigor, pero todavía le queda recorrido en el Congreso.
Esto quiere decir que todavía se tienen que aprobar los reales decretos y el más importante es el que permite pasar de curso sin límite de suspensos. Y este será el marrón al que tendrá que hacer frente Alegría, que hereda una norma que no puede cambiar, sino que tiene que limitarse a intentar que se apruebe.
Y sobre todo, será la encargada de llevar a cabo una defensa férrea de la Educación pública, línea principal de los socialistas. Sin embargo, esta postura será difícil de sostener para la aragonesa, ya que su hijo estudia en un colegio privado de Zaragoza.