Pedro Sánchez somete la legislatura a los deseos de Podemos: ERC, Bildu y PNV
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, asume la estrategia de alianzas de Pablo Iglesias para perpetuarse en el poder
Cierto que hay malestar entre dirigentes del PSOE con el rumbo trazado por Pedro Sánchez. Cierto que hay históricos del PSOE que no se reconocen en el partido actual. Y no menos cierto que Sánchez está, hoy por hoy, muy lejos de caer como presidente del Gobierno: ni lo pronostican las encuestas, ni lo presagian sus apoyos parlamentarios, ya atados para sacar adelante los presupuestos generales del Estado.
Podía parecer por algunas agónicas votaciones de las prórrogas del estado de alarma que el presidente del Gobierno se las iba a ver y desear para lograr los apoyos necesarios para los presupuestos de 2021. Pero no ha sido así.
Ha bastado con que Sánchez hiciera caso vicepresidente segundo, Pablo Iglesias; ha sido suficiente con que asumiera la estrategia política del líder de Podemos de aliarse con los partidos independentistas —con ERC y Bildu, en particular— para que sus anuncios de apoyo a los presupuestos se encadenaran a toda velocidad.
En cuestión de apenas unos días, Bildu, PNV y ERC han confirmado, de una u otra forma, que están de acuerdo con respaldar los presupuestos generales y, por tanto, con alargar el mandato de Sánchez (y el de Iglesias).
La verdadera agenda 2030 de Iglesias
El líder de Podemos no podía ocultar su satisfacción este martes, después de semanas y meses actuando como muñidor de los pactos con ERC y Bildu. Después de semanas trabajando en esta dirección y de poner, en paralelo, todo tipo de zancadillas a la aproximación de Ciudadanos, Iglesias se salió con la suya.
El vicepresidente segundo no vio únicamente resuelto el trance de los presupuestos al confirmar ERC su «preacuerdo» con el Gobierno, sino que vio por delante un largo recorrido de las alianzas selladas.
«La disponibilidad de EH Bildu y ERC para dar el sí a los Presupuestos consolidan al bloque de la moción de censura de 2018 y de la investidura de 2020, como mayoría progresista en el Estado. Hay que seguir negociando y sumando. Los PGE serán históricos; la alianza aún más«, celebró en sus redes sociales hacia las 22.00 horas de la noche.
Esa «alianza aún más histórica» a la que se refiere Iglesias es su verdadera agenda 2030 y consiste, en síntesis, en prolongar su estancia en el Gobierno durante varios años mediante acuerdos con soberanistas catalanes y vascos.
Aunque debilitada su formación en prácticamente toda España —barrida del mapa en Galicia, disminuida en el País Vasco, guerracivilizada en Andalucía y en Madrid, y atascada en Cataluña—, Podemos gana un tiempo muy valioso para tratar de rehacerse en el Gobierno en una legislatura llamada a durar cuatro años con un relato más o menos sencillo de escribir: cayó España en una inopinada y cruel pandemia, y salió el país adelante después de muchos sacrificios.
La estrategia de Sánchez: que los números hablen
El relato sirve para cualquiera, pero la realidad es que Sánchez no se siente tan cómodo como su socio cimentando su cargo sobre pilares soberanistas. Sabe que puede amordazar una y varias veces a los barones del PSOE para que mantengan el silencio respecto a los acuerdos con ERC y Bildu, pero sabe también que así no van a desaparecer las contrariedades de su partido.
Así que el presidente del Gobierno ha ordenado a los suyos adornar el pacto de los presupuestos con ERC y Bildu con otras siglas para, al menos, explicar ante la opinión pública que no tiene una mayoría ajustada a los 176 escaños que inclinan el fiel de la balanza en el Congreso, sino que tiene amplios apoyos.
Y aquí entra en juego toda la pléyade de regionalistas que habitan en el Congreso e incluso otros independentistas como el Pdecat, también dispuestos al acuerdo parlamentario.
Sánchez quiere cerrar la votación de los PGE con una cifra más cercana a los 190 diputados que no a los 176. Y a eso se están dedicando sus negociadores.
Tienen incluso la instrucción de buscar la abstención de Ciudadanos. Y lo cierto es que pueden conseguirla porque los de Inés Arrimadas ni siquiera rompieron la baraja con el PSOE habiendo ERC anunciado «el preacuerdo» con el Gobierno. Es la agenda 2020 de Pedro Sánchez.